Monitoreo Y Control De Proyecto
Enviado por anita84 • 19 de Noviembre de 2013 • 1.820 Palabras (8 Páginas) • 494 Visitas
Monitoreo (proceso, formativo, evaluación de mitad de período)
El monitoreo es una forma de evaluación o apreciación, aunque a diferencia de la evaluación de resultado o impacto, tiene lugar poco después que comenzó una intervención (evaluación formativa), en el curso de la intervención (evaluación del proceso) o a mitad de camino en la intervención (evaluación de mitad de período).
El monitoreo no es un fin en sí mismo. El monitoreo permite que los programas determinen qué está funcionando y qué no, así se pueden hacer ajustes a lo largo del camino. Permite que los programas evalúen qué está pasando realmente, versus lo que se planificó.
El monitoreo permite a los programas hacer lo siguiente:
• Implementar medidas correctivas para poner a los programas nuevamente en curso y que sean responsables de los resultados que se espera que el programa logre.
• Determinar cómo deberían ser distribuidos los fondos en todas las actividades programáticas.
• Recolectar información que puede usarse en el proceso de evaluación.
Cuando las actividades de monitoreo no las llevan a cabo directamente los tomadores de decisiones del programa, es crucial que los hallazgos de las actividades monitoreadas se coordinen y se los retroalimente.
También se puede difundir Información de la actividades de monitoreo a diferentes grupos fuera de la organización. Esto promueve la transparencia y da la oportunidad de conocer la opinión de los interesados.
No existen herramientas y métodos de monitoreo estándar. Varían de acuerdo con el tipo de intervención y los objetivos que se plantean en el programa. Algunos ejemplos de monitoreo son:
• Informes de monitoreo de actividades
• Revisión de registros de prestación de servicios (por ejemplo. informes policiales, registros de caso, formularios y registros de uso de servicios de salud, otros)
• Entrevista de salida con clientes (sobrevivientes)
• Técnicas cualitativas para medir actitudes, conocimiento, habilidades, comportamiento y las experiencias de sobrevivientes, prestadores de servicios, agresores y otros a quienes puede dirigirse la intervención.
• Revisiones estadísticas de bases de datos administrativas (es decir, en los sectores salud, justicia e interior, albergues, oficinas de bienestar social y otros)
• Otras técnicas cuantitativas.
Evaluación de resultados
La evaluación de resultados mide tanto los resultados a corto plazo como lo resultados a a largo plazo de los programas.
• Por ejemplo, en un programa para fortalecer la respuesta del sector salud en casos de violencia contra las mujeres, un resultado de corto plazo puede ser el uso de protocolos y procedimientos estandarizados por parte de los profesionales en un centro de salud.
• Un resultado a largo plazo puede ser la integración de esas políticas en todo el sector y el sistema de salud.
• Es importante establecer claramente desde el principio de un proyecto o intervención, cuáles son los objetivos y resultados esperados, e identificar qué cambios específicos se espera para qué población en particular.
Evaluación del impacto
La evaluación del impacto mide la diferencia entre lo que pasó habiendo implementado el programa y lo que hubiera pasado sin él .Responde a la pregunta, “¿Cuánto del cambio observado en la población meta (si lo hubo) ocurrió debido al programa o la intervención?”
Para este nivel de evaluación se necesitan diseños de investigación rigurosos. Es el tipo de evaluación más compleja e intensiva; incorpora métodos como la selección aleatoria, grupos de control y de comparación. Estos métodos sirven para:
• Establecer vínculos causales, o relaciones, entre las actividades que se llevan a cabo y los resultados deseados.
• Identificar y aislar todo factor externo que pueda influir en el resultado deseado.
Por ejemplo, una evaluación del impacto de una iniciativa dirigida a la prevención de agresiones sexuales a mujeres y niñas en el pueblo x mediante mejoras de infraestructura (iluminación, pasajes más visibles, etc.) también puede comparar datos de otra comunidad (pueblo y) para evaluar si las reducciones en el número de agresiones al finalizar el programa pueden atribuirse a esas mejoras. El propósito es aislar otros factores que puedan haber influido en la reducción del número de agresiones, tales como la capacitación de la policía o nueva legislación.
Mientras el impacto de las evaluaciones puede considerarse “el estándar dorado” para el monitoreo y la evaluación, su medición puede representar un desafío y puede no ser viable por muchas razones, entre ellas:
• Requieren un importante volumen de recursos y tiempo, que muchas organizaciones pueden no tener.
• Para hacerlo adecuadamente, también necesitan que la recolección de datos siga una metodología estadística específica, a lo largo de un período de tiempo, desde una variedad de grupos de control y de intervención, que puede ser difícil para algunos grupos.
Puede que las evaluaciones de impacto no sean siempre necesarias o, incluso apropiadas, para las necesidades de la mayoría de los programas e intervenciones que buscan monitorear y evaluar sus actividades.
• Para medir el impacto del programa, generalmente se hace una evaluación al principio (llamada línea de base o evaluación ex-ante) y luego otra vez al final (llamada evaluación ex-post) de un programa. También se recaban mediciones de un grupo de control con características similares a las de la población meta, pero no se trata de recibir la intervención para poder comparar a ambas.
• Para atribuir los cambios de resultados a una intervención en particular, es necesario descartar todas las otras explicaciones posibles y controlar todos los factores externos o factores que confunden y que pueden dar cuenta de esos resultados. Una evaluación del impacto de una campaña para concienciar sobre las disposiciones de una ley, recientemente aprobada, sobre violencia contra la mujer, por ejemplo, debería incorporar:
o Datos de base
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