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El Arte De La Guerra, Las técnicas Samuráis En Los Negocios


Enviado por   •  15 de Octubre de 2011  •  3.747 Palabras (15 Páginas)  •  1.390 Visitas

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El arte de la guerra, las técnicas samuráis en los negocios

Si no se conoce el propio cuerpo, sus reacciones, sus sentimientos o seguridad de acción, como se van a conocer otros factores externos. El primer paso del ejecutivo guerrero es el dominio de su propio cuerpo tanto externos e internos, es decir conquistarse a sí mismo; es evidente que un primer paso debe estar enfocado a toda una seria de normas básicas para preservar la salud, considerando aspectos tales como los horarios, la alimentación, el deporte y los biorritmos.

Los horarios tienen que contemplar horas de descanso, trabajo y ocio, estoy aspectos son fundamentales para mantener el equilibrio perfecto del organismo. El horario de descanso diario debe convertirse en un espacio de tiempo sagrado. Dormir pocas horas tiene consecuencias nefastas acorto y a largo plazo, pero lo importante no es tan sólo dormir entre siete y ocho horas, sino respetar un horario que se equilibre con el cuerpo y los biorritmos.

La Alimentación es otro de los factores claves para el equilibrio del cuerpo. Tienen que ser sana y equilibrada, y entendemos por sana la dieta mediterránea, baja en grasas y rica en frutas y verduras. Los horarios de las comidas también tienen que ser respetados con escrupulosidad, y deben convertirse en actos sagrados como el dormir.

Las actividades deportivas fortalecen el cuerpo y aportan energía al cuerpo y, por lo tanto, deben convertirse en algo cotidiano. Media hora de caminata o piscina, por la mañana contribuye notablemente al mantenimiento de un cuerpo sano y fuerte. Todo esto lleva a conocer al propio cuerpo y saber cuáles son las propias limitaciones. El ejecutivo guerrero al igual que el samurái precisa saber con exactitud cuáles son sus límites físicos, para poder retirarse a descansar y recuperar la fuerza necesaria para continuar el combate cotidiano.

Por lo general, la gente considera el respirar como un hecho consumado, como un mecanismo automático del cuerpo humano. Sin embargo, sobre la respiración se puede incidir, cambiar su ritmo, hacerla más estable o inestable. El dominio de la respiración es sumamente útil en cualquiera de los acontecimientos de la vida cotidiana o empresarial.

Relajarse es prepararse para el combate diario, que cualquier ejecutivo debe realizar. Pero no confundamos estar relajado con estar descansado. Se puede haber dormido bien y no sentir ningún tipo de cansancio en el cuerpo y, sin embargo, no encontrarse relajado. Cada persona consigue su estado de relajación de una manera diferente, hay quienes se relajan con música, ejercicio, leer y asi podríamos realizar una lista interminable, pero lo importante es estar relajado en el trabajo cotidiano, enfrentarse a las tareas en un estado de relajación.

Si el ejecutivo quiere seguir la vía del ejecutivo guerrero tiene que practicar algún método para calmar y acallar su mente, para relajarla y conseguir a través de esta práctica un dominio importante de sus pensamientos y sus acciones. La práctica de la meditación lleva a un desganche de los problemas cotidianos, a una reorganización cerebral, a un descanso de todo lo que satura la mente, en pocas palabras la meditación se convierte en un camino hacia la propia verdad interna. Quien decida practicar día a día la meditación experimentará, cambios de conducta que se traducirán en un incremento de su autoestima, también verá como poco a poco, sus miedos y sus fobias van desapareciendo y en el plano fisiológico reduce la ansiedad, la presión sanguínea, el nivel metabólico se equilibra y se detecta un importante equilibro energético.

El ejecutivo guerrero precisa desarrollar dos aspectos importantes que han tenido vital importancia entre los guerreros que practicaron el arte de la guerra y los samurái. Uno es la atención y el otro al conocimiento y al aprovechamiento de las propias energías. Al no prestar atención a lo que nos rodease pierde gran parte de los acontecimientos, y las equivocaciones crecen de manera considerable. Muchos accidentes laborales, muchos fracasos comerciales muchas debacles financieras son debidos a la falta de atención.

¿Pero que entendemos por atención? Los occidentales la definen como un proceso psicofisiológico que dispone al individuo a la selección y focalización de determinados estímulos e informaciones de su campo perceptivo, Los orientales y en especial los maestros Zen, no tienen una definición muy concreta de la atención, pero podemos decir de una forma muy occidental, que existen 2 clases de atención. Una estaría enfocada a los actos externos, otra a los actos internos, pero ambas son complementarias. La atención se convierte en una herramienta vital para el desarrollo del ejecutivo guerrero, con ella consigue un dominio de las situaciones externas y, al mismo tiempo de uno mismo. La atención interna lleva a reconocer todo lo que ocurre dentro del cuerpo y la mente. Sentir los fluidos y las energías que circulan para saberlas aprovechar.

Al hablar de energía da la impresión que se esté entrando en el campo de lo paracientífico, sin embargo, toda la medicina moderna está considerando muy seriamente la fuerza energética que circula por el cuerpo humano. Los orientales ya consideraban la energía desde tiempos muy antiguos, y la enseñanza de los samurái se basaba en estas energías que algunos pueblos reconocían como el chi y otros como el Yin yang. Lo importante es saber potenciar estas energías y estos solo se consigue a través de toda una serie de técnicas determinadas, como son: Meditación, Yoga espiritual, relajación, masaje. De la misma manera que uno puede adquirir energía puede disiparla, si se averigua como se malgastan también se sabe cómo se producen y donde se obtienen. Algunas formas de disipar las energías son: cuando se sufre estrés social, cuando uno se figura cosas, cuando la ira, la posesividad, la autocompasión y la rivalidad están presentes.

El arte de observar a los demás requiere un trabajo importante de atención y psicología. La observación de otra persona nos permite descubrir actitudes, miedos, engaños, y toda una valiosa información que puede ser útil para negociar. Pero todo trabajo de observación requiere práctica y sobre todo atención. Se puede decir que la observación inicia por uno mismo, por observar los más mínimos detalles y circunstancias que nos rodean. Se podría decir que existen dos clases de factores: externos e internos. Un factor interno es cuando se aprecia un titubeo, un gesto o una falsa sonrisa en la persona con la que se está negociando. En la observación interna no se percibe aparentemente nada en los gestos o palabras del interlocutor, sin embargo, en el mismo momento o más tarde, hay algo que indica que aquella otra persona no está actuando con honradez.

Saber reconocer las

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