Cómo Afectan Los Cambios Estacionales A Nuestro Estado De ánimo
Enviado por Jeffera • 17 de Julio de 2015 • 2.373 Palabras (10 Páginas) • 166 Visitas
¿Cómo afectan los cambios estacionales a nuestro estado de ánimo?
La luz y las condiciones climáticas parecen ejercen una gran influencia en nuestro estado anímico. Ya en la época griega, Hipócrates hizo referencia a la importancia de los cambios de estación en la génesis de algunas enfermedades, así como de los cambios corporales provocados por el frío o el calor.
Hay estaciones del año en las que algunas enfermedades mentales empeoran o que producen leves síntomas como una disminución del estado de ánimo, aumento del cansancio, dificultad para conciliar el sueño y baja concentración. Si estos síntomas son muy marcados puede que se esté produciendo en el individuo un trastorno afectivo estacional, sensible a las estaciones de otoño e invierno en su aparición, remitiendo cuando aparece el buen tiempo y los días son más largos.
¿En qué consiste el Trastorno afectivo estacional?
El Trastorno afectivo estacional o TAE se presenta aproximadamente en seis de cada cien personas, siendo más común en los adultos aunque también puede presentarse en niños y adolescentes. El número de mujeres afectadas por este trastorno es mayor que en hombres, aunque la biología, la historia familiar, el entorno y las experiencias individuales hacen que ciertas personas estén más predispuestas que otras a desarrollarlo.
El TAE es una forma de depresión que coincide según los últimos estudios e investigaciones con la falta de exposición a la luz durante los meses de otoño e invierno y los cambios hormonales y de neurotransmisores.
Se caracteriza por la presencia en el individuo de cambios en el humor propios de la depresión como la astenia, sentimientos de desesperanza, irritabilidad, tristeza, ansiedad, anhedonia, disminución de la líbido, etc. presentando además un predominio de síntomas vegetativos como la hipersomnia, el aumento de peso y del apetito, cansancio físico y una elevada sensibilidad al rechazo interpersonal.
¿Por qué sucede?
Existen muchas teorías sobre por qué se producen estos cambios anímicos en los individuos en relación a los cambios estacionales, pero la mayoría de los investigadores coinciden en que pueden estar desencadenados por la respuesta del cerebro a la disminución de la luz y la relación con algunas hormonas claves en la regulación de los ciclos de sueño-vigilia, energía y estado de ánimo, como son la melatonina y la serotonina.
La melatonina es una hormona que secretamos de forma natural cuya función principal es la regulación de los ciclos sueño y vigilia. La secreción de melatonina comienza a aumentar por la tarde, manteniéndose a altos niveles casi durante toda la noche y disminuyendo cuando sale el sol. Mientras que con la serotonina, ocurre lo contrario, aumentando cuando la persona se encuentra expuesta a la luz solar, siendo sus niveles muy bajos en verano, asociándose por lo tanto con síntomas como la tristeza e irritabilidad. Por eso si la luz disminuye, como suele pasar en otoño e invierno, pueden aparecer desequilibrios hormonales que afectaran a nuestros estados de ánimo.
Así, cuando los días son más cortos en otoño e invierno y las horas de oscuridad más largas, se puede producir un aumento de los niveles de melatonina y una disminución de la serotonina, creando en ocasiones condiciones biológicas para un bajo estado de ánimo, a las que deberíamos sumar los antecedentes familiares del individuo, el contexto en el que se encuentra y sus condiciones personales y experiencias.
¿El estado de ánimo afecta a nuestra postura? o ¿La postura puede influenciar en nuestro estado de ánimo?
Hay un dicho popular muy conocido y que ha sido motivo de estudio por sociólogos, psicólogos, psiquiatras y otros científicos relacionados, que dice que “la cara es el espejo del alma” y es cierto que el ser humano tiene muchas caras en función de la situación, los psicólogos a este fenómeno le han llamado “rostro social”.
De igual forma sucede con la postura que en muchas ocasiones refleja el estado de ánimo el cual está directamente relacionado con las emociones o sentimientos. No nos referimos a las posturas incorrectas cuando estamos delante de un ordenador o al realizar una actividad física en concreto, sino a la postura que adoptamos ante la tristeza, el cansancio, la pena… o ante la alegría, el triunfo, el dominio de la situación…
El Dr. Palmero del Departamento de Psicología Básica de la Universidad Jaume I de Castellón, en el año 1997, en el libro La emoción desde el modelo biológico citaba que Darwin basándose en premisas biológicas, estableció que los movimientos corporales y las expresiones faciales cumplían un papel de comunicación entre los miembros de una especie, transmitiendo información acerca del estado emocional del organismo.
Una persona cabizbaja, hombros proyectados hacia delante, espalda curvada, brazos caídos sin balanceo, región abdominal prominente, rodillas semiflexionadas, y que realiza una marcha arrastrando los pies es sinónimo de una persona abatida, triste, fracasada y pesimista. Una postura inversa esta vinculada a un estado de ánimo de felicidad, autoseguridad, y confianza.
La postura de Charlie Brown
Una mala postura además de no ayudar a mejorar el estado de ánimo comporta unas alteraciones importantes musculo esqueléticas y funcionales que empeoran el cuadro emocional. En el 1953 el famoso psiquiatra suizo Jakob Klaesi, aseguraba que los estados de tristeza o estados de ánimo similares provocaban una clara pérdida de tono muscular.
Un análisis de los efectos sobre el organismo de la postura descrita en las personas que reflejan abatimiento, tristeza u otros similares nos evidencian que existen anomalías como: distensiones y contracturas musculares, disminución de la capacidad de expansión torácica y consecuentemente disminución del volumen de aire respiratorio y disminución de la oxigenación sanguínea, dolores de cabeza, dolores musculares, trastornos digestivos entre otros.
Por todo lo dicho, ¿podemos asegurar que la postura influye en el estado de ánimo? Quizás no en el 100% de los casos, pero si podemos generalizar que la postura proyecta en muchas ocasiones nuestro estado de ánimo, por lo que en el momento en que cada uno es consciente de su postura, podrá intervenir en su corrección y posiblemente podrá influir en un cambio del estado de ánimo.
Ellen Goldman en su libro As others see us publicado por Routledge en el 2004, nos da unas indicaciones de cómo influir en este cambio postural y consecuentemente emocional:
Ser consciente de tu postura correlacionándolos con tus pensamientos
Valorar si los pensamientos (sentimientos) son útiles y/o eficaces
Intentar, si es necesario, tomar
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