El Inefable Dr. Zolezzi
Enviado por Ericson Castillo Alvarez • 3 de Noviembre de 2022 • Tarea • 1.825 Palabras (8 Páginas) • 162 Visitas
El inefable Dr. Zolezzi
(Caso real, los nombres originales fueron cambiados)
Transcurría el otoño del año 2012 en Lima, el sol del mes de mayo caía con pereza y débil fuerza sobre la ciudad, José quien interinamente y por seis meses había ocupado el cargo de Superintendente, miraba por la ventana el paisaje urbano de San Isidro a manera de despedida.
El Dr. Zolezzi, abogado, se desplazaba sin prisa llevando toda su humanidad a cuestas hacia su nueva oficina. Zolezzi había estado trabajando hasta hace poco en un organización no gubernamental de presencia internacional.
Breve en el saludo, intercambió apenas una sonrisa forzada y abordó temas puntuales con José con quien parecía no tenía muchos deseos de conversar. José no había destacado principalmente por sus dotes de liderazgo y si por ser un gruñón y malgeniado, José venía de una dinastía de tres superintendentes que desde el año 2006 no habían hecho mayor destaque, el personal de la Superintendencia Nacional de Obras Públicas guardaba mucha expectativa con la llegada de este nuevo personaje.
Luego de la toma de posesión, Zolezzi envió un correo a todo el personal invitándolo a participar del discurso que daría con motivo de la asunción al nuevo cargo.
08:00 de la mañana del día siguiente, el personal de todo el edificio y del otro local que poseía la institución iba llegando y atiborrando al piso en el cual se encontraba la oficina de Zolezzi. Sin tardar, Zolezzi apareció ante el personal con una gran sonrisa, el discurso fue de bienvenida, alturado, entre otras cosas mencionó que las puertas de su oficina estarían abiertas para cualquier colaborador que deseara conversar con él, asimismo indicó que estaba dispuesto a colaborar con las gestiones que se lleven a cabo con respecto de las mejoras salariales de la Superintendencia, cabe señalar que habían transcurrido 12 largos años sin este tipo de mejoras.
Los días iban transcurriendo y nuevos gerentes designados por Zolezzi iban llegando, en realidad no era personal nuevo, se habían dado promociones con el personal antiguo y algunos gerentes provenían de otras áreas de la institución.
Cabe indicar que, la Superintendencia ocupaba dos edificios, el principal en el cual tenía su oficina Zolezzi se encontraba en el distrito de San Isidro y un segundo edificio con el resto de personal se encontraba en el distrito de Lince.
Los meses transcurrían y nada significativo acontecía, el proceso de aumento de salario se había empantanado y el sistema se movía lento y sin prisa. Ninguna información con respecto al aumento salarial era ofrecida por la Alta Dirección, diferentes comentarios y rumores comenzaron a escucharse en los corredores y ascensores de ambos edificios.
Algunas reuniones matutinas con el personal se continuaron dando hasta que esta costumbre pasó al olvido. Por otro lado, los gerentes de Zolezzi no se caracterizaban por su locuacidad y motivación necesariamente, quizás eran buenos técnicos, sin embargo no sabían llegar, el personal. A diferencia de meses anteriores, el personal mostraba su incomodidad, “que silencio, no hay anda nuevo” mencionaban.
En aquél año, 2012, Zolezzi ordenó la realización de una estudio de Clima Organizacional en la institución, el estudio fue en esta oportunidad comunicado e invitando con mucho ánimo a todos a participar, sin embargo luego de realizado nadie se enteró de los resultados, sólo llamó la atención que en las semanas siguientes, se dispusiera que el personal podía asistir al trabajo en ropa de calle los días viernes.
Las reuniones por aniversario institucional y por fechas especiales como Navidad fueron pasando a la historia.
Así llegó el año 2013, Zolezzi desempolvó viejas actividades promocionales que antes se realizaban con los usuarios a nivel nacional, lo único que hizo fue cambiar de nombres a estas actividades, en el fondo continuaban siendo las mismas. “No hay nada nuevo en eso” se comentaba, sin embargo estas actividades eran colgadas en el portal institucional como los grandes logros del año.
Un buen día, en el mes de junio del 2013, Defensa Civil visitó ambos edificios de la Superintendencia, el dictamen fue rotundo, los edificios de la Superintendencia no son habitables, no están en condiciones de albergar personal dijeron. Cabe señalar que los edificios en sí no eran antiguos, el de San Isidro de 6 pisos había sido construido sobre una vivienda, ese edificio tendría alrededor de 15 años, por otro lado, el edificio de Lince de 10 pisos tenía una antigüedad de aproximadamente 30 años.
Eventualmente, Zolezzi enviaba comunicados vía correo electrónico, comunicando que estaba haciendo todos el esfuerzo posible para que salgan los aumentos de sueldo.
Los edificios de la Superintendencia hasta ese momento de encontraban ubicados en lugares céntricos. Lima a estas alturas, se había transformado en una ciudad caótica en materia de transporte, estar próximo a avenidas de gran circulación era una gran ventaja para el personal.
De la noche a la mañana, la Superintendencia comunicó la mudanza del personal a un nuevo local. El nuevo local se encontraba en una de las partes más extremas de la ciudad, en el distrito de La Molina, el lugar era residencial, ninguna otra institución pública tenía su sede en aquella lejana zona, ni siquiera había entidades privadas a no ser por pequeñas bodegas y un Supermercado.
Si San Isidro soportaba un fuerte flujo vehicular, La Molina lo superaba ampliamente pues el acceso se reducía solo a la Avenida Javier Prado, la mayoría de autos en aquella zona correspondía a vehículos particulares, respecto a vehículos de transporte público, en La Molina las unidades de transporte eran muy limitadas.
Esta noticia inesperada y rápida cayó como un balde de agua al personal. El sindicato se pronunció elevando un concienzudo estudio con respecto a las externalidades y al difícil acceso a aquél lugar. La reacción del personal, a pesar de la distancia, falta de transporte público y aumento en los costos de transporte fue pasiva, solo hablaban entre dientes, tal parece que la expectativa del aumento de sueldo pesaba más que la desazón pues decían: “si nos quejamos, no hay aumento”. Los colaboradores que redactaron el estudio que el sindicato presentó fueron sancionados.
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