Precios Justos

Uno de los grandes problemas de Venezuela es la Inflación. A pesar que este índice económico es inherente a toda economía, cuando su nivel es alto y difícilmente controlable, se convierte en un serio problema para cualquier país, con consecuencias no sólo económicas, sino también sociales y políticas.

Para disminuirla, controlando los precios de los bienes y servicios, uno de los instrumentos creados por el Estado Venezolano es la LEY ORGANICA DE PRECIOS JUSTOS, la cual se hizo oficial el 23 de Enero de 2014. La misma, posee alcance en todo el territorio nacional, y es aplicable a toda persona natural y jurídica, nacional o extranjera, que con ocasión del desempeño de sus actividades económicas dentro del territorio nacional, produzcan, transformen, distribuyan, importen o comercialicen bienes, o presten servicios, por lo cual reciban una contraprestación pecuniaria. En conclusión, todo ente o factor económico, persona natural o jurídico, subyace a esta Ley, solo exceptuando bancos e instituciones financieras, aunque deberán inscribirse y mantener sus datos actualizados en el Registro Nacional de Precios de Bienes y Servicios, el cual estará a cargo de la Superintendencia Nacional de Costos y Precios.

Los aspectos a tomar en cuenta serán los precios que correspondan a la venta de bienes o la prestación de servicios, así como también los costos inherentes a tales operaciones. Su finalidad primordial es establecer los mecanismos de control para mantener la estabilidad de precios y propiciar el acceso a los bienes y servicios de toda la población, en el marco de un modelo económico socialista.

Así desglosados, sus principios y finalidad parecen afables y necesarios, pero también es conveniente analizar la eficacia de sus procedimientos, la eficiencia de sus controles, lo oportuno de sus acciones, su impacto en el aparato productivo nacional, sus consecuencias en el plano microeconómico y en la sociedad, así como también su correspondencia con las características del sistema político y económico vigente en Venezuela.

Dada la incipiente existencia de esta ley, y la historia tan breve de las instituciones que la pondrán en práctica, no resulta conveniente aún analizar los aspectos de la eficacia de sus procedimientos, la eficiencia de sus controles, ni lo oportuno de sus acciones. Por ahora sólo se puede mencionar que es una función ampliamente difícil. Si se toma en cuenta el precio de un auto, parece sencillo. Marca, modelo, accesorios, serian los aspectos a tomar en cuenta. La complejidad aumenta abruptamente, y su dificultad de control, cuando se habla de analizar cada una de sus partes, costos y precios de cada una de las partes de los tripoides, cada una de las partes del sistema de frenos, piezas internas del motor del vehículo, tomando en cuenta además la amplia variedad de marcas. Sólo deja la conclusión de que el control de todos estos precios es una tarea titánica.

El presente ensayo centrará su atención primordialmente en el impacto de la Ley de Precios Justos en el aparato productivo nacional, sus consecuencias en el plano microeconómico y en la sociedad, así como también su correspondencia con las características del sistema político y económico vigente en Venezuela.

Para empezar, esta ley fija los precios en función del costo real de la producción, y establece la ganancia máxima en 30% para cada actor de la cadena de comercialización. Esta condición amenaza seriamente muchas empresas en Venezuela, pues no se ha tomado en cuenta las diferencias que existen entre las entidades con respecto al rubro al que pertenecen. Cada rubro posee características inherentes, que las diferencias entre sí, como su tamaño, actividad (productiva, comercializadora, importadora, de servicios), velocidad de rotación de su inventario, uso de mano de obra o primordialmente uso de medios mecánicos de producción, naturaleza del bien o servicio producido (bien o servicio de consumo masivo, elasticidad de la demanda, competencia, tecnología aplicable), así como también su capacidad/facilidad de obtención y/o procesamiento, entre otros aspectos. Así, por ejemplo, la comparación de la velocidad de rotación de inventario de una empresa dedicada a la venta de golosinas u otros productos de consumo masivo, con respecto a una fábrica de tractores y maquinaria pesada. Quizás a la empresa dedicada a la venta de golosinas le sea rentable un marco de 30% de ganancia máxima por la velocidad con que vende sus productos, la cual es elevada por ser producto de consumo masivo y ser un producto tradicional, mientras que la fábrica de tractores tendrá otro panorama

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