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Enviado por   •  30 de Mayo de 2014  •  2.932 Palabras (12 Páginas)  •  267 Visitas

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LA PRÁCTICA ÉTICA DEL PROFESIONISTA EN LAS ORGANIZACIONES

XIMENA GUADALUPE GONZÁLEZ DE LEÓN

INSTITUTO TECNOLÓGICO DE LINARES

ING. EN GESTIÓN EMPRESARIAL

13720174

ENSAYO

INTRODUCCIÓN

“LA MENTE DEL HOMBRE SUPERIOR VALORA LA HONRADEZ; LA MENTE DEL HOMBRE INFERIOR VALORA EL BENEFICIO.”

Confucio, filósofo chino.

La ética profesional se puede concebir como el estudio de los valores propios al ejercicio de una profesión y que provienen de las relaciones que se establecen entre el profesionista y la sociedad. En la actualidad, la ética es aquello que crea una conciencia de responsabilidad en los humanos.

La palabra profesión significa acción de profesar, empleo, facultad u oficio de cada cual. En este sentido, la profesión tiene como finalidad el bien común o el interés público, nadie es profesional, para sí mismo, pues toda profesión tiene una dimensión social de servicio a la comunidad, que se anticipa a la dimensión individual del profesional cuyo interés particular es el beneficio que de ella obtiene.

Al término profesión debe asociársele la idea de “Servicio”, pues, al hablar de las profesiones, existe una conexión entre la práctica profesional y la vocación que se tenga hacia ella. Por eso en toda profesión existe un cumplimiento de deberes, dados como manifestación de respeto al prójimo y servicio a los demás.

El predominio de los intereses egoístas y el afán de lucro, significan la manera de desvirtuar la profesión, y negarle el sentido ético de servicio que ella debe tener.

En el orden práctico el estudio de la ética profesional estriba en que se deben conocer las conveniencias y consecuencias que rigen las relaciones entre profesionistas y los que reciben directa o indirectamente sus servicios. El profesionista debe tener una fundamentación ética de sus actos. Debe reconocer aquellos que en sí mismos son reprobables, que atentan contra la dignidad humana y que no existe justificante alguna para su realización, que lo alejan de la búsqueda del bien común.

La práctica ética del profesionista en las organizaciones

Durante el ejercicio de la vida profesional, surgen con frecuencia algunas preguntas para reflexionar, como:

¿De qué manera se tiene éxito profesional?

¿De qué manera se pueden conjugar los éxitos personales sin comprometer la conciencia y dignidad humanas?

¿Qué valores rigen las acciones propias?

Las respuestas han llevado al hombre a reflexionar sobre los derechos y obligaciones derivadas del ejercicio de la profesión.

La ética es ese tipo de nivel de reflexión y de lenguaje que trata de pensar qué es la moral o por qué hay moral o debe haberla y cuáles son sus aplicaciones.

No hay organizaciones amorales, no hay organizaciones que estén lejos del bien o del mal. AMORALIDAD quiere decir no entender en absoluto qué quiere decir moralidad; qué debe ser justo o injusto, inmoralidad quiere decir estar dentro del campo de lo moral pero estar bajo de ésta, no ateniéndose a los códigos morales que hemos elegido.

Aquellos expertos en el tema relacionan la ética con el desarrollo de una profesión ya que van de la mano pues si se quiere ser un buen profesionista dentro de las organizaciones, se tiene que ser completamente ético en todos los sentidos.

Una profesión se caracteriza por un tipo de actividad humana o de práctica social que en forma institucionalizada presta un determinado servicio que responde a una necesidad de la sociedad. De ahí que implique un especial compromiso personal con la actividad que se traduce en una forma de vida. Se diferencia de otras ocupaciones como la de un empleado o un operario en que se espera de un profesional una dedicación de tipo vocacional que ocupa parte de su tiempo de ocio en la actualización de sus servicios profesionales. Además un profesional ejerce su actividad de manera estable o permanente. Generalmente se agrupan para obtener el control del ejercicio de la profesión e impiden el ejercicio de la misma a aquellos que carecen de la acreditación correspondiente. Se exige de un profesional que asuma ciertas responsabilidades específicas dentro de su ámbito de competencia.

No hay profesión sin una práctica en la cual se ejerce. Pero una práctica es una forma de actividad humana cooperativa, coherente y compleja, que está a su vez socialmente establecida y que persigue un fin social objetivo. Pertenece a una práctica profesional el intento de lograr modelos de excelencia apropiados a una forma de actividad. Estos modelos de excelencia se presentan con una cierta autoridad al que se inicia en una práctica, pero están abiertos a la crítica interna y externa. Se pueden distinguir en el ejercicio de una práctica dos tipos de bienes.

Unos, internos, que caracterizan esa práctica en particular y otros, externos, que tienen que ver con beneficios individuales, como el dinero, la fama, el poder. Se plantea un problema moral cuando el profesional hace jugar los bienes externos como el fin principal de su actividad y de este modo degrada el bien interno a su beneficio personal. Cuando esto ocurre las actividades profesionales dejan de ser apreciadas por sí mismas y sólo se realizan por los bienes externos, que se pueden conseguir con ellas. En estos casos la práctica profesional termina perdiendo su legitimidad social y su credibilidad, se pierde la vocación y se renuncia a la excelencia.

La Ética Profesional tiene íntima relación con la responsabilidad social. Tanto que es la Ética profesional es la que posibilita llevar a la práctica los valores que pregona la Responsabilidad Social y es la ética la que nos ayuda a ejercer la responsabilidad en un marco de coherencia y correspondencia social. Para que la responsabilidad social (RS), responsabilidad social corporativa (RSC), responsabilidad social empresaria (RSE) puedan acometerse y no sólo sean respetadas a la distancia, se necesita de profesionales que sean éticos.

La Responsabilidad Social tiene subsumida en sí un conjunto de premisas, principios, valores, y normas de conducta que se han establecido por el colectivo social como elementos representativos de la denominada Responsabilidad Social.

La Ética, sin embargo, no prescribe ninguna norma o conducta, tampoco la ética nos obliga o nos recomienda que deba ser realizado. Su propósito se relaciona entre otros factores, con el cómo se ha de aplicar en los distintos contextos profesionales y personales de nuestra vida, los valores sociales.

El contexto actual requiere con urgencia que los profesionales practiquen la responsabilidad social y sean

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