En el centro de la ciudad de Tegucigalpa, concretamente en Guanacaste de la que toma nombre debido a un Guanacaste de gran altura que se encuentra en un redondel se encuentra Café Paradiso, un restaurante-café dedicado a las personas amantes de la lectu

Reportaje Café Paradiso

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En el centro de la ciudad de Tegucigalpa, concretamente en Guanacaste de la que toma nombre debido a un Guanacaste de gran altura que se encuentra en un redondel se encuentra Café Paradiso, un restaurante-café dedicado a las personas amantes de la lectura y la poesía al cual la calificación de único le viene como anillo al dedo.

Singular de gran belleza con plantas, libros, espejos y obras de arte que rodean todo el lugar, con atención y ambiente que se combinan para crear un conjunto verdaderamente inolvidable que merece la pena conocer, ya sea una buena o mala experiencia.

Por el momento Café Paradiso es un agradable restaurante más conocido por romper estereotipos en cuanto a lo que es socialmente aceptable. Si tienes suerte puede llegar a encontrarte con la mascota del lugar, un gato de gran tamaño color blanco y negro, al cual se le desconoce el nombre y que se pasea por las mesas como si estuviera en su propia casa.

Al entrar no se puede evitar sentir una ola de olor a cigarrillo que desprende comúnmente de los visitantes sentados bajo el tragaluz rodeado por plantas que. Normalmente las mesas que se encuentran frente a la entrada son ocupadas por personas que tienen el tiempo contado.

Caminando entre las mesas de la entrada se observan las típicas mesas que todo restaurante debe tener, en este caso se podría decir que son para verse más formales, con tres mesas de cada lado dejando un pequeño pasillo para caminar hacia un ventanal de vidrio sin puertas que conduce a un área más “relajada”.

Mientras se camina notas que no hay nadie con platos de comida, aunque en el menú se ofrezcan muchas opciones, esto se debe a que Café Paradiso se ha considerado un lugar para jóvenes en donde popularmente se bebe, pero sin ser considerado aún un bar.

Mesas de tipo jardín azules y sillas, algunas con pozabrazos y otras sin ellas, pequeños cojines que no combinan entre sí, al lado derecho se observa la cocina, ahí se encuentra todo el personal que te sonríe de vuelta si te miran, de frente junto a la pared unas escaleras color azul muestran un camino de cuadros de todo tipo, donde es prohibido entrar ya que es el hogar de las personas que trabajan en el café.

En esa misma pared puedes arreglarte; espejos de todo tipos, formas y tamaños se encuentran colgados. Y en el muro contrario, decenas de fotografías, las cuales se podrían apreciar por una tarde completa.[pic 2]

Para las personas que vienen a pasar toda la tarde o noche con sus buenos acompañantes escogen la parte de atrás, donde se encuentra una pequeña sala con muebles e incluso una computadora a disposición del que la necesite, una pequeña mesa de madera cubierta por un vidrio en el cual se encuentran fotos antiguas de los fundadores del café, al igual que unas cuantas fotos de comensales que quieren dejar un recuerdo.

Incluso más al fondo se encuentran más mesas de este tipo, con la diferencia que hay vitrinas llenas de libros y ventanas con pequeñas plantas de decoración (todas reales) para todo aquel que quiera leer.

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