EL TRABAJO INFANTIL
Enviado por saulfonseca • 9 de Julio de 2014 • Síntesis • 836 Palabras (4 Páginas) • 240 Visitas
5.2 EL TRABAJO INFANTIL
La época victoriana es muy conocida por el empleo de niños en fábricas y minas, y como deshollinadores. El trabajo infantil, a menudo provocado por las dificultades económicas, jugó un papel importante en la revolución industrial desde sus inicios: Charles Dickens, por ejemplo, trabajó con tan solo 12 años en una fábrica de betún, con su familia en la cárcel de deudores.
La revolución industrial dio como resultado la contratación de muchos niños en enormes fábricas. A menudo eran los operarios de las maquinarias más peligrosas. Las chicas jóvenes que trabajaban en fábricas de cerillas, tenían jornadas muy largas por un sueldo miserable, trabajaban con material peligroso como el fósforo, que causaba una enfermedad conocida como “phossy jaw” (fosfonecrosis) que pudría las mandíbulas inferiores.
Los niños que trabajaban en fábricas sufrían una vida muy dura, comenzaban a trabajar en las fábricas, generalmente en talleres pequeños, sucios, oscuros, húmedos y mal ventilados, entre los 9 y los 12 años, en muchos casos los padres empleaban a sus propios hijos para trabajar a su lado. Con la salida del sol, el sonido de las sirenas exigía a hombres, mujeres y niños a salir de sus humildes moradas para recorrer los caminos de las minas o de las fábricas. Las jornadas ocupaban entre 12 y 15 horas. El movimiento de las máquinas marcaba el ritmo de trabajo. Los niños cobraban el 30% del salario de un adulto y con igual jornada. Cualquier protesta significaba el despido por parte del capataz.
Hubo niños trabajando incluso 12 horas al día, ya que el empleo de niños para determinados trabajos fue dado por la tecnología de la época. La primera hiladora de algodón era tan pequeña que las únicas personas capaces de trabajar con ella o de arreglarla eran los niños, además enseñársela a manejar resultaba muy sencillo. En la década de 1830 los niños trabajaban uniendo dos hebras rotas del mismo hilo dentro de las máquinas que las enrollaban. Este era el motivo por el que los dueños los contrataban a una edad tan temprana. Estos niños también trabajaban en minas de carbón y se encargaban del rastreo a través de túneles demasiado estrechos y bajos para los adultos.
El siguiente es un relato de un niño de siete años que en 1832 trabajaba en una fábrica textil "Tenia yo siete años cuando empecé a hilar lana en una fábrica. La jornada de trabajo duraba desde las cinco de la mañana hasta las ocho de la noche, con un único descanso de treinta minutos a mediodía para comer. Teníamos que tomar la comida como pudiéramos, de pie o apoyados de cualquier manera. Así pues, a los siete años yo realizaba catorce horas y media de trabajo efectivo. En aquella fábrica había alrededor de cincuenta niños, más o menos de mi edad, que con mucha frecuencia caían enfermos. Cada día había al menos media docena de ellos que estaban
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