Margin Call
Enviado por Aesangon61 • 1 de Diciembre de 2013 • 2.490 Palabras (10 Páginas) • 746 Visitas
La película empieza cuando, en una situación de crisis económica, un banco de inversión afronta una reducción de plantilla y debe comunicar a los afectados que han sido despedidos. Uno de ellos es Eric Dale, jefe de control de riesgos de la entidad.
Una vez que es informado de la noticia (lo cual viene acompañado, prácticamente de inmediato, por la cancelación de su cuenta de correo electrónico y de su línea de teléfono móvil, de forma que le resulta imposible ponerse en contacto con ninguno de sus compañeros), su principal preocupación es pasar un pendrive, con un fichero sobre el que estaba trabajando (relativo a datos de las operaciones del banco) a alguien que pueda interpretar la información que allí se recoge. Un poco por azar, el destinatario resulta ser Peter Sullivan, un analista de breve trayectoria en la entidad, pero con estudios de ingeniería, de forma que posee los conocimientos matemáticos suficientes para comprender el fichero que ha recibido. Ya por la noche, y terminada la jornada normal de trabajo, se dedica a escudriñar la información y llega a una conclusión devastadora. Es importante detenerse aquí, porque para la mayoría de la gente con quien he hablado es el punto en el que pierde el hilo de la trama.
Lo que este analista descubre es que la volatilidad en el mercado de activos hipotecarios se ha disparado con carácter sistemático, por encima de lo que la operativa del banco considera como máximo valor posible. Ello sería el origen de unas pérdidas en la entidad que acabarían con todo su capital social y, en consecuencia, lo llevarían a la insolvencia y a la bancarrota. ¿Qué importancia tiene la volatilidad del mercado de cara a la valoración de los activos del banco? Vamos a explicarlo:
En primer lugar, conviene aclarar que la mecánica de actuación del banco de inversión que aparece en la película es similar al que dio origen al fenómeno de las hipotecas subprime. Este banco lo que hace es adquirir hipotecas, agruparlas en un fondo y vender participaciones de dicho fondo entre inversores (que pasan a ser, en consecuencia, los propietarios de dichas hipotecas, dejando de serlo el banco), proceso que recibe el nombre de titulización. Las hipotecas agrupadas presentan diferentes niveles de calidad, es decir, han sido concedidas a clientes de diferentes grados de solvencia: en algunos casos, los clientes son absolutamente solventes; en otros casos, el grado de solvencia es mucho menor. Se entendía que al agrupar hipotecas de distintas características en un único fondo, el riesgo de las concedidas con mayores niveles de riesgo se compensaría, en teoría, con las que presentaban niveles de riesgo menores. Como las hipotecas de mayor riesgo tenían mayor tipo de interés, el resultado final del fondo constituido era una rentabilidad atractiva con un riesgo presuntamente bajo, por lo que se pensaba que nunca iba a haber problemas en comercializar las participaciones entre los inversores potenciales. (Al final, cuando los impagos de las hipotecas más arriesgadas empezaron a subir significativamente –en la primera mitad de 2007-, lo que sucedió fue que se perdió la confianza tanto en las más arriesgadas como en las menos arriesgadas, por lo que el mercado hipotecario quedó paralizado).
El riesgo que corre el banco de inversión que va constituyendo los sucesivos fondos es que los mismos no puedan ser traspasados a inversores externos y, en consecuencia, las hipotecas adquiridas permanezcan con carácter indefinido en su balance. Por ello, en previsión de que suceda tal eventualidad, el banco estima las pérdidas máximas que puede sufrir con la posesión sin límite de tiempo de dichos activos hipotecarios. Y para calcular ese volumen máximo de pérdidas, se basa en la volatilidad máxima del valor de los citados activos en los mercados. Para comprender esto, hay que recurrir a conceptos de teoría de la inversión.
La operativa del banco que aparece en Margin call es la siguiente: en función de los datos históricos del mercado, parte de considerar la volatilidad máxima posible. A esa volatilidad máxima posible le corresponde, en consecuencia, una prima de riesgo máxima. Y a esta prima de riesgo máxima le corresponde, finalmente, un precio mínimo posible de los activos hipotecarios que figuran provisionalmente en el balance. Con este precio mínimo posible, hay unas pérdidas máximas posibles a la hora de volver a vender los activos, las cuales, en principio, están perfectamente controladas. Por tanto, con esta operativa, la solvencia de la entidad está garantizada.
Lo que esconde la información que el pendrive recopila es que la volatilidad en los mercados se ha disparado por encima del nivel máximo histórico, con carácter permanente y no meramente coyuntural. Por ello, el riesgo que existe en las operaciones que, de forma provisional, están en el balance de la entidad, es que las pérdidas potenciales están muy por encima de las inicialmente calculadas. Están tan por encima, que acabarían con todo el capital social del banco, lo cual lo llevaría, inevitablemente a su bancarrota.
A partir del momento en que Peter Sullivan descubre la realidad de los datos y se la comunica a sus inmediatos superiores (Will Emerson y Sam Rogers), la noticia va ascendiendo por la escala jerárquica de la entidad, pasando por la directora financiera (Sarah Robertson), el consejero delegado (Jared Cohen), hasta llegar al propio presidente (John Tuld).
Cuando todos están reunidos para intentar buscar una solución, la vía de escape por la que el presidente del banco opta es muy sencilla: antes de que todo el mercado sea consciente de que el valor de los activos está muy por debajo del precio que el banco ha pagado por ellos, hay que vender en una mañana a inversores y a otros bancos todas las hipotecas que están en el balance, para impedir que las pérdidas potenciales se conviertan en pérdidas reales. (En este punto, es difícilmente verosímil que un banco pueda realizar todas estas transacciones en un único día, ya que se detectaría de inmediato que el volumen de operaciones estaría muy por encima de la media habitual, pero la película se permite la licencia de suponer que la entidad tiene éxito en su propósito).
De la historia, cabe extraer una serie de paralelismos con los sucesos reales, que podemos centrar en los siguientes puntos:
unque como hemos dicho, la solución del problema no encaja con la realidad del mercado, en términos generales sí existe un nexo común entre lo que vemos en la película y lo que ha sido el funcionamiento real de la economía: los bancos de inversión han distribuido entre los agentes económicos participaciones en hipotecas sin informar debidamente de los riesgos que tales títulos llevaban implícitos. Tal comportamiento
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