Arte de la guerra ... ¿o inteligencia de negocios

Arte de la guerra ... ¿o inteligencia de negocios?

Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo y en 100 batallas nunca estarás en peligro

Aterrizar estas palabras al mundo de los negocios y las organizaciones claramente indica que toda estrategia debe estar complementada en el entendimiento en todo momento de las estrategias y capacidades de la competencia para que se pueda lograr el éxito.

Ganar 100 batallas no es lo máximo de tus destrezas, someter al enemigo lo es

Considero que así como en la guerra hay batallas, en la estrategia hay tácticas. La guerra y la estrategia hablan de la victoria o el obtener o rebasar los objetivos impuestos y se basan ambas en pequeñas batallas o estrategias que deben ir alineadas a un concepto más general.

Evita lo que es fuerte, ataca lo que es débil

En el campo de batalla así como en los negocios, se tienen debilidades y fortalezas cuando se enfrenta a un contendiente. Lo más coherente sería desde luego atacar sus debilidades explotando además tus fortalezas para así obtener una mayor ventaja en tus estrategias. Por ejemplo, a un ejército que tiene buenos francotiradores, lo más congruente sería emboscarlo a corta distancia para que no pueda hacer uso efectivo de los mismos. Así pues, a una empresa que se dedica a brindar un servicio a sus clientes pero que no enfatiza en minimizar costos, se puede atacar de esta forma, pues un cliente por lo general preferirá un producto de calidad y de menor costo que uno con el que ya se tenía una empatía.

Es más importante superar a tu enemigo con la mente que con la fuerza

Esto apoya bastante las demás teorías, es decir, no iniciar un negocio a pesar de que la fuerza o grandeza de tu empresa sea avasalladora, sino que hay que elegir qué negocios son viables y planear adecuadamente la estrategia para lograr introducirte como competencia en dicho ramo.

Que tus planes sean tan oscuros como la noche, luego, ataca como un rayo

Creo que vemos este tipo de tácticas más a menudo de lo que podríamos percibir. Por poner un ejemplo, el caso en donde Apple inició el desarrollo del iPod para después presentárselo al entonces CEO de la Sony, en donde ya se

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