CUANDO LOS ERRORES SE AGRANDAN

¿Qué hay de malo en equivocarse? Errar es de humanos y todos lo hacemos, y más aun cuando estamos haciendo cosas constantemente. El que nada hace jamás se equivoca, pero quizás ese no sea nuestro caso, ya que estamos leyendo este artículo y quizás haciendo o pensando alguna otra cosa.

Los errores han de ser vistos como algo natural, incluso positivo, por eso será muy positivo sacarle partido al error aprendiendo de él. No verlo de ese modo nos llevará a hacer el error más grande de lo que es en realidad.

CUANDO EL ERROR AUMENTA

A continuación desgranaremos los errores tras los errores. Ésos que hacen que el error inicial aumente de proporciones.

1. No admitir el error. Si alguien se ha dado cuenta o lo hará en breve, negar el error es peor que haberlo cometido.

2. Encubrirlo. Igual que lo anterior. Seamos valientes.

3. No tratar de enmendarlo. ¿Qué tal una disculpa o algo que subsane el error?

De acuerdo. Depende de cómo haya sido de grande el error, aunque hacer algo para atenuar sus consecuencias nunca está de más.

4. Echarle la culpa a otro. Quien dice a otro, dice al clima o a la crisis. Cometer un error y deslindarse de toda responsabilidad es un “poquito” inmaduro, ¿no?

5. Atacar a otros cuando se equivocan. Con razón hay quien le tiene miedo a equivocarse, si luego hay quien se lanza a degüello y encima no tiene piedad en machacar ese error una y mil veces…

6. Auto-flagelarse después de un error. “Soy un desastre. ¿Cómo he podido equivocarme en esto…?”

Sirve de poco estar un rato machacándose uno mismo. El error ya está cometido. ¿Para qué perder el tiempo nadando en la piscina de la desolación?

7. No aprender del error. El mejor provecho que se puede sacar a un error es aprender de él.

¡Ah! Pero no pasa nada si se tropieza dos veces en la misma piedra. A veces hacen falta más tropezones. Lo bueno es que luego se divisa la piedra a kilómetros.

8. No tomar medidas para que no vuelva a ocurrir. Esto son las ganas de evitar tropezar otra vez en la piedra…

MINIMIZAR LOS ERRORES

Hay un factor minimizador del error: el sentido del humor (valga la rima).

Hay errores propios que son susceptibles de tomarse con humor, sin eludir la responsabilidad, claro. El humor viene a ser una forma creativa y saludable de afrontar los errores, ayuda a no ver tan grande el fallo cometido y hasta poderte reír por lo sucedido en ocasiones.

Muchas veces los errores los agrandamos por distintas razones, y es ahí donde no hay que entrar porque ese juego es peligroso, darle demasiada importancia a algo que no la tiene puede provocar un clima de tensión.

CONCLUSION

No importa lo grande

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