La Cultura De La Prevencion
Enviado por karenvane • 5 de Agosto de 2013 • 6.984 Palabras (28 Páginas) • 434 Visitas
D. LA CULTURA DE LA PREVISIÓN
Introducción
La idea principal de este capítulo es explicarte en qué consiste tener cultura de previsión: ésta se compone básicamente de dos elementos: el ahorro y la protección.
Veremos los conceptos relacionados con el ahorro y el seguro, temas primordiales para tener unas finanzas personales sanas y estar preparados para cualquier eventualidad.
Objetivos
En este capítulo aprenderás:
• La importancia de adquirir una cultura del ahorro.
• Acerca de los elementos que se deben tomar en cuenta para una buena inversión o ahorro.
• La importancia y carencia de la cultura del seguro en México.
• Sobre el Microseguro y su finalidad.
• Cómo fomentar la cultura del seguro.
a. La Cultura del Ahorro
¿Cuál es la diferencia entre ahorro e inversión?
La diferencia entre ahorro e inversión es importante:
• ahorrar es tener un monto destinado para enfrentar una eventualidad, e
• invertir es esperar una ganancia por el uso que se le dé a ese capital.
La cultura del ahorro
Hay dos ideas ampliamente generalizadas sobre la cultura del ahorro:
1. la primera es que ahorrar es bueno, es la manera de superarnos y aprovechar mejor el producto de nuestro trabajo, y
2. la segunda es que la gente no ahorra o que no lo hace bien.
¿Qué porcentaje de la población mexicana ahorra?
Existe la percepción generalizada de que 60 por ciento de la población no ahorra, cálculo basado en las cifras que proporcionan las instituciones financieras -bancos, casas de bolsa, microfinancieras o cajas de ahorro-, donde sólo 40 por ciento de los mexicanos guardan sus ahorros.
Escucha esta mini cápsula de audio:
La conclusión es que, aunque aceptamos la importancia del ahorro, no estamos dispuestos a hacer el esfuerzo que éste implica; en otras palabras, no hay cultura del ahorro. Pero basta con asomarnos a la realidad para descubrir no sólo que la gente sí ahorra, sino que también invierte a través de una gran cantidad de mecanismos propios de nuestra tradición y nuestra cultura, que van desde la compra de una gallina que, además de proporcionarnos alimento, en algún momento puede revenderse, hasta las tandas que podemos encontrar en cualquier oficina, pasando por las cajas de ahorro y el criticable hábito de "guardar el dinero bajo el colchón".
Formas de ahorro
Una encuesta de Consulta Mitofsky sobre el ahorro popular reveló que, al menos, 28 por ciento de las personas participan en tandas, mientras que estudiosos de ese campo afirman que otra parte significativa de la gente ahorra en especie; es decir, terrenos, animales y cosechas, o guarda su dinero en macetas y bajo el colchón
Eso puede ser riesgoso en parte, pues el dinero ahorrado debe estar en lugar seguro, donde no exista la probabilidad de pérdida o robo. Las personas tienen diferentes costumbres a la hora de guardar su dinero, desde el colchón, alcancía o caja fuerte -que se ubican dentro del concepto de ahorro informal- hasta los numerosos instrumentos formales que proporciona el sistema financiero mexicano.
El "cochinito", que constituye la forma de ahorro más popular entre la población mexicana, facilita el acceso inmediato al dinero, pero en cambio nos expone a la posibilidad de que cualquiera que sepa que hay dinero en casa pueda caer en la tentación de tomarlo.
Según la Asociación de Bancos de México (ABM), 70 por ciento de los mexicanos acostumbran guardar los ahorros en su casa o, peor aún, en organizaciones que no están reguladas por las autoridades. Esto significa que 70 por ciento de la población no cuenta con la seguridad que le ofrece el sistema financiero. Las causas pueden ser varias y van desde viejos hábitos fuertemente arraigados y el desconocimiento de los servicios bancarios, hasta la desconfianza en el propio sistema.
Aunque esto es comprensible, debemos reconocer que el sistema financiero mexicano ha crecido y madurado, desarrollando estrategias de protección al usuario para asegurar su dinero, entre las que destacan el respaldo del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y la supervisión que hace la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) prácticamente a todas las instituciones del sistema. Esto, junto con la posibilidad de que nuestro dinero no sólo se conserve sino que además aumente, son razones más que suficientes para decidirnos a romper el cochinito y aprovechar las ventajas del ahorro formal.
Por ello, se ha buscado incentivar a la gente para que ahorre mediante mecanismos más formales: las autoridades financieras han creado leyes que den certidumbre al pequeño ahorrador, como son los cambios en la legislación que obligan a las cajas de ahorro a transparentar su funcionamiento y manejo de los recursos, de manera que no vuelvan a ocurrir los fraudes que las desprestigiaron en los años noventa.
1. ¿Qué es Ahorrar?
¿Qué es ahorrar?
Ahorrar es separar una parte del ingreso para destinarlo a algún evento, una enfermedad, viajes, adquisición de vivienda, etcétera. Significa separar una parte de los ingresos -que llamaremos capital- y reservarla para cubrir necesidades futuras; no es juntar lo que nos sobra, sino apartar para lo que nos pudiera hacer falta.
Ahorrar no es cuestión de cantidad sino de tener la constancia para realmente separar la cantidad que determinemos y guardarla para cubrir necesidades o gastos futuros.
Elementos necesarios para lograr ahorrar
Hay elementos muy importantes para cultivar con éxito el hábito del ahorro:
1. establecer metas que nos motiven a reunir una cantidad determinada; esa meta -como ya lo mencionamos- puede ser contar con una cantidad para emergencias, cambiar de automóvil, prepararnos para recibir un bebé o juntar los recursos necesarios para dar educación profesional a los hijos, lo que significa que debemos mirar el ahorro como la inversión hacia un propósito específico
2. la constancia, y
3. la disciplina
Nuestra meta se convierte en la mejor motivación para comenzar a ahorrar. La palabra motivación viene de "motivo"; o sea, tener un motivo por el cual decidimos hacer algo que implique esfuerzo y voluntad.
Podemos tener claro el motivo: el por qué vamos a ahorrar; pero después intervienen otros factores como:
• nuestro nivel de ingresos actual y futuro
• el costo de oportunidad de consumir algo hoy o mañana
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