Critica Auditoria

Todos tenemos incentivos para portarnos mal, sea este comportamiento legal o no. Ya sea desde saltarse el semáforo peatonal para llegar rápido a casa, hasta cobrar una suma ridícula de dinero por darle una asesoría financiera al gobierno. Ambas acciones responden a un beneficio y a un costo. La relación subjetiva que cada quien hace de estos, es lo que determina si se lleva a cabo una acción.

Al saltarse el semáforo peatonal existen dos posibles casos, suponiendo que no hay peatones en la vía. La decisión de pasar o frenar, dependerá de la posibilidad de recibir un castigo, o sea de la probabilidad de que algún oficial de tránsito me vea y decida multarme. Por lo que es mucho más recurrente que las personas se salten un semáforo a las 10 de la noche en una calle poco transitada, a que suceda en la capital a horas pico.

Irónicamente saltarse un semáforo es ilegal en cualquier condición, incluso cuando su hija está enferma y usted necesita llegar rápido para atenderla. En este país, que lo multan por conducta temeraria, la ley le permite a un ex presidente cobrar un millón de dólares por un servicio al gobierno, inclusive si las finanzas del estado no alcanzan para pagarlo.

Es aquí donde es relevante cuestionarse la relación entre lo legal y lo moral, entre lo aceptado y lo ético. ¿Será que un buen sistema de control puede erradicar la inmoralidad en las instituciones? ¿Será que auditar los estados financieros de las empresas evitara la corrupción? ¿O solo serán herramientas para maximizar ganancias y verificar la legalidad de las acciones?

El hecho de que una actividad sea legal, que se apegue a la ley y que a los grupos de poder les parezca aceptable, no implica que sea moralmente limpia. Por ende en materia de auditoría la aplicación eficiente de normas y técnicas, no garantizan la maximización del bienestar social. Sino que separa lo legal y lo ilegal. Pero como se ha comentado, no todo lo ilegal es tan malo como parece, ni todo lo legal es tan puro como se muestra.

De esta forma es posible darse cuenta, sin necesidad de un razonamiento elaborado, que el éxito de una ciencia como la Auditoría esta correlacionado directamente con la integridad de los profesionales que la aplican. Es decir la capacidad que tienen para emplear todo el conocimiento técnico que poseen en función de sus valores e ideales.

A pesar que existen métodos de control, evaluación y comunicación; el respaldo que estos le dan a la esencia de la auditoría, dependerá indiscutiblemente de la capacidad que tenga el profesional para tomar decisiones claves en momentos que se requieran.

Si la aplicación de un método me dice que está bien una determinada acción, eso no implica que realmente sea una buena acción. Por lo tanto antes de darle a los jefes lo que quieren, es imperativo que un buen profesional logre un cumplimento técnico apegándose a sus creencias y no a los

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