Mercadotecnia

LLEVANDO LA CIENCIA DE PERDER PESO A CHINA

En una tarde reciente, cinco adolescentes rollizos, dos mujeres de complexión normal y un hombre de vientre prominente llegan al Hospital de la Amistad Chino-Japonesa. Se les pregunta acerca de sus hábitos alimenticios y se les coloca en una bascula de alta tecnología conectada a una computadora, que calcula la masa corporal e imprime una elaborada dieta y un régimen de ejercicio. Cada persona sale des hospital con un frasco de medicamento para perder peso llamado Xenical.

¨Me siento mas segura viendo a un doctor¨, comenta Cai Shuang de 18 años en pantalones cortos y holgados y zapatos de tacón alto, quien dice que ha probado varias píldoras para perder peso anunciadas por televisión. Este es el tipo de cliente que Roche Holding AG, el fabricante suizo de Xenical, espera le ayudara a conquistar el floreciente mercado de productos para perder peso en China. El país tiene cientos de tratamientos para perder peso que van de ¨sopas para adelgazar¨ a huang, un laxante herbal tradicional, derivado de la planta de ruibarbo. Como el resto de la industria farmacéutica china, la piratería rampante, las afirmaciones son exageradas y la regulación es minima, situación que ha llegado a muchos fabricantes de medicamentos en fijarse en el país.

Roche espera llevar la ciencia al negocio de perder peso en China. Su Xenical patentado, que funciona al bloquear la absorción de grasas y que se introdujo en China en enero de 2001, es el primer medicamento para perder peso por prescripción, aprobado por el gobierno chino. Los demás preparados para perder peso se etiquetan como ¨productos para la salud¨ y no pueden venderse en hospitales ni los médicos pueden recetarlos. Roche ha establecido hospitales y clínicas para el extremo alto del mercado en ciudades importantes y ha entrenado a médicos en cada uno, cuenta con estos doctores para que ayuden a vender a los pacientes los beneficios de Xenical. Roche, como otras compañías de medicamentos, enfrentan luchas culturales en China.

Muchos chinos tienen cierto conocimiento de la medicina tradicional y no les molesta autorrecetarse, en lugar de acudir al doctor. También, la mayoría de los chinos ven más el sobrepeso como una cuestión cosmética, que como un problema de salud, al igual que muchos doctores. Mas aun, no esta claro que los consumidores chinos quieran ir a los hospitales en busca de asesoría dietética. Muchos hospitales operados por el estado tienen las instalaciones anticuadas y requieren largas horas de espera.

China califica en segundo lugar detrás de Estados Unidos en términos de cantidad de obesos, que ascienden a unos 70 millones. En los últimos 10 años, el consumo de carne, comida rápida y refrescos se ha incrementado con los ingresos. Una generación que todavía puede recordar la desnutrición y la hambruna, ahora se preocupa por enfermedades como diabetes, hipertensión y la

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