Cultura organizativa; ¿te refieres a si leemos mucho?
Bebiyoda VerdeSíntesis25 de Febrero de 2021
3.292 Palabras (14 Páginas)168 Visitas
Cultura organizativa; ¿te refieres a si leemos mucho?
Nos distinguimos de los demás seres vivos porque (a) somos la única especie capacitada para destruir completamente el lugar común que habitamos y (b) disponemos del sistema de comunicación más sofisticado de cuantos existen. Ignoro si ambas características están de algún modo relacionado, aunque intuyo que así es, pero sé que todas las demás diferencias son matices comparadas con el peso de éstas, Quizás la relación entre ambas sea la siguiente: la complejidad de nuestra lengua je ha disparado el desarrollo de nuestro pensamiento y ha puesto en nuestras manos la mayor capacidad conocida de creación y, al mismo tiempo de destrucción. No puedo olvidar mientras escribo este artículo que apenas hace unas horas se habrán apagado las pequeñas velas que, sobre las vías de ferrocarril ya herrumbrosas, ante las puertas de Auschwitz, conmemoran el cincuentenario de la liberación del más famoso del más famoso campo de la muerte. Precisamente en estos días he leído un artículo en el que se trataba de explicar la lógica del exterminio en términos culturales: “miles de funcionarios honrados, impecables ciudadanos, adornados con las mejores virtudes secundarias (Orden, Puntualidad, disciplina, limpieza y similares) no tuvieron el coraje de oponerse o al menos echar arena en el engranaje del exterminio. Carecían por completo de genes asesinos, pero habían sido educados en la cultura adecuada”. Desdé mi punto de vista se trata de un aviso impresionante a toda la humanidad, no sólo a los alemanes: cualquier comunidad puede crear el marco cultural que explique un horror así.
¿En qué consiste, pues, la cultura, esa fuerza capaz de conculcar tan radicalmente lo que nos parecen virtudes elementales, naturales del género humano o, en el polo opuesto, de originar las manifestaciones más sublimes de nuestra libertad?
Tratemos de explicarlo.
Mediante el lenguaje los seres humanos nos construimos y aplicamos significados diferentes a los hechos sociales. Los mismos hechos tienen significados difieren tes en distintos contextos. Lo importante no son pues los hechos en sí, sino lo que éstos significan para la gente que vive allí. Pero los significados no se improvisan; los que perduran son aquellos que funcionan bien, que generan cierto consenso a lo largo del tiempo. Desde ciertas aplicaciones de la teoría del sistema se define un sistema en términos que podríamos asumir perfectamente para el concepto de cultura: se trata de una agrupación de sujetos con historia. Así que es la historia (son los procesos, no las condiciones de partida) a través de su producto más importante (la cultura) la verdadera reguladora del mundo social; más que las leyes, es decir las formales por las que solo aparentemente nos regimos.
Para muchos autores cultura es un conjunto de asunciones o presunciones también de significados- que comparten un conjunto de individuos. Se trata de los pensamientos y los valores que la gente ha internalizado y que considera válidos para ser enseñados a los nuevos miembros. Para Marcich (1985) algo muy característico es que esos acuerdos tácitos forman una especie de telón de fondo de la acción, de tal manera que los individuos los toman evidentes o indiscutibles. Cuando un individuo o un grupo actúan bajo una norma cultural no lo hacen con la sensación de estar decidiendo entre varias posibilidades, sino de hacerlo de la única manera posible. Ello implica que la conducta humana está parcialmente condicionada por patrones y normas creadas y sostenidas colectivamente, que no está basadas en la personalidad de los sujetos, puesto que son compartidas por diferentes individuos, ni tampoco derivan de la estructura organizativa, puesto que miembros que ocupan una posición equivalente en ella, pueden pertenecer a colectivos separados y, por lo tanto, con culturas diferentes.
Para bates (1987, 1788) cultura es simplemente lo que da sentirlo a la vida: Los pensamientos, lenguajes, rituales, convenciones, cortesías y artefactos, en definitiva, el bagaje cultural de cualquier grupo; son los recursos a partir de los cuales se construye la identidad social e individual. Proporcionan la base sobre la que los sujetos construye su conocimiento acerca del mundo y de sí mismo O, dicho de otro modo, la forma de vida de un grupo social: la cultura de un grupo o clase es la forma de vida peculiar y distintiva de ese grupo o clase de significado, valores e ideas encarnados en las instituciones, las relaciones sociales, los sistemas de pensamiento, las tradiciones y las costumbres. Cultura es la forma característica bajo la cual se expresa este material, así como la organización social de la vida. Clarke y otros citados por Betes.
La consideración de la cultura como el marco explicativo de la conducta humana en las organizaciones educativas presume la concepción de la escuela como comunidad frente a una concepci6n de la escuela como organización formal. Mientras que ésta última reclama nuestra atención sobre las estructuras, la racionalización y el control de los procesos, la idea de la escuela como comunidad se refiere en palabras de Selgiovanni (1992; 7) a la socialización profesional los valores y propósitos compartidos, el compañerismo y la interdependencia natural”. En tanto que sistema de significados compartidos la cultura es el mejor aglutinador posible de una organización, especialmente en las organizaciones públicas o no lucrativas como la gran mayoría (le las escuelas, donde las pautas formales que desde la estructura pretenden regular la conducta humana se ven superadas continuamente por el intenso flujo de las relaciones, los intereses y las expectativas de los individuos y los grupos sociales. La cultura toma en ellas el relevo de la estructura y garantiza, entre otras cosas, que los sujetos sepan qué hacer en momentos de crisis o de incertidumbre, a pesar de que no haya normas explícitas que orienten esa acción.
