OBSOLESCENCIA PROGRAMADA

UN CAMBIO DE REFLEXIÓN

La obsolescencia programada es la producción de bienes con una vida útil corta para que los consumidores repitan la compra del mismo bien en el futuro (Zhoupeng Yang,2016), este proceso surge en la década de 1920 con un grupo de empresarios que tuvieron la idea de hacer productos con menos durabilidad para tener más beneficios de los mismos. Lo anterior, ha desencadenado en diferentes consecuencias; como lo son la gran cantidad de residuos generados, manipulación por parte de las empresas y conflictos geopolíticos. A continuación, será expuesta esta problemática y se mostrará por qué no se debe apoyar la obsolescencia programada y cómo atacarla desde la labor docente.

En primer lugar, la cantidad de residuos que genera esta obsolescencia programada es absurda, ya que, por ejemplo, a nivel de tecnología sólo Estados Unidos desecha alrededor de 100 millones de celulares y más de 300 millones de computadoras al año. Esto no sólo implica el daño medioambiental que crea, sino que expone a las personas a serios problemas de salud, debido a todos los componentes contaminantes que éstos traen consigo (Baldé et tal., 2015). Del mismo modo, se estima que la producción anual de desechos electrónicos en todo el mundo ronda los 40 millones de toneladas. En un estudio realizado por Baldé et tal desde 2010 hasta 2018 sobre el crecimiento de residuos tecnológicos a nivel mundial dio como resultado que entre más población hay, el nivel de desperdicio también aumenta, lo que quiere decir que las empresas están obteniendo los resultados que desde la década de los 20’s se han propuesto, el cual es, tener un alto beneficio económico con la baja utilidad que se le puede dar a un producto.

Por otro lado, la manipulación que las empresas generan en la sociedad es muy alta, un ejemplo de esto son los anillos de compromiso. Este producto se volvió muy importante en la vida de toda mujer hacía los años 50, lo anterior debido a toda la estrategia publicitaria que manejan las grandes empresas; pues muestran un anillo con un diamante grande y llamativo que se suele mostrar junto al hombre “perfecto” con el anillo en sus manos y toda una escena de película que desencadena en una manera de pedir matrimonio casi obligatoria. De la misma manera, las empresas nos imponen el uso y desuso de algunas prendas que las mismas compañías consideran de moda o no, un ejemplo son las marcas de fast fashion como Bershka, Zara, Forever 21, Pull & Bear, entre otras a quienes la procuraduría federal del consumidor en México ha catalogado como expendedoras de ropa desechable. Lo anterior trae consigo un gasto económico más alto en los consumidores, tal y como las empresas lo quieren. Además, uno de los impactos más fuertes en el medio ambiente, pues de acuerdo con la ONU, la industria de moda es la segunda más contaminante del mundo, porque deben realizar procesos químicos, para teñir los textiles, lo que según el banco mundial genera el 20% de la contaminación del agua.

Igualmente, esta obsolescencia programada genera conflictos geopolíticos, puesto

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