Caso Emprendedor

Caso de éxito de emprendedor : “Lulu’s Desserts”

“Lulu’s Desserts” comenzó como un sueño y el antojo de una gelatina para María de Lourdes Sobrino, fundadora y actual directora de la compañía, quien dice que “Toda historia de un pequeño negocio empieza por un sueño, y mi historia no se ha terminado porque mi sueño sigue todavía abierto.”

En 1982, la devaluación del peso mexicano afectó a su negocio de turismo internacional en California, pero decidió esperar para pensar lo que haría. Mientras Lulú reflexionaba, se le antojaron esas gelatinas con las que había crecido, pero no pudo encontrar ningún lugar que las vendiera. Entonces empezó a hacer un estudio de mercado en las tiendas cercanas a donde ella vivía, y no encontró en ninguna parte gelatinas preparadas, identificando una oportunidad de mercado.

Ella misma empezó a hacer gelatinas tradicionales mexicanas y se las daba a sus vecinos, quienes pedían más por ser diferentes a las caseras tradicionales, éstas tenían frutas y capas de gelatina de colores lo cual llamaba la atención.

Entonces abrió una tienda pequeña y esperaba que muy pronto la gente hiciera fila afuera, pero había un problema, las personas no iban hacia ella. A los tres meses estaba decidida a cerrar el negocio, pero decidió cambiar de estrategia de ventas, si los clientes no iban hacia ella, ella buscaría a los clientes, por lo que envasó la gelatina, la puso en su camioneta y manejó de una tienda a otra, para recibir la misma reacción.

“No me compraban nada porque decían, ‘¿Quién va a comprar gelatina, si cualquier persona la puede hacer en su casa?’ Una vez yo les dije, ‘Porque no les dejo las gelatinas a consignación y si se vende eso es una garantía. Entonces el mismo día ya tenía un recado que decía, ‘Señora traiga más gelatinas, se vendieron,’” dice Lulú.

En poco tiempo un súper mercado muy grande empezaba a hacer una investigación del mercado y se dieron cuenta de esa oportunidad, e hicieron un pedido de mil cajas a las “gelatinas de Lulú”; ella aún no estaba preparada para esa gran cantidad de producción, entonces decidió adentrarse al mundo del comercio.

“Yo no sabía nada del mercadeo del producto, de la distribución de todo esto. A través de los años lo he aprendido en este negocio y yo creo que ha sido la mejor decisión en mi vida, haberme quedado en Estados Unidos, y haber puesto interés y dedicación a la empresa. Si ya tienes al cliente, no lo vas a dejar. Y dije, ‘Pues vamos a investigar,’ y puse una máquina chiquita para empezar, después el empaque y aprendí cómo conservar un producto. El caso es que en cuanto más me metía en el negocio, más me encantaba iniciarme en una industria totalmente nueva”, así Lulú ya tenía identificada la oportunidad de negocio, hacía lo que le apasionaba

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