Los indicadores actuales de crecimiento económico
Enviado por cristianjimenez • 16 de Junio de 2013 • Ensayo • 1.959 Palabras (8 Páginas) • 429 Visitas
La crítica al crecimiento económico desde la economía ecológica y las propuestas de decrecimiento
(per Jordi Roca Jusmet [1]. Ecología Política, nº 33. Editorial Icaria. Barcelona. 14/06/2007.)
Los indicadores actuales de crecimiento económico
El objetivo del crecimiento económico que se cuestiona en estas Jornadas no es un concepto abstracto de crecimiento económico. Cuando los políticos y economistas se refieren actualmente a él lo miden mediante unos indicadores cuantitativos muy específico; por lo tanto, para armarse de argumentos en el debate hay que conocer estos indicadores y sus deficiencias y a ello me referiré en primer lugar centrándome sobre todo en las críticas que tienen que ver con los problemas de agotamiento de recursos y degradación ambiental.
El principal indicador de crecimiento hoy es el Producto Nacional Bruto. Este indicador por supuesto no ha existido siempre sino que se consolidó tras la segunda guerra mundial a partir de determinadas convenciones establecidas por las Naciones Unidas. Inicialmente su objetivo era puramente descriptivo: medir el nivel actividad económica como un todo.
El PNB parte de una definición muy estrecha de actividad económica: con algunas excepciones básicamente registra las actividades que cuestan dinero y generan ingresos sean mercantilizadas o pagadas por el sector público. Producir es, pues, generar ingresos. Un profesor contratado por el sector privado o público es productivo porque cuesta dinero como también es productivo un militar o una empresa de publicidad; en cambio, la actividad de cocinar o de cuidar a personas -que sobre todo hacen las mujeres- no lo es si se hace a nivel doméstico.
Producto Nacional equivale entonces a Renta (o Ingreso) Nacional [2]. EL PN o RN rápidamente se utilizó como indicador de éxito económico, de si las cosas van mejor o peor económicamente –crecer un 3% se considera sin duda mejor resultado que crecer un 1%- y, además, los países tienden a ordenarse según su Renta Nacional per capita para tener una primera idea de si están mejor o peor económicamente.
Las críticas al PN, y sobre todo a su uso normativo-valorativo, son muchas y aquí me centraré en tres consideraciones que tienen que ver con el hecho de que la economía pertenece a un sistema más amplio, la naturaleza o biosfera.
En primer lugar, el Producto Nacional suma igual actividades basadas en la explotación de recursos naturales no renovables o en la de recursos renovables y hablamos, por ejemplo, de producir petróleo como de producir trigo o patatas aún cuando toda extracción de petróleo tiene como contrapartida una menor disponibilidad futura. Tampoco hay ninguna distinción entre explotar recursos naturales renovables de forma sostenible o no sostenible: la contribución de la pesca al PN sólo depende del valor monetario de las capturas con independencia de si están disminuyendo o no las poblaciones de peces, que es la base de la actividad.
Quien ha estudiado economía sabe que la Contabilidad Nacional se preocupa de distinguir entre Producto Nacional Bruto y Producto Nacional Neto. La diferencia es que para calcular el Producto Neto se descuenta la amortización –el valor estimado del desgaste, la depreciación, de las máquinas, los edificios, las herramientas de trabajo,…. Implícitamente se está suponiendo que la única condición para mantener el nivel de producción indefinidamente es hacer frente a esta depreciación. Esto es el que dice cualquier manual de macroeconomía: si haces frente a la depreciación del capital la producción puede continuar indefinidamente al mismo nivel; si la inversión bruta supera la depreciación, la producción crecerá. Se supone que el flujo de recursos naturales está asegurado, que es un recurso “libre”: curioso supuesto cuando es posible, por ejemplo, que el petróleo que ya hemos extraído quizás sea o no se aleje mucho de la mitad de todo el que llegaremos a explotar. Pero no debe extrañarnos cuando reputados manuales de crecimiento económico ni siquiera contienen la voz energía o recursos naturales.
Una segunda consideración es que en el PN sumamos el valor de los bienes y servicios que producimos y consumimos pero nos olvidamos que a menudo la contrapartida de las actividades de producción y consumo es la degradación ambiental que también afecta a nuestra salud y calidad de vida y a la de las generaciones futuras e incluso puede poner en peligro la supervivencia. Contamos los bienes y servicios “económicos” (que se suponen bienes porque generan dinero sin entrar a analizar para qué se utilizan) pero olvidamos los “males asociados”. Esto no quiere decir que lo mejor sea restar dichos males. Ello sólo podríamos hacerlo midiéndolo todo en dinero y el remedio podría ser peor que la enfermedad. Pero sí quiere decir que hay unos “costes ocultos” que no debemos olvidar sino poner en primer plano.
Pero aún hay una tercera línea de crítica. Se trata de que los propios problemas ambientales generan a menudo gastos monetarios para intentar evitarlos o reducirlos, gastos que se han denominado compensatorios o defensivos. Así, más residuos y más problemáticos pueden comportar más dinero gastado en su gestión; más accidentes petroleros, más dinero gastado en limpieza y restauración. Estos gastos no son para estar mejor sino para no empeorar, para protegerse de los propios males de las actividades económicas, y, por tanto, conceptualmente son costes de las actividades de producción y consumo. Sin embargo, cuando son asumidos por las administraciones públicas o por los ciudadanos aparecen en el activo y no en el pasivo: como nuevos servicios que antes no teníamos y que generan ocupación e ingresos y, en consecuencia, aumentan el PN y la RN.
La crítica al objetivo del crecimiento del Producto Nacional
Como podemos concluir del apartado anterior, la primera crítica a la identificación de más crecimiento con más bienestar económico es el olvido de los costes asociados al crecimiento que afectan al nivel de vida actual y futuro. Costes ecológicos, económicos y también otros costes sociales: quizás el crecimiento a veces sea a costa más horas de trabajo, de mayor movilidad, de mayor competencia agresiva entre las personas…
Hay, además, otro aspecto esencial. Cuando se busca el crecimiento de la renta a toda costa no sólo se olvidan los costes que lleva asociados,
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