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Caso Poder y Política (Historia, Análisis y Porpuesta).


Enviado por   •  16 de Septiembre de 2016  •  Tarea  •  1.302 Palabras (6 Páginas)  •  294 Visitas

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HISTORIA

Mi historia se remonta al año 2000, en la época en que recién empezaba a asumir el cargo de Asistente Contable en una empresa metalmecánica, a quien denominaremos METAMEC, perteneciente a un grupo de empresas de tipo familiar.

Mi relación laboral era a través de una Cooperativa de Trabajo, a la que llamaremos COOPETRAB, de la cual formaba parte como socio el mismo Gerente General de METAMEC, empresa donde me encontraba destacado.

METAMEC tenía como “política” inducir al personal para que periódicamente firme un convenio a favor de COOPETRAB autorizándolo como depositario de la CTS de todo el personal bajo su planilla.

Desde la fecha de mi ingreso firmé dicho convenio de forma periódica hasta un percance que tuve un año después. Por el año 2001 tuve la necesidad de llevar a cabo un curso de titulación que se estaba ofreciendo en mi alma mater la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ante ello, siguiendo los procedimientos que la ley indicaba y de la cual recién tuve conocimiento por la misma necesidad de contar con mi dinero, solicité a COOPETRAB el retiro parcial de mi CTS depositada.

La cooperativa me respondió que no era “usual” que los trabajadores retiren su CTS ni de forma parcial, ya que ello sería cancelado recién en la Liquidación de Beneficios Sociales que se efectuaría a mi cese. Indagando más en la ley pude verificar que lo afirmado por COOPETRAB no tenía sustento legal e insistí en mi solicitud. La nueva respuesta fue que debería esperar 7 días hábiles para que se pudiera efectuar el retiro solicitado. Ante esa nueva respuesta, me sentí indignado por cuanto me urgía la necesidad de contar con el dinero a los dos días como máximo que era el límite para mi inscripción en el curso de titulación, no podía esperar más.

De forma un tanto exaltada, reclamé al representante de la cooperativa y le hice la observación de que esta demora no la tendría si mi CTS estuviera depositada en un banco, donde el retiro era al instante. COOPETRAB insistió en su posición y no me quedó más que recurrir a otro medio de financiamiento.

Posteriormente, llegado el momento de la firma de la renovación del convenio a favor de COOPETRAB, autorizándolo como depositario de la CTS, me negué a firmar dicho documento y solicité incluso que todo mi fondo acumulado sea transferido a un banco de mi elección, tal como la ley lo indicaba. Para esto, el encargado de la cooperativa informó sobre mi posición al Gerente General de METAMEC, quien me llamó muy molesto a su oficina para obligarme a firmar dicho documento con la advertencia de que de no hacerlo sería como “ir contra las políticas de la empresa” y que ello traería como consecuencia el término de mi relación laboral. Me “otorgó” un plazo de 48 horas para dar una respuesta final.

Totalmente sorprendido e indignado salí de su oficina y comenté del hecho a mis compañeros a quienes incité a tomar mi posición y hacer una fuerza común. Todos ellos, me mostraron su temor ante las represalias que se pudieran tomar pues conocían de mucho tiempo al Gerente General y sabían de sus reacciones. Sin embargo, en un primer momento tomaron la posición que yo había iniciado y se la transmitieron al administrador de la empresa, quien a propósito era una persona que había sido designado por el Gerente General, a pesar de su falta de experiencia profesional y carácter. Este administrador era una persona de confianza del él, era esa especie de individuo que se conoce como el “ojo y oídos”, era un además un adulón.

El administrador nos convocó a una reunión para hablarnos de la gestión del Gerente General, que gracias a él la empresa se mantenía en crecimiento, que nos convenía mantener nuestra CTS en la cooperativa, que nos recomendaba desistir de nuestra posición y evitar así una posible represalia. Cabe mencionar que del administrador esperábamos su apoyo y mediación por el cierto nivel con que él contaba en la empresa y por su supuesta afinidad hacia nosotros. Sin embargo, esta actitud de él sólo generó, además de decepción, miedo en mis compañeros. En mi generó lo contrario, más indignación. Le reclamé su falta de autoridad y liderazgo, aunque reconozco que mi llamada de atención no fue de buenas maneras.

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