La tendencia al descenso de la tasa de ganancia
Alvarado Vargas Yosany LiviethDocumentos de Investigación17 de Diciembre de 2023
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CAPÍTULO XI
La tendencia al descenso de la tasa de ganancia
1. LA LEY Y SUS CONTRA-TENDENCIAS
En las secciones 4 y 5 del capítulo 3 hemos analizado los resultados contradictorios de un aumento de la productividad en la producción de valores de uso y en la produccón de valores. Hemos visto que el reemplazamiento de la fuerza de trabajo por medios de producción aumenta la productividad del trabajo vivo y su capacidad técnica de producción material de valores de uso, pero que simultáneamente limita su capacidad social de creación de valor nuevo al reducir su peso relativo en la producción del valor, del que una parte creciente es valor transmitido con la forma de trabajo muerto ya existente en los medios de producción. El descenso del peso relativo de la fuente de la plusvalía que es el trabajo vivo se traduce así para el capital en una dificultad creciente de valorizarse y se manifiesta en una tendencia a la baja de su rentabilidad. El objetivo del presente capítulo es estudiar este fenómeno particular de la producción capitalista, en el que un aumento de la productividad material que permite una produccción incrementada de valores de uso toma la forma social específica de una producción restringida de plusvalía que implica una tendencia al descenso de la tasa de ganancia.
Las dificultades crecientes de valorización
Para ilustrar las dificultades crecientes de la valorización del capital a medida que aumenta la productividad del trabajo, consideremos en primer lugar el ejemplo siguiente que Marx expone en los Grundrisse [G, I, 276284]. Supongamos que en un nivel dado de productividad, una jornada de trabajo de 8 horas se divide en 4 horas de "trabajo necesario" (tiempo de trabajo requerido para producir los bienes que entran en la reproducción de la fuerza de trabajo), y 4 horas de "plustrabajo", fuente de la plusvalía capitalista. La relación entre plustrabajo y trabajo necesario o tasa de plusvalía es pv'=4/4=1.
Supongamos que se duplica la productividad del trabajo, es decir, que el mismo trabajo proporciona el doble de valores de uso en el mismo tiempo, o la misma cantidad de valores de uso en la mitad de tiempo. Como hemos visto en el capítulo 3 en la sección titulada "Aumento de la productividad del trabajo", el aumento de la productividad abre aquí la posibilidad de una reducción de la jornada de trabajo sin reducción del salario real o de un reparto de los frutos de la producción incrementada entre salarios y plusvalía, aumentando los dos en proporciones que dependen de la relación de fuerza entre asalariados y capitalistas. Estos últimos tienen interés en mantener en 8 horas la duración de la jornada de trabajo y de llevar al menos a 6 horas la duración del plustrabajo. Si lo lograran, entonces el salario real se habría mantenido y todos los frutos del aumento de la productividad estarían siendo apropiados con la forma de plusvalía adicional. En este caso, tendríamos: pv'=plustrabajo/trabajo necesario=6/2=3. En otros términos, con un aumento de productividad del 100%, tendríamos un aumento del plustrabajo del 50%=(6-4)/4, y un aumento de la tasa de plusvalía pv' del 200%=(3-1)/1.
Supongamos ahora que la productividad el trabajo se duplica de nuevo, de manera que el trabajo necesario se reduce nuevamente a la mitad, a 1 hora, y el plustrabajo aumenta a 7 horas, quedando así la tasa de plusvalía en 7/1=7. Tendríamos entonces, con este nuevo aumento del 100% de la productividad, un aumento del plustrabajo del 17%=(7-6)/6 y un aumento de la tasa de plusvalía del 133%=(7-3)/3. Una nueva duplicación de la productividad del trabajo reduciría esta vez el trabajo necesario a media hora y llevaría el plustrabajo a 7 horas y media, de suerte que la tasa de plusvalía sería de 7,5/0,5=15. En consecuencia, el nuevo aumento de la productividad del 100% tendría un incremento del plustrabajo del 7%=(7,57)/7 y un incremento de la tasa de plusvalía del 114%=(15-7)/7. Estas cuatro situaciones hipotéticas se resumen como sigue:
- Supongamos la siguiente situación inicial:
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- Supongamos que se duplica la productividad del trabajo:
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- Que de nuevo se duplica:
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- Que de nuevo se duplica (y así sucesivamente):
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De este ejemplo, al que podríamos haber añadido el número deseado de etapas posteriores, resalta que la plusvalía o el plustrabajo y la tasa de plusvalía no aumentan al mismo ritmo que el aumento de la productividad y, sobre todo, que aumentan a un ritmo decreciente. Para valorizarse, el capital debe transformarse en medios de producción e incrementar la productividad del trabajo, pero su valorización determinada por la relación entre trabajo necesario y plustrabajo es cada vez más difícil a medida que la capacidad productiva se desarrolla y el trabajo necesario se aproxima a su límite inferior. Cuanto mayor sea la porción de plustrabajo antes del aumento de la productividad, menor será el incremento de la plusvalía que el capital obtiene del aumento de la capacidad productiva.
