El Laberinto De La Soledad

“La soledad, el sentimiento y conocimiento de que uno está solo, excluido del mundo, no es una característica exclusivamente mexicana. Todos los hombres, en algún momento de sus vidas, se sienten solos. Y lo están. Vivir es separarse de lo que fuimos para acercarnos a lo que seremos en el futuro. La soledad es el hecho mas profundo de la condición humana.”

Octavio Paz.

Es curioso e interesante como inicia Octavio Paz su ensayo, hablando del adolecente y sobre el descubrimiento de si mismo que lo lleva a una conclusión a una consiente soledad en el mundo. ¿Qué somos y cómo realizaremos eso que somos? Pues la adolescencia es el momento en el que empezamos a tomar conciencia de nuestro ser.

Fue en la ciudad de Los Ángeles donde Octavio Paz comenzó su análisis, comparando precisamente al gringo promedio, con más de un millón de mexicanos que ahí radicaban.

Y posteriormente habla de los mexicanos que no se mezclan y autonombran “pachucos”. Es decir, “bandas de jóvenes generalmente de origen mexicano, que viven en las ciudades del sur, que se singularizan por su vestimenta, conducta, su florido y coloquial lenguaje”. En donde los pachucos se niega a volver a su origen mexicano pero se niegan a formar parte del sistema norteamericano.

La soledad del mexicano, tiene sus raíces en su profundo sentido religioso, y en la muerte, la compañera perfecta de la vida. Sólo en México se rinde culto a la muerte pues se sabe dadora de vida.

En el segundo capitulo habla sobre “mascarás mexicanas” en donde se refiere a que el mexicano usa mascaras para proteger su intimidad, no le importa la ajena y nuevamente se cierra el circulo de la soledad.

En pocas palabras las mascaras en el mexicano representan sus mentiras, reflejan sus carencias, lo que fuimos y queremos ser. Sin embargo, de tantas posturas y tantas mentiras terminamos simulando lo que queremos ser y estamos condenados a representar una verdad ficticia, ajena a la realidad.

En el tercer capitulo habla sobre las tradiciones y costumbres mexicanas en donde se menciona que las fiestas son el único lujo de México. Al hablar del día de muertos menciona su origen y que significa para nosotros los mexicanos el festejar a la muerte.

Otra forma curiosa de abrir en el capitulo cuatro al hacer una critica dura al capitalismo este sistema económico o modo de producción que tanto nos ha jodido en donde el individuo se vuelve obrero y la condición humana es rebajada hasta su ultima consecuencia, posteriormente Paz sorprende con una frase demoledora “El mexicano no quiere o no se atreve a ser el mismo” Demasiados fantasmas lo habitan: la conquista, la colonia, la independencia, las guerras contra Francia y Estados Unidos “nuestro buen vecino”.

Sin embargo, los mexicanos tenemos una manera de exorcizar a nuestros demonios. Un grito es suficiente para afirmarnos ante lo exterior, ante los demás: ¡Viva México hijos de la Chingada! Y ¿quién es la Chingada?, ¿a quién o quienes se dirige tal grito de guerra? No es casual por supuesto, que el 15 de septiembre, aniversario de la independencia, todo México, embriagado de seguridad y orgullo, lo grite.

Y tampoco es casual que la figura materna, por un lado falsamente respetada, sea el blanco de la agresión.

La Chingada, es la mujer abierta, violada, es el resultado del conquistador, penetrando por la fuerza a la mujer indígena. Sin embargo, los hijos de la Chingada son los otros, los no mexicanos, los malinchistas.



La Malinche, encarna al mito, nadie en México le perdona su colaboración con el invasor y también, nadie en México negaría a la Virgen de Guadalupe su lugar como madre suprema de todos los mexicanos; seres provenientes de la soledad “fondo de dónde brota la angustia y que empezó el día en que nos desprendimos del ámbito materno y caímos en un mundo extraño y hostil”. Tonantzin, la virgen india, es la madre que vino a cuidarnos de nuestra orfandad.



Y Así, la Chingada y la Virgen de Guadalupe, ambas figuras pasivas, representan el amor

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