EL DECLINE DE PETROLEOS MEXICANOS

EL DECLINE DE PETROLEOS MEXICANOS

Sury Phillips Arzate

En México, el sector petrolero es, por su trascendencia económica y productiva, uno de los temas de importancia actual más debatibles. México cuenta con uno de los mejores sectores energéticos en materia petrolera internacional: Petróleos Mexicanos (PEMEX). Según la Energy Intelligence Group, PIW Ranking 2010, PEMEX es la tercera empresa productora de petróleo más importante del mundo. Sin embargo, ésta ha registrado una caída natural en su producción general de crudo, el problema actual radica en que PEMEX se mantenga cómo uno de los líderes mundiales en producción y exportación de petróleo. Para esto, se deben reiniciar exploraciones petroleras en territorio mexicano, mismas que requieren de tecnología e inversión que, por sus propios problemas financieros y laborales, PEMEX es incapaz de tener en este momento. Por lo anterior, conviene preguntarse cuáles son las alternativas reales para incentivar su rendimiento.

Desde 2004, Pemex ha registrado una baja del principal yacimiento petrolero que tuvo México durante 30 años, Cantarell, lo que ha impactado la plataforma de producción de nuestro país, que pasó de 3.3 millones de barriles en ese año a 2.6 millones de barriles por día durante el 2009 (El Universal, 2009). Derivado de esta caída, las exportaciones de crudo fueron de un crecimiento de -12% (PEMEX, 2009). Esto ha imposibilitado que PEMEX continúe maximizando el valor económico del crudo. La deuda neta de PEMEX aumento 6.6% respecto al año anterior, ubicándose en 503.7 mil millones de pesos (PEMEX, 2009). Petróleos Mexicanos no está en condiciones de invertir en exploración y explotación de nuevos yacimientos de crudo.

El panorama actual de PEMEX es limitado, ya que existen barreras legales que no permiten su modernización. Son viables dos alternativas de inversión al capital para Petróleos Mexicanos: las figuras contractuales cómo los llamados contratos riesgo, ya implementados anteriormente en la historia de PEMEX. Estos tienen la ventaja, ante la crítica de diversos sectores sociales, de poder defenderlos al considerarlos cómo simples contratos de obras. Bien, existe la otra alternativa, permitir la participación directa de una empresa privada nacional o extranjera dentro de la estructura corporativa de PEMEX. Por ejemplo, el gobierno brasileño con Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras), comparte el 55.7% de la participación y ganancias directas de la empresa junto con el 44.33% de la inversión extranjera. Actualmente, Petrobras es una empresa más competitiva que PEMEX. Es importante recordar que tan sólo hace diez años Brasil dependía de las importaciones para casi la mitad de su petróleo. El rezago industrial era tan grande que se había ganado el sobrenombre de: “Petrosaurio”. En el caso de Pemex la inversión en investigación no es suficiente, dado que la mayor parte de su tecnología es importada y sus procesos aún pueden considerarse atrasados respecto a otras petroleras en el mundo. La regulación legal de PEMEX implica una barrera infranqueable para los inversores extranjeros. En consecuente, la postura de algunos partidos políticos en México, por un contexto histórico, son radicales y peligrosas para la estabilidad nacional en caso de cambios en el marco legal de la política energética.

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