LAS CINCO ÍES DEL ESPÍRITU INTRAEMPRENDEDOR.
Enviado por Daniel Venegas • 29 de Diciembre de 2016 • Documentos de Investigación • 523 Palabras (3 Páginas) • 1.409 Visitas
LAS CINCO ÍES DEL ESPÍRITU INTRAEMPRENDEDOR.
IES: INSTRUCCIONES DEL EMPRENDEDOR SECUNDARIO, INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR O IMNOVADOR EMPRENDEDOR SOCIAL.[pic 1]
Lo que también debe importar para el visionario es contar con un marco de pensamiento y de acción estructurado. Para ello, el futuro intraemprendedor podrá remitirse a las ocho etapas del proceso.
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Antes de entrar en materia, veamos qué se entiende por los términos clave utilizados en este texto. El emprendedor se define como una persona que aporta innovaciones, actúa de manera diferente y propone novedades ya sea en productos, mercados o formas de proceder, cuyo efecto es el de agregar valor.
El intraemprendedor es un individuo que desempeña el papel de emprendedor dentro de las organizaciones. Para considerarse como un intraemprendedor, un individuo debe, al igual que el emprendedor, haber elaborado e implantado una innovación: concebir y lanzar un nuevo producto o servicio, conquistar nuevos mercados, o establecer nuevas formas de actuar. El extraemprendedor es una persona que, al crear una empresa, continúa haciendo por su cuenta aquello que hacía anteriormente como intraemprendedor dentro de una organización.
Pensamiento proyectivo y visionario
Sabemos que la elaboración y el establecimiento de una visión nos parecen los principales rasgos distintivos de la actuación del emprendedor y del intraemprendedor. Los diferentes tipos de actores emprendedores formulan un pensamiento proyectivo orientado hacia la acción. Es difícil que un proceder innovador no vaya precedido de reflexión o de movimientos de interiorización que permitan al actor imaginar y representarse el porvenir en una forma determinada. Para llegar a actuar de manera diferente, primero hay que definir aquello que se desea hacer y visualizarlo, y determinar un marco propicio y coherente en el cual situar la innovación para volverla operacional. Por último, hay que hacer una prueba de energía y voluntad, de manera que pueda echarse a andar este proceso.
Visión y visiones
Se pueden distinguir tres grandes categorías de visiones: emergentes, centrales y complementarias. La visión central nacerá de las visiones emergentes, mientras que su realización y su evolución estarán ligadas al hecho de colocar en su sitio las visiones complementarias. La visión central implica dos componentes: el componente externo, que, para el emprendedor, se refiere a un nicho a ocupar dentro de un mercado, y el componente interno, que concierne al tipo de organización necesaria para conseguirlo.
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