Ener una empresa es como tener un hijo

Tener una empresa es como tener un hijo (a), es empezar una gran responsabilidad cuidando todos sus aspectos para un desarrollo favorable; es cuidar lo más mínimo para tener un funcionamiento adecuado, para que así nuestro pequeño se vaya desenvolviendo de una manera saludable en la cual nos pueda dar satisfacción de un buen esfuerzo de cuidado y hacernos sentir orgulloso con los resultados a corto y largo plazo de su importante vida.

La lectura fue bastante de mi agrado, ya que te habla de una manera clara y directa, sin dar muchas vueltas a lo mismo; me gustó también como es que el autor hace al comienzo una comparación muy acertada entre la salud de un ser humano con la “salud” o funcionamiento de una empresa, tomando este ejemplo para hacer referencia a lo que viene siendo el proceso de la consultoría, la cual si bien hoy en día es muy poco conocida, es debido a la ignorancia de las personas que manejan su negocio o simplemente porque piensan que ellos mismos son capaces de resolver cualquier problema ya que “si ellos formaron la empresa entonces es su responsabilidad los problemas que suceden dentro de ella”, por consiguiente no buscan ayuda profesional y prefieren acatar las manifestaciones negativas personalmente. Esto último es un gran error que se ha tenido sobretodo dentro de las empresas en nuestro país, desde las más pequeñas hasta las más grandes, teniendo así un resultado poco favorable para éstas o provocando su decadencia y cierre de la misma.

La consultoría empresarial es de manera similar a la consulta médica en nosotros los seres humanos; cuando nos enfermamos, antes de que vayamos al médico en muchas ocasiones preferimos automedicarnos y dejar que poco a poco el malestar o síntoma desaparezca. Si el síntoma persiste y se hace más grave entonces sí acudimos al él, ya cuando la situación de salud es más complicada. Algunas veces esto nos funciona en enfermedades leves o pasajeras, las cuales no provocan una situación alarmante en nuestros sistemas, sin embargo, automedicarnos nos trae consecuencias a largo plazo a nuestro cuerpo que pueden ser dañinas de diversas formas. Ahora bien, pensemos esto en una empresa, el autor lo hace en referencia a cuando se enferma algún niño, pero yo lo haré algo más desde mi punto de vista: supongamos que nuestra empresa es nuestro cuerpo, nuestro sistema inmunológico y los diversos sistemas que nos componen, supongamos que nuestra empresa tiene gripe o un resfriado, lo que se tradujera por ejemplo a un conflicto entre trabajadores. El jefe o encargado del negocio aplica el automedicarse y esto funciona la primera vez, pero ¿qué pasa si el resfriado se vuelve a presentar una y otra vez, y el jefe o encargado vuelve aplicar los mismos medicamentos sin consultar al doctor?, ¿es normal que alguien se enferme frecuentemente de resfriado? No, ¿verdad? ¿Qué pasa si no cuidamos el resfriado y aún más, se empeora y se convierte a una neumonía?

La mayoría de las ocasiones el automedicarse provoca que nuestro organismo se haga inmune a los medicamentos suministrados, de manera similar, aplicar los mismos castigos o métodos correctivos dentro de la una empresa provoca aún más malestar dentro de ella, sobre todo si el jefe, gerente o el encargado de la misma tiene poca experiencia y conocimiento en dichas situaciones o en el funcionamiento. ¿No hubiera sido más fácil haber acudido a un experto, a un médico o en este caso de la empresa, a un consultor? Tomando en cuenta que los problemas que surgen entre trabajadores (resfriados) provocan baja productividad de éstos (cuerpo cortado), afecta de manera indirecta al resto del personal (preocupación de la familia) y muchas veces provoca una baja calidad dentro del negocio si no se atiende a tiempo o bien el cierre (complicaciones – neumonía - muerte).

Un consultor no solo sirve para acatar un problema, un consultor tiene muchos beneficios para la empresa; se puede acudir a él desde para resolver o guiar la resolución de conflictos o problemas hasta para verificar que todo esté yendo a la perfección dentro de nuestro negocio. En la lectura, el autor nos explica que pocas veces son contratados debido a su alto costo, a la desconfianza o a la inexistencia de éstos. Existen ocasiones en que es verdad, el costo es muy alto para una empresa que no tiene altos presupuestos como para estar contratando consultores cada vez que se les suscita algún contratiempo, sin embargo, es de manera importante que al menos en alguna ocasión se realice el proceso de consultoría, debido a que como ya lo di a ver en la relación que escribí en los anteriores párrafos de las empresas con la salud humana, los problemas que no se tratan debidamente dentro de los negocios tienen mayor consecuencia a largo plazo, que se traducen a pérdidas como ya se había mencionado, desde lo económico hasta dentro del mismo personal, ocasionando que la empresa se vaya rompiendo estructura por estructura y en casos extremos provocando su ruptura completa. Pero aún así habiendo demasiados argumentos para destacar la consultoría en las empresas, la gente lo sigue ignorando actualmente.

Luego de haber dado una pequeña introducción del porqué es necesario llevar a cabo o saber la importancia de hacer el uso de un consultor (es), es necesario que se sepa cuándo nuestro negocio puede verse envuelto dentro de las principales problemáticas por las que podría pasar. La lectura nos ofrece 5 problemas frecuentes esenciales de los cuales se retomarán en este ensayo de poco más de dos mil palabras, tratando de exponer con claridad y usando alternativas que podrían facilitar la resolución o bien la prevención de dichos problemas, relacionándolos con la divertida, didáctica y educativa actividad previa que tuvimos en el salón de clase con el estupendo maestro Elías Gabriel; dicha actividad hacía referencia a las problemáticas de la lectura que se verán a continuación.

PROBLEMA 1: El personal desconoce sus objetivos y metas de trabajo.

En este problema se destaca la incapacidad de conocer las metas y objetivos que se tiene al trabajar en cualquier área; la mayoría de la gente que trabaja en las empresas lo hacen por obligación ya que hay que “llevar pan a la mesa”, es decir, el único motivo que existe es el dinero que se le proporciona. Los trabajadores se ven motivados por el incentivo monetario más que por el trabajo que realmente realizan, no tienen claro cuál es el propósito por el cual se trabaja dentro de la empresa, haciendo de las labores monótonas, aburridas y sin sentido.

En la actividad realizada en el salón el día viernes 16 de octubre de 2015, se pudo ver claramente a lo que se refiere está problemática, sobretodo yo, que fui uno de los principales participantes; a mí y a mi compañera Karla se nos dieron instrucciones: solamente podíamos hablar, observar y hacer cualquier tipo de acción con el fin de encontrar la actividad correcta, la cual podríamos comprobar si los compañeros del salón de clase aplaudieran, por cierto, éstos últimos solo podían ayudarnos con la mirada. Mientras más nos acercábamos a la actividad deseada por medio de nuestra habla, haciendo preguntas, improvisando, más abrían sus ojos, por lo contrario, mientras más nos alejábamos de dicha actividad la mirada se mantenía fija sobre cada uno de nosotros, es decir, no teníamos claro cuál era nuestro objetivo del trabajo, solamente teníamos plasmado lo que debíamos hacer. La actividad provocaba estrés tanto en los observadores como en los que debían conseguir esos aplausos, algo muy interesante a destacar es que nosotros los participantes éramos como los trabajadores, lo único que buscábamos era la aprobación y el incentivo que en la actividad eran los aplausos conseguidos, en los trabajadores sigue siendo el dinero como “satisfacción de trabajar”.

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