Organización y Administración de Empresas
Enviado por 40952 • 20 de Junio de 2017 • Tarea • 1.766 Palabras (8 Páginas) • 186 Visitas
Materia : Organización y Administración de Empresas
• Profesor: Ricardo Pardo
Actividad Obligatoria n° 1
Condiciones de entrega de la actividad
Las siguientes condiciones de entrega de la actividad se plantean en función de
simplificar las tareas de corrección de los trabajos:
1) El trabajo deberá presentarse en un solo formato y tamaño de letra:
Verdana 10.
2) El trabajo debe realizarse en forma individual. Es obligatoria la
entrega de la actividad por parte de cada uno de los alumnos del
curso. El no presentar actividad implicará la nota de 0 (cero). No
existe recuperatorio de esta actividad en el caso de que el alumno
no haya presentado el trabajo.
3) El plazo final de entrega de la actividad es el día fijado en la clase,
sin excepciones. No existe posibilidad de ningún tipo de prorroga debido
a cualquier causa.
4) Para evaluar los Trabajos Prácticos se tendrán en cuenta los siguientes
criterios:
• Conocimientos teórico-prácticos del contenido de la materia (carpeta,
clases y bibliografía).
• Presentación y claridad conceptual.
• Creatividad en el desarrollo de las respuestas.
Les deseo mucha suerte y espero muy buenos trabajos !!!.
Prof. Ricardo Pardo
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CASO DAVIDOFF
La buena vida de Davidoff
Davidoff se inició hace más de 80 años como un negocio familiar, una pequeña y
exclusiva tienda de tabaco en Ginebra, que acabó por convertirse en una marca global, con
representación en 80 países y 38 locales de venta alrededor del mundo.
Si bien los cigarros siguen constituyendo hoy el principal negocio de la compañía, en los
80 la empresa se embarcó en un proceso de diversificación que la transformó rápidamente en
un verdadero proveedor de objetos de lujo. Así surgieron las líneas de perfumes, para hombre y
mujer, cigarrillos, accesorios de moda, artículos de cuero, café y cognac. De este modo, con el
correr de los años, se convirtió en mucho más que una simple marca. Hoy representa una
verdadera institución, que para muchos ya es sinónimo de la buena vida.
Érase una vez...
El origen de la marca se remonta a principios de siglo, más precisamente a 1911. En ese
año, Henri Davidoff, inmigrante ruso en Suiza, abrió una tienda de tabaco en Ginebra que tuvo
entre sus primeros clientes al mismísimo Vladimir Ilyich Ulyanov, más conocido como Lenin.
Tan pronto como pudo, Davidoff le enseñó a su hijo Zino algunos secretos sobre el
preparado de tabaco para cigarros y pipas, arte con el que se familiarizó en las tierras de
América Central y del Sur.
De regreso en Suiza, Zino inauguró en la tienda de su padre un depósito especial para el
almacenamiento eficiente de cigarros, bajo las condiciones climáticas óptimas que aseguraran
la mejor calidad del producto. Estas eran señales concretas de la filosofía que comenzaba a
gestarse en la mente de Davidoff y que se mantiene como el espíritu de la empresa hasta hoy:
lograr productos de muy alta calidad que provoquen en el consumidor una sensación de
profundo placer.
El objetivo era combinar el buen gusto con la funcionalidad y la exclusividad. Y convertir,
de este modo, a sus productos en verdaderos sinónimos de lo que significa la buena vida. Esta
premisa fue la que guió cada paso de la compañía, sobre todo al momento de iniciar su
estrategia de diversificación. Cada artículo nuevo que lanzara la compañía debía pasar la
prueba y asegurar que el público percibiría una ecuación de alta calidad, junto al placer que
produce un momento de relajación. Claramente, los consumidores asocian nuestra marca con
artículos de lujo, a pesar de que nosotros no enfocamos hacia allí nuestra estrategia de marca.
El lujo es simplemente una etiqueta que pone la gente. Pero nosotros no la utilizamos porque
eso daría la sensación de que se trata de un producto caro, pero que no tiene nada detrás.
Nosotros queremos transmitir que nuestra marca asegura una buena calidad y que
cuidamos verdaderamente a nuestros productos. Los nuestros son productos de lujo en el
sentido de que te permiten pasar un momento agradable, pero no en el sentido de prestigio y
nada más, asegura Corina Atzli, responsable de la comunicación institucional de la empresa e
integrante del directorio. Aunque los perfumes, lapiceras o accesorios, no son productos que se
compran todos los días, la gente disfruta el hecho de rodearse de objetos lujosos. En el caso de
los cigarros, por ejemplo, aunque no fumen mucho y consuman no más de un cigarro por
semana, lo que esperan de Davidoff es un producto de la mejor calidad. Por este motivo, en los
años 60 Ernst Schneider, amigo personal de Zino, se hizo cargo del manejo de la compañía y
dio comienzo a la expansión internacional de la marca. De este modo, el Oettinger Group, la
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empresa familiar que Schneider dirigía, se convirtió en el cuartel general de operaciones en
1970 al comprar a Zino Davidoff la marca, así como el local de venta minorista de Ginebra.
Manteniéndose fiel a los principios y filosofía del negocio de su amigo Zino, Schneider desarrolló
un concepto de marketing global y logró posicionar a la marca como un sinónimo de la buena
vida en el mercado internacional.
Estrategia de expansión
Algunas experiencias desafortunadas con marcas que había construido para el mercado
suizo, le habían enseñado a Schneider una lección: tan pronto como se vuelen exitosas, su
distribución queda en manos de los mismos productores. Esta fue una de las razones por las
que eligió comprar la marca y el local de Zino. La meta principal era convertir a Davidoff en un
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