La Crisis
Enviado por BELENRAGB • 13 de Marzo de 2015 • 1.561 Palabras (7 Páginas) • 159 Visitas
Tema quinto: las crisis
1. que son las crisis capitalistas
hace ya más de dos años que el mundo capitalista atraviesa por la crisis más dura que se ha conocido. Durante los últimos cien años el sistema capitalista se ha visto sacudido constantemente, con intervalos más o menos periódicos, por la fiebre de las crisis. No hay en toda la historia del capitalismo, ni un solo decenio dentro del cual no se haya dado una crisis de mayor o menor duración e intensidad. Ya en 1877 escribía Engels:
Desde aquella fecha las crisis han vendido repitiéndose de un modo constante; solamente en lo que va del sigo el capitalismo ha experimentado cinco crisis: las de los años 1900 y 1907, la que comenzaba a desarrollarse en e1914 y fue arrollado por la guerra, la del año de 1921 y, finalmente, ésta bajo cuya acción nos encontramos y que comenzó en 1929.
Marx describe en los términos siguientes esta senda senda característica del capitalismo:
1. Cuadro general de las crisis
las crisis se extienden por lo general a todos los ámbitos de la economía capitalista: a la industria y al comercio, a los Bancos y a la Bolsa, al crédito y a la circulación de dinero; en una palabra, a todos los sectores de la economía capitalista sufren durante la crisis una sacudida como de calambre.
Las crisis vienen generalmente precedidas por un periodo de prosperidad , en que la producción se intensifica vertiginosamente. Todas las mercancías producidas encuentran salida sin grandes dificultades, y a precios que arrojan magnificas ganancias para los capitalistas. La cotización de las acciones sube. En estos periodos de prosperidad febril, parece como si el capitalismo viviese en el mejor de los mundos .Pero de pronto sobreviene la primera paralización de la venta de las mercancías producidas, seguida de un catastrófico retroceso. Las mercancías almacenadas no encuentran demanda bastante y se quedan improductivas y muertas de risa en los almacenes. Y los capitalistas, en la imposibilidad de realiza, convirtiéndolas en dinero sus mercancías, empieza a sentir un hambre angustiosa de dinero. Se desata una batida general en torno de él.
Estalla una crisis de dinero. Los capitalistas no pueden hacer frente a sus pagos, pues sus mercancías no encuentran salida, no logran convertirse en dinero; y si acaso consiguen venderlas es a precios tan mermados que no les permiten atender íntegramente a sus obligaciones. Esto determina un estremecimiento del crédito, detŕas del cual viene la crisis del crédito pisándole los talones. A la primera paralización de la Bolsa empieza a inquietarse. Se presiente la inminencia de una catástrofe y todo el mundo aspira a desprenderse de sus acciones convirtiéndolas en dinero. La cotización de los valores empieza a bajar. El pánico se apodera de la Bolsa y estalla un “crack” bursátil. Siguen las quiebras en masa. Las industrias quebradas cierran fábricas y los obreros se quedan en la calle. Las empresas que consiguen mantenerse a flote restringen la producción y empiezan a despedir a los obreros, pues aunque todavía vendan algo, su volumen de venta no basta, ni por la cantidad ni por el precio, para sostener el nivel antiguo de producción. Masas inmensas de obreros se ven condenadas al paro forzoso, a la miseria y al hambre.
Como los síntomas de las crisis empiezan a manifestarse en la esfera de la circulación del dinero y del crédito, de donde se extienden al comercio, parece a primera vista como si las crisis tuviesen su causa en ciertos entorpecimientos producidos dentro de la órbita de la circulación y no radicasen en las condiciones del propio proceso de producción. Por eso los economistas burgueses, generalmente, no buscan las raíces de la crisis en las condiciones de la producción, sino en los fenómenos del mercado del dinero y del crédito.
En efecto, la circulación capitalista no es independiente de la producción; por el contrario, es el régimen de producción el que determina el régimen de circulación; la circulación, el cambio, y la distribución, el crédito, no son más que otras tantas fases del proceso capitalista de producción, fases que acusan o reflejan simplemente la dinámica de la producción capitalista.
Parece como si las causas de las crisis residiesen en la escasez de dinero y en el mecanismo del crédito. Pero en realidad, la crisis de dinero y de crédito, los “cracks” bursátiles, hacen más que acusar una crisis de producción ya existente. Esta crisis no se manifiesta hasta que no trasciende a la órbita de la circulación de dinero o de mercancías. Y es natural, pues el industrial capitalista sólo puede saber que ha producido una cantidad de mercancías desproporcionada a la demanda y al poder adquisitivo cuando el movimiento de los precios se lo diga. Las Bolsas y los Bancos son, en
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