La Ley.
Enviado por jochiasny • 14 de Septiembre de 2014 • Tesis • 2.066 Palabras (9 Páginas) • 188 Visitas
PRÓLOGO
Querido lector o lectora. Si estás leyendo estas líneas
seguramente ya habrás leído con anterioridad el libro Las Leyes
Espirituales. Por eso entenderás que prefiera llamarte hermano o
hermana. Empezábamos el prólogo de Las Leyes Espirituales
diciendo que el contenido del libro era un mensaje de amor
para toda la humanidad. El contenido del libro que vas a
empezar a leer sigue siendo un mensaje de amor, pues en
realidad es la continuación del libro anterior, donde
profundizaremos todavía más si cabe en una de ésas leyes
espirituales, quizá la más importante: La Ley del Amor. En esta
segunda parte seguiremos preguntando a nuestro amigo Isaías
todas aquellas dudas que nos quedan por preguntar sobre el
sentido de la vida y sobre los sentimientos. Muchas de las
preguntas que encontraréis formuladas a continuación son
vuestras preguntas, las que nos habéis hecho llegar a través del
correo electrónico, nos habéis formulado en charlas o
personalmente. Hemos seleccionado aquellas que eran de
mayor interés para todos y que tenían que ver con el tema que
vamos a tratar: el amor.
Deseo que te sirva para conocer mejor tus sentimientos, que te
permita distinguir los sentimientos de amor verdadero de las
formas de egoísmo que imitan al amor pero que no lo son, que
busques alimentar los primeros y eliminar los segundos pues es la
única forma de llegar a ser feliz. Deseo que consigas perder el
miedo a amar, para que tu vida sea un reflejo de lo que sientes.
Espero que después de leer este libro te quede claro que tienes
un derecho fundamental que no debes permitir que nadie
vulnere, y éste es el derecho a la libertad de sentimiento.
Con todo mi amor, para ti. 6
INTRODUCCIÓN
¿Eres feliz? No, no me respondas todavía. Porque no creo que
sea una pregunta que se pueda contestar alegremente.
Además, me gustaría que fuera una respuesta sincera, que no
contestes simplemente por dar una buena imagen pensando en
cuál es la respuesta que yo quisiera escuchar. No creas que te
pido sinceridad por mí. A mí seguramente me podrías engañar y
no pasaría nada. Te pido que seas sincero contigo mismo, que
no intentes autoengañarte, porque de la respuesta a esta
pregunta depende toda tu vida. ¿Por qué creo que es tan
importante? Porque creo que el deseo de todo ser humano es
llegar a ser verdaderamente feliz. ¿O acaso no deseas ser feliz?
Yo observo a la gente y no veo que la mayoría sean felices. No
desprenden felicidad. ¿Por qué? A lo mejor es que no sabemos
cómo ser felices. ¿Se puede llegar a ser feliz y cómo? Creo que
todos nos hemos hecho esta pregunta alguna vez, es decir,
¿cómo se puede llegar a ser feliz? Intuitivamente relacionamos el
ser feliz con el hecho de conocer el amor. Me refiero al amor de
pareja. Por eso, muchas veces hemos soñado con encontrar ese
amor que nos haga felices. Hay personas que me dirían no. No es
cierto. El amor no da la felicidad porque yo he amado mucho y
ese amor me ha hecho sufrir. Son personas que asocian el amor
con el sufrimiento, y para no sufrir prefieren no amar. Pero, ¿qué
es el amor, qué son los sentimientos? ¿Sabemos lo que es el amor
realmente? Vamos a dejar esta pregunta en el aire. Tendremos
tiempo de pensar mucho en ella a lo largo del libro. Ahora quiero
hablaros de otro tema.
Después de mis primeros contactos con el mundo espiritual, y mis
primeras experiencias con los viajes astrales, se despertó en mí un
fuerte sentimiento de nostalgia por aquel mundo, y al mismo
tiempo una falta de interés por la vida de este. Mi visión del
mundo y de la vida había cambiado radicalmente. Si antes no
entendía lo que pasaba, ahora, después de mis primeras
experiencias extracorpóreas, me daba la sensación de que este
mundo es como una especie de teatro donde el ser humano
pasa toda la vida interpretando un papel, como si fuera un actor
que, a fuerza de pasar mucho tiempo representando la misma 7
obra acaba metido tan a fondo en su personaje que cree que
su personalidad es la del personaje que interpreta, y que no hay
otra realidad que la de la obra en la que está actuando.
Contemplaba a la gente con la sensación de que todos éramos
robots que actuábamos mecánicamente, inconscientes de la
verdadera realidad, entretenidos en cosas banales e irrelevantes
a las que les dábamos mucha importancia. Me refiero a la
importancia que le damos al tener éxito en la vida, es decir, a
tener reconocimiento, fama, prestigio, dinero o poder. La
mayoría de personas emplean todas sus fuerzas en conseguir
esos objetivos, como si de ello dependiera su felicidad. Mi
sensación era que todo aquello a lo que la gente le da tanta
importancia era totalmente irrelevante para mí, porque en nada
de ello encontraba un motivo que me hiciera feliz, feliz como me
había sentido cuando estaba en el plano espiritual. Al mismo
tiempo otra preocupación me generaba intranquilidad, y ésta
era el poder recordar completamente todos los detalles de las
experiencias vividas en el plano espiritual, porque aunque yo
apuntara todo lo que recordaba, tenía la sensación de que era
imposible recordarlo todo completamente y exponerlo tal y
conforme lo había vivido. Y por ello, cuando me intentaba relajar
para poder desprenderme del cuerpo no podía conseguirlo.
Pensamientos desordenados acudían a mi mente impidiéndome
la completa relajación que necesitaba. Mi conciencia no estaba
lo suficientemente relajada y tranquila como para que esa
experiencia se pudiera volver a dar. Esto me generaba todavía
mayor nerviosismo e impotencia.
Una de tantas veces que estaba intentando relajarme, tumbado
en mi camilla, encerrado en la habitación, en oscuridad casi
total, en soledad y silencio completos, entre pensamientos
desordenados que acudían a mi mente, escuché muy
claramente: NO TE PREOCUPES. Esto me sobresaltó
enormemente, como cuando te despiertan súbitamente cuando
estás durmiendo. Mi primera reacción fue la de abrir los ojos y
mirar a
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