PC en México

 “El monetarismo en

Argentina y Chile”

(ALDOFFRRER)

(Primera parte)**

Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas¡ porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca.*

l. INTRODUCCION

En el curso de la década de 1970 en Argentina y Chile se impusieron políticas económicas de filiación monetarista.

Según las manifestaciones de sus gestores, los objetivos explícitos de tales políticas son la estabilización de precios y la reasignación de los recursos económicos en el contexto del mercado mundial, conforme a las respectivas ventajas comparativas de ambos países.

El enfoque ortodoxo en las políticas anti-inflacionarias y la especialización de la economía en el marco de la división internacional del trabajo no son nuevos en estos países. Antes de la década de 1930, Argentina y Chile eran básicamente economías abiertas especializadas conforme a los mismos criterios que ahora se promueven. En cuanto a la política anti-inflacionaria, después de 1945 se registran experiencias de filiación monetarista, vinculadas a programas de estabilización respaldados por el Fondo Monetario Internacional. Lo que sí es nuevo, en ambos casos, es su prolongada duración, el contexto institucional en el cual se insertan y la naturaleza de las condiciones que les dieron origen.

Sobre el primer punto cabe observar que la actual política* Economista argentino, profesor titular de política económica,

Universidad Nacional de Buenos Aires, 1963-1966¡ ministro de Obras y Servicios Públicos de la Nación (1970) y de Economía y Trabajo de la Nación (1970-1971 )¡ miembro de la Academia Nacional de Ciencias

Económicas de la Argentina, autor de numerosos libros y artículos. Durante la preparación de este estudio, el autor mantuvo varias entrevistas con colegas de Chile y de otros países de América Latina, que resultaron extremadamente útiles para completar la información necesaria y ampliar las perspectivas del análisis. En particular, desea dejar constancia de su reconocimiento por los estimulantes comentarios de Aníbal Pinto y por la atenta lectura y crítica de Andrés Bianchi.

** Este trabajo se publicó originalmente en Ámbito Financiero, de Buenos Aires, en el número correspondiente al 22 de agosto de 1980. Se reproduce con autorización del autor, quien nos ha enviado un agregado que se incluirá en la segunda parte. Por razones de espacio, se suprimieron las gráficas que aparecieron en la publicación bonaerense. Comercio Exterior hizo pequeñas modificaciones editoriales. chilena ya lleva cerca de siete años y que nunca antes un experimento ortodoxo duró tanto tiempo. En el caso argentino ocurre igual: desde 195~ ninguna conducción económica había durado cuatro años ininterrumpidos y las de filiación francamente ortodoxa fueron siempre efímeras. Sobre el segundo punto se observa que ambas experiencias se insertan en el marco de gobiernos militares fuera del ordenamiento constitucional de los r1')s países. Argentina tiene una experiencia más prolongada que Chi le en esta materia. De hecho, las anteriores experiencias ortodoxas en Chi le se realizaron bajo gobiernos constitucionales y en Argentina bajo gobiernos militares. Lo nuevo en el caso argentino es el firme y prolongado respaldo de las autoridades militares a la actual conducción económica, hecho sin precedentes en la historia de los gobiernos castrenses.

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