Desafios del sector electronico.
Enviado por Alex Abreu • 30 de Septiembre de 2016 • Informe • 1.391 Palabras (6 Páginas) • 198 Visitas
DESAFÍOS DEL SECTOR ELÉCTRICO PERUANO
Actualmente, no es novedad que el país ha crecido sostenidamente durante los últimos quince años. Un ejemplo de ello se logra ver, día a día, en las inauguraciones de los diferentes malls que se dan tanto en la capital como en provincias. El crecimiento experimentado no solo se ha dado a nivel de la demanda interna, sino también en los diferentes sectores de la economía. Precisamente uno de ellos, el sector eléctrico, ha jugado un rol preponderante en el crecimiento del país, toda vez que los mayores niveles de producción de los diferentes agentes económicos demandaron más energía eléctrica. Sin embargo, dicho sector presenta importantes desafíos dada la relevancia del mismo para la sostenibilidad del desarrollo de nuestro país. Es en base de ello que el presente análisis busca generar conciencia sobre los riesgos e ineficiencias existentes en dicho sector.
El sector eléctrico está dividido en tres subsectores: generación, transmisión y distribución. En la etapa de generación se encuentran aquellas empresas que producen la energía eléctrica ya sea a través de recursos hídricos, combustibles, solar, entre otros. La energía proveniente de dichas centrales de generación es transportada por las líneas de transmisión de alta tensión que existen a lo largo del país, para luego llegar a las subestaciones donde los transformadores bajan la tensión y sea distribuida a las diferentes familias y/o empresas. Cabe precisar que las empresas de transmisión y distribución se encuentran reguladas al poseer el monopolio natural de sus respectivas concesiones. Por el contrario, el mercado de generación es de libre competencia.
Los problemas que enfrenta el Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN), relacionados con la generación y transmisión principalmente, son de amplio conocimiento, ya que tanto los medios de comunicación, como los diferentes agentes del mercado, se encuentran pendientes de la confiabilidad del mismo. Los principales riesgos y desafíos que enfrenta el SEIN corresponden a la concentración de la generación y a la saturación de las líneas de transmisión. Prácticamente, el 40,0% de la máxima demanda del sistema se concentra en las cinco centrales termoeléctricas ubicadas en la ciudad de Chilca.
Las empresas que participan en la etapa de distribución reciben la energía de los diferentes generadores y la reparten a las diferentes familias usuarias o empresas (son las empresas a las cuales les pagamos nuestros recibos de luz). En otras palabras, es una extensión ‘retail’ de la etapa de transmisión y al igual que esta última está regulada. Motivo por el cual están obligadas a ser eficientes, ya que el Osinergmin (regulador), establece la tarifa que deben cobrar en base a un modelo de empresa eficiente, la misma que es revisada cada cuatro años. Asimismo, gozan de estabilidad en sus ingresos en la medida que la demanda es estable, al poseer una determinada zona de influencia y ser el único operador, asi como de mantener una baja elasticidad-precio.
En este entorno, de bajo riesgo y un negocio tipificado como cash now, la gestión financiera no es la más adecuada, específicamente, en las distribuidoras estatales (DE). Asimismo, dichas compañías estatales presentan débiles niveles de gobierno corporativo, registrando importantes contingencias además del deterioro en la calidad del servicio que brindan. De igual forma, se enfrentan continuamente a injerencias políticas, así como a las trabas burocráticas, propias de una empresa del Estado. En sencillo, las DE son ineficientes y no son gestionadas de la mejor manera. Situación contraria se observa en las distribuidoras privadas (DP) que tienen mayores incentivos para ser eficientes, tanto a nivel financiero como operativo.
Si comparamos en términos relativos el desempeño financiero de las diferentes distribuidoras del país, con la atingencia de que cada una de ellas cubre diferentes zonas geográficas con determinadas características, observamos que las DP son más sólidas que las DE. Muestra de ello son las clasificaciones de riesgo que ostentan las primeras pues cuentan con clasificaciones más altas respecto de la única DE clasificada, la misma que se ubica cinco notches por debajo del rating más bajo entre las privadas. Asimismo, las rentabilidades obtenidas por las DP son superiores (aproximadamente dos veces la de las estatales), toda vez que son más eficientes – los gastos operativos representan aproximadamente el 8.0% de los ingresos versus un 14.0% en promedio de las estatales y presentan una mejor estructura de capital a pesar que las estatales no registran obligaciones financieras significativas. Por el contrario, las DP tienen un mayor acceso a fuentes de financiamiento externo (bonos y préstamos bancarios) lo que les permite financiar sus inversiones a bajos costos financieros y a plazos más largos. Situación totalmente contraria se observa en las distribuidoras estatales que financian sus activos de largo plazo con préstamos de corto plazo cuando lo óptimo es que se calce el vencimiento de la vida útil del activo con la deuda que lo financia. Es de mencionar que dicha gestión se encuentra restringida a la normativa a la cual se encuentran expuestas las DE en la medida que no les permiten tomar deuda a plazos mayores a un año. Más aún se evidencia una falta de planificación en la gestión de las mismas, en la medida que deben repartir el 100% de sus utilidades todos los años, de acuerdo con lo estipulado en su marco legal, mientras que para financiar sus inversiones se constituyen nuevos aportes de capital. Ello genera que las DE registren pérdidas acumuladas en sus patrimonios evidenciando la falta de visión de largo plazo.
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