ECONOMISTA

LA UNIVERSIDAD DE LAS NUEVAS GENERACIONES

Dentro del contexto actual de la sociedad de los países en vía de desarrollo, donde se parametriza el comportamiento de los individuos a partir de los permanentes cambios producidos por la innovación en la producción, la libertad de búsqueda de información y ocio a través de la internet, el modelo político y económico donde se establecen los requisitos de competitividad, los cuales hacen que las sociedades sientan un mayor afán por adquirir tecnologías y hacer que sus sociedades se conviertan en receptoras de conocimiento aplicado a los procesos de producción y no a la generación de esté para mejorar sus niveles de competitividad. Donde observamos una sociedad que se aparta de los saberes propios de su cultura y adopta otros queriendo parecer una sociedad avanzada, desconociendo que estas son las que han armonizado la relación entre sociedad, estado, mercado, conocimiento y tecnología. Donde cada uno de ellos aporta su desarrollo para mejorar el bienestar de sus naciones.

De ahí que el compromiso de la universidad en una sociedad que busca desarrollarse debe determinarse por generar una identidad clara de la sociedad, donde se conozcan sus necesidades, su nivel de generación de conocimiento, la capacidad cultural para afrontar los retos de las sociedades modernas, la estructura política y económica sus intereses y necesidades. Todo esto a partir de una investigación interdisciplinaria donde convergen las áreas del conocimiento social como la antropología y la sociología con la economía e ingenierías.

Otro papel fundamental de la universidad debe ser la conservación de la cultura de la sociedad, asegurando una formación integral del profesional aportando conceptos de ética y desarrollo personal a sus estudiantes cimentando así, los valores necesarios que deben determinar el compromiso profesional para la solución de problemas en su entorno laboral. Esta formación integral de la personalidad implica un sostenido trabajo educativo para que el alumno se desarrolle como sujeto de derecho. Esto implica que se conozca a sí mismo, que interactúe con los demás y que pueda disponer de todas las condiciones para definir su proyecto de vida.

Cualquier intento de preservar la pertinencia y la calidad de la educación superior en medio de este contexto, marcado por la transnacionalización y la desnacionalización económica, cultural y social del mundo unipolar y globalizado, pasa por la necesidad de trabajar intensamente por la consolidación en los estudiantes del sistema de valores morales que ordenan los juicios sobre la vida moral de la sociedad y las acciones derivadas de esos juicios.

Para finalizar, es necesario que la universidad le aporte a la sociedad profesionales, técnicos y tecnólogos con capacidad para generar, apropiar, y utilizar el conocimiento para atender las necesidades de su desarrollo, incorporando

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