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Compromisos Del éxito


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2013  •  3.175 Palabras (13 Páginas)  •  284 Visitas

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PRIMER COMPROMISO DEL ÉXITO “Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme”.

Nací para alcanzar el éxito no para fracasar.

Nací para triunfar, no para inclinar mi cabeza en señal de derrota.

Nací para saborear las victorias y brindar por ellas, no para gemir y lamentarme.

Ninguna persona ha sido jamás tan engañada por otra, como por sí misma. El cobarde está convencido de que solo está actuando con cautela, y el avaro piensa que esta practicando la frugalidad. No hay nada que resulte tan sencillo como engañarse uno mismo. puesto que siempre es fácil creer lo que queremos. Nadie, en toda mi vida, me ha engañado tanto como yo me he

engañado a mi mismo.

¿Por qué siempre trato de ocultar mis pequeños logros bajo un manto de palabras que toman a la ligera mi trabajo, o que ofrecen disculpas por mi falta de capacidad? Y lo peor de todos es que he llegado a creer en mis propias excusas, a tal grado que gustosamente estoy dispuesto a vender mis días a cambio de unos centavos, mientras me consuelo pensando que las cosas podrían ser peores.

¡Pero ya no lo haré más!

Ha llegado el momento de estudiar el reflejo en mi espejo, hasta que sea capaz de reconocer que el enemigo más poderoso que tengo... soy yo mismo.

Al fin, en este momento pleno de magia con mi primer pergamino, el velo que me hacía engañarme a mí mismo empieza a apartarse de mis ojos.

Ahora se que en el mundo hay y tres clases de personas. Las primeras aprenden de su propia experiencia... son las sabias. Las segundas aprenden de la experiencia de los demás... son las felices. Las terceras no aprenden de sus propia experiencia ni de la experiencia de los demás... son las necias.

Yo no soy necio. De aquí en adelante me sostendré sobre mis propios pies, arrojando para siempre a un lado mis terribles muletas de autocompasión y desprecio hacia mi mismo.

Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme.

Que tonto era cuando estaba de pie, desesperado, a un lado del camino, envidiando a la gente de éxito y a los opulentos que desafilaban frente a mí. ¿Acaso todas esas personas se han visto bendecidas con habilidades únicas, rara inteligencia, valor heroico, ambición constante y otras cualidades sobresalientes que yo no poseo? ¿Se les ha asignado un mayor número de horas cada día, durante las cuales puedan desempeñar sus extraordinarias tareas?

Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme.

SEGUNDO COMPROMISO DEL ÉXITO “Nunca jamás volveré a saludar al amanecer sin una meta”

Ya soy una persona diferente y mejor. Apenas han transcurrido unos cuantos días desde que inicié una nueva existencia con la ayuda de estos pergaminos, pero ahora experimento una extraña y poderosa emoción en lo más profundo de mi corazón, un sentimiento de una nueva esperanza que casi había desaparecido con el paso de los años.

Al fin he sido rescatado de mi lecho de desesperación y doy las gracias por ello. Con las palabras de la primera promesa del éxito aún frescas en mis labios, ya he multiplicado mi propia valía ante mis ojos y tengo la seguridad de que este nuevo evalúo de mi persona, con el tiempo será

adoptado por el mundo exterior. Ahora conozco una gran verdad. La única etiqueta de precio válida es la que nos asignamos nosotros mismos. Si nos ponemos un precio demasiado bajo, el mundo lo aceptará; pero si nos asignamos el mejor precio, el mundo también aceptará de buen grado ese avalúo.

Te doy gracias, Dios mío, por depositar en mis manos estos valiosos pergaminos. Me encuentro en un momento crucial de mi vida y no debo alejarme, ni lo haré, de este desafío como me he alejado de otros en el pasado. Ahora sé que en la peregrinación de todos, a lo largo de esta vida, siempre hay lugares sagrados en donde podemos sentirnos afines con lo divino; en donde los cielos parecen descender sobre nuestras cabezas y los ángeles llegan a auxiliarnos. Son los lugares de sacrificio, las áreas en donde se unen lo mortal y lo inmortal, las tierras del juicio en donde se libran las grandes batallas de nuestra propia vida. Mis derrotas del pasado ya están casi olvidadas, incluso el dolor y la abrumadora angustia. Y seré muy feliz en los años por venir, si logro mirar hacia atrás recordando este momento tan especial, a sabiendas de que aquí pude saborear al fin la victoria. Pero antes que nada debo aprender la segunda promesa de éxito,

y ponerla en práctica:

Nunca jamás volveré a saludar al amanecer sin una meta.

TERCER COMPROMISO DEL ÉXITO “Siempre bañaré mis días en el dorado resplandor del entusiasmo”

Estoy despierto.

Me siento invadido por una gozosa anticipación. Ahora experimento extraños murmullos en mi corazón al recibir cada nuevo día con alegría y confianza, en vez de hacerlo con autocompasión y temor. Aquel que padece, recuerda. Jamás repetiré los fracasos y los vanos errores del pasado, ahora que cuento con estos pergaminos para servirme de guía.

Cada día, me aventuraré a salir al mundo acompañado por tres nuevos aliados muy poderosos: la confianza, el orgullo y el entusiasmo. Tengo confianza en que lograré enfrentarme a cualquier desafío, el orgullo me exige que me desempeñe al máximo de mis capacidades y lograré todo esto porque he redescubierto ese poder tan especial que faltaba en mi vida desde mi infancia, el poder del entusiasmo.

Cada acto memorable en la historia del mundo es un fruto del entusiasmo. Jamás se ha logrado nada grandioso sin él, porque le brinda un nuevo significado a cualquier desafío o a cualquier ocupación, no importa lo atemorizantes o lo difíciles que sean. Sin entusiasmo, estoy condenado a una vida de mediocridad, pero con él podré obrar milagros.

Hay un nuevo significado en mi existencia. El fracaso ya no es mi constante compañero. La nada, el aislamiento, la impotencia, la tristeza, las vejaciones y la desesperación del pasado se han desvanecido desde aquel día, no hace mucho tiempo, en que recordé como sonreír.

Ya otros han empezado a reflejar mis sonrisas y mi solicitud, Comparto con alegría la luz del amor y la felicidad.

Siempre bañaré mis días en el dorado resplandor del entusiasmo.

CUARTO COMPROMISO DEL ÉXITO “Nunca más volveré a ser descortés con ningún ser viviente”

Soy el poseedor de un maravilloso poder. Conozco el secreto de cómo influir en los pensamientos y en las acciones de los demás cuando se encuentran a mi lado.

Este conocimiento sólo, si se emplea sabiamente, ha permitido que un sinnúmero de individuos ambiciosos se remonten a las grandes alturas de la fama, la riqueza

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