El limite de las empresas

Ensayo #3

Nombre: Jefrey Pineda Armesto

El Limite de las Empresas

En el ultimo decalustro el mundo se ha comportado de una forma particular. Con avances tecnológicos, crecimientos económicos y apertura de mercado, el mundo ha comprendido de cierto modo que las cosas en equipo parecen resultar mejor y desde la vista académica el enfoque es prácticamente el mismo. Actualmente es cada vez más común encontrar bloques comerciales entre los países. Igualmente pasa con alianzas entre empresas, las cuales, muchas veces buscan integrarse para optimizar procesos y utilidades, pero, entonces surge la duda planteada por Oliver E. Williamson en su libro “Las Instituciones económicas del capitalismo” que es “¿Puede una empresa grande hacer lo que varias empresas pequeñas hacen y más?”.

Para tocar el anterior interrogante, es importante contemplar la posición que tienen las empresas ante la integración y es que, de acuerdo a Williamson, éstas lo suelen evitar por dos razones fundamentales: La perdida de las economías de escala y los costos de gobernación interna de la empresa son mayores que los del mercado cuando escasea la especificidad de los recursos.

La primera razón pierde validez cuando vemos que si las empresas se integran significa que hay mayor capital y mayor poder lo que de cierto modo puede facilitar economías de escala y alcance, también cabe destacar que, si la empresa adquirida manejaba dichas economías, después de la integración se podrían seguir manejando dichas economías de escala de forma igual o incluso más optima. Por eso, ésta primera razón pierde credibilidad, pero ¿Qué queda de la segunda razón?

Oliver Williamson es muy especifico en el desarrollo de su capitulo VI: Los limites de las empresas de su libro anteriormente mencionado, allí desarrolla dos conceptos fundamentales en el tema principal y son los aspectos relacionados a incentivos y gobernación.

Con respecto al control de la gobernación todos sabemos que una empresa entre más grande sea, es cada vez más complejo su control en factores como ordenes y manejo de información, aunque el autor plantea soluciones como una buena estructura jerárquica y una correcta distribución de poderes, esto no deja de ser un problema. Aun así, si asumimos que dicho control se logra ejercer, el problema de los incentivos es aún mayor.

Esto hace referencia básicamente a lo que pueda suceder una vez realizada la fusión económica, dependiendo de los contratos establecidos. Es decir, los incentivos son el trato que reciban los trabajadores y administrativos de la pequeña empresa adquirida, o en su defecto, el descuido de los trabajadores en la empresa principal por la nueva adquisición. Esto hace referencia básicamente al poder, condiciones de trabajo, los ascensos o aumentos de sueldo. Al final de cuentas el autor es algo enfático diciendo que, si bien la fusión empresarial tenía aspectos tanto positivos como negativos, al final de cuentas resultaba siendo muy riesgoso y que en la mayoría de los casos resultaba en fracaso.

Considero que el autor tiene justa razón ya que de cierto modo es un riesgo y pues las empresas se fusionan y acaban haciendo negocios a mayor escala, ya que también tienen mayor poder económico. Lo importante es saber si ganan ventajas competitivas. Eso se verá reflejado en las cotizaciones. Pero, la verdad, es que los fallos ocurren. Los datos muestran que la mayoría de las fusiones no funcionan (Robert Holthausen, 2017).

Pero el principal riesgo que corren dichas empresas para Holthausen es el cultural. Según afirma en su articulo para Knowledge Wharton titulado, ¿Por qué fracasan las fusiones?, es que “La cultura es fundamental para el éxito de toda institución. Los números son solo un reflejo de la vida real. Las empresas las conforman personas y es a través de su trabajo y esfuerzo que se logran los resultados financieros. La cultura no es un tema de corto plazo. En el mediano plazo y largo plazo los números serán afectados si la cultura corporativa no resulta ser la adecuada” tal y como fue el caso de fusión fallida entre AOL y Time Warnes en el 2000 donde la tecnología de la primera chocó con los enfoques tradicionales de los ejecutivos de la segunda llevó al fracaso tal negociación.

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