Entrevista A Meseros Revelan Sus Secretos

Un grupo de garzones nos hacen algunas revelaciones que no encontrarás en ningún menú.

Cuando llega hambriento a un restaurante lo primero que escucha es: “Hola, mi nombre es Sol y yo te voy a atender”, y quizá es lo último que desea saber porque muere de hambre; lo que sí querría saber es si el corte de carne que está a punto de pedir lleva días en la heladera. ¿Qué le dirían más de una decena de garzones si pudieran romper las reglas del restaurante? Para empezar, cuándo es la mejor hora para salir a comer, la sugerencia de lo que no debe pedir, lo que realmente pasa detrás de las puertas de la cocina y lo que piensan de usted y sus propinas. A continuación un grupo de meseros mexicanos que ganan entre 1.500 y 2.400 pesos (de 115 a 150 dls), más propina (ésta no es obligatoria, es la gratificación voluntaria por el servicio recibido en el lugar), nos hacen unas cuantas revelaciones que definitivamente no encontrará en ningún menú.

Lo que le ocultamos

Si pregunta por su mesero y le dicen “ahora regresa, lo mandó llamar el gerente” o “está supervisando sus platos en la cocina”, lo más probable es que haya ido al baño o esté afuera fumando un cigarrillo.

Alejandro, mesero de una cafetería tradicional de la Ciudad de México.

De la vista nace el amor. Para que consuma ese postre que nadie pide, la mejor promoción es la atractiva fotografía de la torta que se exhibe en el caballete de la mesa.

Karla, relacionista pública de conocida cadena de restaurantes y bares de la Ciudad de México.

Si le sugieren unas alitas de pollo picantes significa más venta de bebida, le da sed y pide otro vaso de refresco o cerveza. Pero si es refresco de relleno gratis no sirve porque entonces usted se llena y no llega al postre.

Carlos R., gerente de un restaurante en Cancún.

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Si pide un capuchino sufriré un poco porque la espuma tiene que quedar perfecta, sin mezclar ni derramar la leche.

Karla, relacionista pública de conocida cadena de restaurantes y bares de la Ciudad de México.

A nosotros, a fin de mes, nos dan una comisión por las ventas. Así que si cambia el vaso por la botella de gaseosa, el té por un rico capuchino o acepta ingredientes extras como el jamón en las ensaladas, me darán más dinero.

Erika, mesera de una cadena de restaurantes.

Lo que no quiere saber

Si desea saber qué tan limpio es un restaurante visite su cocina, pero le adelanto que se decepcionará. Al final amará la comida que venden en la calle porque ahí sí se puede ver lo que le hacen a su plato.

Berenice Bautista, ex mesera de restaurantes de las colonias Condesa y Roma, Ciudad de México.

Varios platos están prehorneados, por ejemplo, la carne de cerdo de las costillas a la barbacoa requieren cuatro horas de cocción. Cuando las pide las metemos a la parrilla para que lleguen calientes a su mesa.

Ex mesero y gerente de un prestigioso restaurante de mariscos de Puerto Vallarta, Jalisco.

Si la comida se atrasa es porque el anfitrión (quinceañera, novios o festejado) así lo pidió. La comida que se sirve es la que eligió el anfitrión y si falta pan o limones es su culpa, no del salón ni de los garzones.

Patricia Chavarría, garzona de banquetes.

Si se sienta en el bar a ver un partido de fútbol y pide una cerveza, le regalaremos un platón de palomitas bien saladas para que le de mucha sed y beba más rápido.

Ex mesero y gerente de un prestigioso restaurante de mariscos de Puerto Vallarta, Jalisco.

La comida que le sirven en un restaurante por lo general no cuesta ni un tercio de lo que la cobran. ¿Sabe cuánto pagarás por las rodajas de tomate, hojas de lechuga y pedacitos de queso que comerá en su ensalada?

Berenice Bautista, ex mesera de restaurantes de las colonias Condesa y Roma, Ciudad de México

El pan que ponemos en la mesa, o los aperitivos que le ofrecemos estimulan su apetito.

Ulises, ha trabajado durante 12 años en diferentes restaurantes.

¡Ojo! Si los chefs tienen barba o bigote es probable que caiga algún pelo en la comida que preparan.

Julio Landeros, mesero con 18 años de experiencia, actualmente trabaja en un restaurante argentin0.

Lo que consume de verdad

Cuando pide jugo de limón, normalmente le serviremos limón en polvo.

Alejandro, mesero de una cafetería tradicional de la Ciudad de México.

Si pide una botella de vino, le sugiero que revise el sello de control de calidad del distribuidor autorizado. Muchos restaurantes y bares compran productos paralelos para no pagar impuestos, así que su bebida podría estar adulterada.

Karla, relacionista pública de conocida cadena de restaurantes y bares de la Ciudad de México.

Mucho hielo es igual a menos bebida. Cuando pidas una bebida especial revisa cuánto hielo tiene tu vaso, si quieres disfrutar más el sabor siempre pide poco hielo.

Ex mesero y gerente de un prestigioso restaurante de mariscos de Puerto Vallarta, Jalisco.

Muchas veces los postres y los panes que se sirven en la mesa son del súper, pero se los cobran carísimos. Mejor revise sección de tortas antes de ordenar.

Karla, relacionista pública de conocida cadena de restaurantes y bares de la Ciudad de México.

El bol de la manteca es la cosa más asquerosa. Ni crea que lo cambian, la mayoría de las veces sólo se rellena. Y con el de la salsa sucede algo muy parecido.

Berenice Bautista, ex mesera de restaurantes de las colonias Condesa y Roma, Ciudad de México.

Los viernes mejor no coma las trotas de la vitrina porque generalmente se compran al inicio de la semana y ya no están tan frescos.

Jocelyn Aguilar, cafetería situada en la zona de oficinas de Reforma, Ciudad de México.

Los panes que no se comieron durante el día se van calentando cada vez que los ponen en la mesa. Llega un momento en que están casi quemados y suelen estar muy manoseados.

Karla, relacionista pública de conocida cadena de restaurantes y bares de la Ciudad de México.

Cómo ser buen cliente

Si va a charlar con sus amigos y sólo toma dos cafés durante cinco horas, sólo ganaré algunos pesos de propina:

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