MYPE, MICROFINANZAS Y NEGOCIOS INCLUSIVOS

MYPE, MICROFINANZAS Y NEGOCIOS INCLUSIVOS

¿PORQUE LAS MYPE SON EL MOTOR DEL DESARROLLO NACIONAL?

• Porque el 98% de las empresas son MYPE y ocupan más del 60% de la PEA en Iberoamérica. En conjunto llegan a consumir más insumos y servicios que las grandes corporaciones. Por ello es que sin las MYPE no se puede construir una economía nacional real.

• Porque los fallos que tienen proceden de errores en estrategia y gestión, no de una supuesta incapacidad técnica. Por su falta de planeación y su natural optimismo, tienden a hacer planes mal fundamentados; la mayoría de veces no funcionan.

• Porque el desarrollo nacional tiene que ver con generar condiciones para lograr un desarrollo económico sostenido, cuyos ejes tendrían que ser las MYPE’s y economías locales que procuran ser autosuficientes en sus componentes básicos. Esto implica una nueva visión del desarrollo económico, con reglas de juegos sustentables, sin necesidad de recurrir al endeudamiento, y con MYPE’s y economías locales como protagonistas de la formación de capital y trabajo.

• Porque para el desarrollo económico convencional, la fórmula del éxito en el desarrollo económico pasa por reformas legales macro: liberalización del comercio con el exterior, disciplina fiscal, privatización y desregularización laboral entre otras reformas. Y que como consecuencia de esa estrategia, el llamado Consenso de Washington, Iberoamérica ha sido sumergida en niveles de sub empleo y pobreza que la acercan a las economías más críticas y peligrosas del mundo.

El desarrollo económico moderno exige una revisión profunda del cómo la estructura económica y administrativa de un país fomenta efectivamente o no el crecimiento de las MYPE’s. De la misma forma, el crecimiento de las condiciones de competitividad para las MYPE’s depende de si se logra desarrollar lo que se llama un sistema país y de cómo este se orienta como un todo al crecimiento.

El Nuevo Enfoque MYPE’s del Desarrollo

Los nuevos enfoques en las políticas en materia de competitividad empresarial, se centran en apoyar la creación de centros direccionales y redes de innovadores dispuesto a generar, difundir y utilizar nuevas estrategias, nuevos conocimientos y nuevas formas de organización, que se introduzcan en las actividades productivas para su desarrollo.

Se requiere poner en funcionamiento mecanismos articulados por los cuales las empresas cooperen entre sí, cooperen con centros de investigación, con el Estado y gobiernos locales, con proveedores y entes financieros. Y esta cooperación supone sobretodo que cada quién aporte lo suyo en una nueva dinámica de relaciones.

Parece fácil, pero la experiencia de estos últimos años indica que es extremadamente complicado lograr construir estas articulaciones y redes de innovadores. En primer lugar, porque una red no se decreta, depende fundamentalmente de factores históricos, sociales y culturales. En segundo lugar, porque se deben adoptar nuevas funciones, nuevas estrategias, nuevas actitudes: supone un cambio de cultura -particularmente de parte de las empresas-, que deben partir por reconocer la necesidad de incorporar estas nuevas estrategias y conocimientos que se generan externamente. El principal problema se presenta al interior de las empresas (se debe encontrar empresarios dispuestos a hacer cosas nuevas, dispuestos a crear una nueva cultura empresarial, dispuestos a interactuar con pares y otros agentes externos).

Cuando se logra tener estos aspectos resueltos en un sector empresarial, éste tiene que encontrar afuera a un Estado dispuesto a acompañar su desarrollo, dispuesto a brindarle apoyo financiero que le permita asumir parte de los riesgos que por sí solo el sector no está en condiciones de asumir, dispuesto a invertir en crear las condiciones externas e internas que le permita innovar al sector, generando capacidad de investigación, servicios especializados, fuentes de financiamiento, información, formación, etc.

Nótese que hemos dicho que el rol para el Estado es el de «crear las condiciones», el de crear el clima favorable para la supervivencia y el desarrollo de las MYPE’s; no estamos sugiriendo la creación de un Estado paternalista que resuelva los problemas que las empresas no son capaces de resolver.,Aunque sí partimos por reconocer que la creación de las condiciones que hacen al desarrollo de las MYPE’s no las resuelve exclusivamente las leyes del mercado y menos aún las leyes de mercados cada vez más abiertos: se requieren políticas claras y concretas por parte del Estado, tal cual la experiencia de los países industrializados.

Pero, para poder gestionar los factores del cambio para este tipo de desarrollo, ¿Cuántos países no desarrollados han logrado integrar capacidades locales con una política central a nivel nacional que les dé sustento y apoyo?

La única estrategia posible para el desarrollo competitivo de las MYPE’s depende de que seamos capaces de crear modelos endógenos -que parten de las necesidades de una región o territorio-, de que seamos capaces de construir modelos de desarrollo que se construyan de abajo hacia arriba, respetando la estructura productiva de un determinado contexto pero dotándola de las condiciones necesarias que le permitan aprender, evolucionar, experimentar, y desarrollarse.

El éxito de una estrategia de desarrollo de las MYPE’s implica el refuerzo de las capacidades internas de las empresas, el relacionamiento entre estas, el relacionamiento de estas con el ambiente institucional externo, el diseño e instrumentación de políticas; pero antes que nada se requiere una redefinición del papel del Estado, particularmente de la Gestión Pública que será en última instancia quien deberá crear las condiciones necesarias para el desarrollo.

En síntesis, en un contexto de apertura de los mercados, el papel del Estado es el de promover un desarrollo a nivel local. La capacidad de competir en un mundo globalizado (la aldea global, como le llaman algunos) es básicamente la suma de muchas pequeñas aldeas locales que sumadas hacen la competitividad de una nación.

Capacidad Social e Institucional para el Desarrollo de las MYPE’s

Al igual que la revolución industrial, que no fue solamente un profundo cambio tecnológico, sino que supuso una profunda transformación social que obligó a un repensar de las instituciones que regulaban la acción colectiva, la actual revolución digital también está exigiendo esa nueva definición.

La revolución industrial fue también una transformación institucional de la sociedad porque las relaciones sociales entre clases fueron modificadas por los cambios ocurridos en la organización de la producción de bienes. Pensemos, entonces, la

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