Caso Cebichería Pollo Marino
Enviado por Javier2021 • 2 de Febrero de 2015 • 870 Palabras (4 Páginas) • 792 Visitas
Caso: Cebichería el Pollo Marino
La Cebichería el Pollo Marino es una empresa creada a mediados de 1990 por los señores Víctor Paredes Guerra y Andrés “lenguadito” Gómez, inversionistas chalacos.
Al momento de crearla, ellos invirtieron una cantidad bastante impresionante de dólares, pues advertían que a pesar de la crisis por la que atravesaba el país, el consumo de pescados y mariscos se mantendría constante. Pensaron dirigirse a clientes de clase alta. Si bien es cierto que los restaurantes en general no estaban pasando por un buen momento, los señores Víctor Paredes y Andrés Gómez estaban entusiasmados con la idea de abrir un nuevo restaurante y, además, decían que eso era para lo que habían nacido y lo único que sabían.
La inversión incluía la compra de un local amplio de dos pisos ubicado en una zona estratégica de Lima. Se contrataron los servicios de quince mozos, cuatro ayudantes de cocina y una cajera. Los mismos dueños desempeñaban las funciones administrativas. A pesar de no haber tenido estudios superiores de administración, los dueños insistieron en organizar ellos mismos la cebichería y no quisieron buscar asesoría.
El negocio prosperó gracias a una gran y efectiva campaña publicitaria en medios de comunicación dirigidos a la clase alta. Trabajaban día y noche en dos turnos. En el día, la clientela estaba compuesta principalmente por gerentes y altos funcionarios de muchas empresas y entidades importantes ubicadas en ese lugar. En la noche, la atención era principalmente para personas que residían en las urbanizaciones aledañas, pertenecientes a la clase alta. Además, la clientela estaba integrada también por un grupo de expertos culinarios a los cuales había llegado la fama de la dupla de cocineros peruano-japonesa, quienes preparaban tanto platos típicos peruanos como mezclas con comida japonesa del mar. El menú había sido elaborado con la participación de los dos cocineros y los dueños, cada uno aportó lo que creía que los clientes iban a consumir.
A pesar de la atención diurna y nocturna, la cebichería no se daba abasto para la atención de sus muchos clientes.
El segundo piso estaba reservado para banquetes organizados a pedido de empresas o particulares. Muchos de los clientes habituales realizaban sus reuniones en esta planta, así como recepciones de todo tipo, inclusive se podía acondicionar el segundo piso para realizar convenciones que eran muy redituables para la empresa.
La atención satisfacía ampliamente las expectativas de los consumidores, con lo cual el prestigio y la clientela crecían considerablemente.
A pesar de que la cebichería se encontraba en una zona comercial altamente competitiva, donde muchas otras cebicherías y restaurantes se disputaban la clientela, no había quién pudiese igualarlos en cuanto al lujo y al atractivo del local ni a la originalidad de los platos.
Todo
...