Por consiguiente, cuanto más desarrollado sea ya el capital, cuanto más plustrabajo haya creado, tanto más formidablemente tendrá que desarrollar la fuerza productiva para valorizarse a sí mismo en ínfima proporción, vale decir, para agregar plusvalía, porque su barrera es siempre la proporción entre la fracción del día -que expresa el trabajo necesario- y la jornada entera de trabajo. Únicamente puede moverse dentro de este límite. Cuanto menor sea ya la fracción que corresponde al trabajo necesario, cuanto mayor sea el plustrabajo, tanto menos puede cualquier incremento de la fuerza productiva reducir perceptiblemente el trabajo necesario [...]. La autovalorización del capital se vuelve más difícil en la medida en que ya esté valorizado [G, I, 283-284].
El análisis desarrollado hasta aquí en el plano de la relación simple entre productividad, plusvalía y tasa de plusvalía saca a la luz una dimensión fundamental de la acumulación del capital y de la dificultad creciente de su valorización a medida que lo hace la acumulación: esta dificultad creciente que se expresa, como veremos después, en una tendencia al descenso de la tasa de ganancia, ocurre al mismo tiempo, y, podríamos decir, a pesar del continuo aumento de la tasa de plusvalía. Volveremos sobre ello, particularmente cuando se traten las objeciones formuladas por diversos autores a la ley del descenso tendencial de la tasa de ganancia.
Formulación de la ley
Como el ejemplo numérico ha resaltado, cuando la productividad aumenta y el trabajo necesario disminuye, el plustrabajo o la plusvalía aumenta, al igual que la tasa de plusvalía. Existe por tanto una relación directa entre productividad y tasa de plusvalía. Las cosas se presentan de forma diferente cuando se relaciona la elevación de la productividad no ya con el aumento de la tasa de plusvalía, sino con la tasa de ganancia, es decir, cuando se considera el problema de la valorización en relación al capital invertido y a su composición. El capital, escribe Marx, no mide el valor producido nuevo "por su medida real", es decir, por la relación entre el plustrabajo y el trabajo necesario o tasa de plusvalía, "sino que lo mide por sí mismo, por el capital, como supuesto de ese valor" [G, II, 278], es decir, por la tasa de ganancia. El aumento de la plusvalía que implica un aumento de la productividad ya no es evaluado en términos absolutos, sino en términos relativos, respecto al capital invertido o traducido en tasa de ganancia, de manera que un aumento en términos absolutos puede significar un descenso en términos relativos, un descenso de la tasa de ganancia. Tal descenso es precisamente la tendencia que suscita el desarrollo de la fuerza productiva.
El incremento de la fuerza productiva es equivalente a) al incremento de la plusvalía relativa o al tiempo relativo de plustrabajo que el trabajador entrega al capital; b) a la mengua de trabajo necesario para la reproducción de la capacidad de trabajo; c) a la merma de la parte del capital que se cambia por trabajo vivo, con respecto a las partes del mismo que participan en el proceso de producción en calidad de trabajo objetivado [...]. La tasa de beneficio, por ende, está en proporción inversa al incremento de la plusvalía relativa o del plustrabajo relativo, al desarrollo de las fuerzas productivas y, asimismo, a la magnitud del capital empleado en la producción como capital constante. En otras palabras, la segunda ley es la tendencia de la tasa del beneficio a descender con el desarrollo del capital [...] [G, II, 299].
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