Cultura como perspectiva de análisis
El concepto de cultura nos impone una nueva forma de mirar las organizaciones antes incluso que un nuevo campo a explorar. La perspectiva cultural trata de comprender las organizaciones, de interpretar los fenómenos organizativos más allá de la descripción de los hechos evidentes y, tal como ha dicho Sillircich (1985; 66), se ocupa de la reconstrucción del significado de estos hechos. Si lo que deseamos es conocer el verdadero significado de los hechos y las acciones en un contexto humano cualquiera (también una organización) hemos de conocer (de algún modo apropiarnos de...) los sistemas o universos de significado que sus miembros comparten y que están en la base de tales hechos y acciones.
Para nosotros, mirar las organizaciones en términos culturales es entender las constituidas y mantenidas simbólicamente, dentro de los patrones más amplios de significado. Así como la tarea del antropólogo consiste en interpretar, decodificar y reconstruir los sistemas de significados de grupos específicos, nuestra tarea puede ser entendida coma la de interpretar; de codificad y reconstruir el significado de las organizaciones en la edad moderna. y así como estudiar una cultura significa para el antropólogo estudiar la construcción del mundo (por parte de los sujetos), el estudio de la organización puede significar estudiar la construcción de la organización.
Este concepto de cultura provoca que hablemos de algo más que de procesos técnicos, estructuras, niveles y departamentos, objetivos, normas o resultados, cuando nos referimos a las organizaciones; y que asumamos que las explicaciones acerca de porqué ocurren las cosas nunca podrán sencillas y simples, En realidad, el concepto de cultura, junto con otros como los de comunicación y poder están contribuyendo a modificar la situación que hace algunos años criticaba Ball (1989).
Los análisis organizativos, nos han dicho poca cosa de alguna significación sobre el modo como las escuelas funcionan en la realidad cotidianamente. en verdad, buena parte de los escritos sobre este campo han tendido a soslayar y a ocultar las realidades de la vida organizativa en las escuelas. En gran medida, los teóricos de la organización, han tenido a descuidar la descripción a favor de la prescripción a moverse de manera vacilante entre las dos. Prefieren la pulcritud abstracta del debate conceptual al desorden concreto de la investigación empírica dentro de las escuelas, han tenido a concentrar su atención, con algún éxito, en lo que podría llamarse aspectos técnicos de la enseñanza. Apaliando esta idea, los conceptos que empleamos nunca son; neutrales, sino que comprometen de alguna manera y en alguna dirección determinada el análisis que hacemos valiéndonos de ellos. Es indispensable, por lo tanto, que seamos conscientes de la dirección que adopta el análisis institucional cuando esta gira alrededor de conceptos como cultura, comunicación y poder.
Una nueva lente para mirar las organizaciones educativas: el análisis institucional
Denominamos análisis institucional a aquél que se realiza al mismo tiempo desde una perspectiva fenomenológica y crítica, dejando hablar a la realidad* para que ésta pueda ser interpretada y para que puedan ser conocidas las causas explícitas he implícitas de los fenómenos organizativos. Desde esta perspectiva es inevitable subrayar el valor de los procesos sociales, en igualdad de condiciones respecto a los procesos organizativos o técnicos a los que se refería Ball (1989), e incluso por encima de ellos. La vida social transcurre en las organizaciones, en buena medida, de manera implícita, es decir, por debajo de la estructura, normas y roles fundamentalmente y también por debajo de dichos procesos organizativos. Un centro o la Administración pueden planificar concienzudamente la evaluación del mismo , la introducción de una reforma, un programa de formación o un proceso de asesoramiento, pero los procesos sociales que ya están en curso no se suspenderán para dar paso a estos procesos más formales : la gente no aparcará sus conflictos para ser formada con tranquilidad y sosiego, no aplazará la satisfacción de Sus intereses hasta que se implante la innovación y no guardará sus creencias compartidas para acoger sin dudar los presupuestos ideológicos desde los cuales será evaluada. Todo lo contrario: conflicto, relaciones de poder, intereses, alianzas y estrategias en curso, normas ocultas, mitos, rituales colectivos, subculturas, etc. atravesarán sin piedad el proceso organizativo que con tanta meticulosidad y tanto rigor se planificó en la lilesa de algún despacho, adaptándolo, retrasándolo, potenciándolo o, simplemente, impidiendo que se desarrolle. Los grupos sociales aprovecharán precisamente los procesos organizativos para lanzar sus mensajes, legitimar sus posiciones y deslegitimar de paso las de los otros defender sus intereses y escribir sus historias. El problema respecto a los procesos organizativos no es que puedan ser influidos por los procesos sociales en curso, sino que constituyen precisamente el campo de batalla que dichos procesos sociales necesitan continuamente para manifestarse, para hacerse presentes, para poner en juego, en definitiva, toda la materia bélica que aún no se ha utilizado.
...