Las Contribuciones

Es importante señalar que las contribuciones sólo pueden implantarse por medio de una ley (art.31, frac. IV de la Constitución Federal), que reúna simultáneamente, tanto los elementos formales como materiales de toda ley: es decir, en su aspecto formal, la ley debe reunir todos los requisitos constitucionales que se exigen (iniciación, discusión, aprobación, promulgación y publicación), con las participaciones que corresponden tanto al Poder Legislativo como al Ejecutivo: desde el punto de vista material, las leyes fiscales deben desde luego, estar dotadas de generalidad, impersonalidad y abstracción. Pero ¿qué son las contribuciones? Las contribuciones son un tributo (ingreso público) que debe pagar el contribuyente o beneficiario de una utilidad económica, cuya justificación es la obtención por el sujeto pasivo (ciudadano receptor) de un beneficio o de un aumento de valor de sus bienes como consecuencia de la realización de obras públicas o del establecimiento o ampliación de servicios públicos, en consecuencia, para implementarse una contribución, el Estado deberá hacerlo necesariamente a través de la expedición de un ordenamiento legal que en forma clara, evidente y estricta señale la existencia de la contribución, y sus elementos componentes fundamentales, como son: los sujetos, el objeto, la base y la tasa o la tarifa (art.5º.del CCF). En el sistema fiscal federal mexicano, sólo las personas físicas y las morales tienen el carácter de sujetos de las contribuciones. En consecuencia, en este sistema no encuadran las unidades económicas o los patrimonios (asociaciones en participación, fideicomisos, fondos, las herencias, así como las copropiedades), como sujetos de obligaciones fiscales. Sin embargo cabe resaltar que las unidades económicas o fondos patrimoniales se encuentran dotados de derechos y obligaciones de carácter fiscal; es decir, se les considera a dichos fondos como contribuyentes. En el sistema federal de México, existe una disposición en el artículo 1º. Del CFF que indica que gobierno federal se obliga a pagar contribuciones, únicamente cuando las leyes fiscales federales lo señalen expresamente. En consecuencia, la regla general es la de que el gobierno federal y sus dependencias, salvo excepciones expresamente marcadas en las leyes fiscales aplicables a cada caso en particular, no son sujetos de contribuciones federales. Las características fundamentales de las contribuciones son la generalidad y la igualdad, sin embargo el beneficio tributario (el no pago y/o exención) constituye una excepción en dichos principios, ya que recibe el nombre de beneficio tributario toda ventaja económica de excepción a la regla general, por medio de la cual, las personas se sustraen al pago de la contribución, por voluntad del legislador, quien considera de interés público la citada excepción en el pago del tributo. Los beneficios tributarios se pueden dividir en dos grandes grupos: a) en el primero de ellos, se ubica a todas las personas que no quedan sujetas al pago del tributo por considerarse que no se ha realizado el hecho imponible y b) en este segundo grupo se ubican todas las personas que aun cuando realizan o se colocan dentro del hecho imponible, el legislador los revela total o parcialmente de la obligación de pago o en su defecto, les devuelve el importe de éste. Recibe el nombre de determinación de una contribución, el hecho más bien, la serie de hechos mediante los cuales se llega a precisar el quantum de la contribución adeudada: es decir, el moto a pagar por la citada contribución, una vez que se ha verificado el hecho generador de la misma, identificación del sujeto, la consulta de los preceptos fiscales aplicables

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