Radiografia Del Consumidor
Enviado por roberto31 • 17 de Noviembre de 2011 • 10.513 Palabras (43 Páginas) • 588 Visitas
FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES
CÁTEDRA: ADMINISTRACIÓN II
PROFESOR:
TEMA: REINGENIERIA
GRUPO:
INTRODUCCION:
Durante doscientos años se fundaron y construyeron empresas sobre la base de los principios de Adam Smith, de que el trabajo industrial debía dividirse en sus tareas más simples y básicas
En la era postindustrial de los negocios en que estamos entrando, las corporaciones se fundaran sobre la base de reunificar esas tareas en procesos coherentes.
La Reingeniería no es otra idea importada de Japón. No es un remedio rápido que los administradores puedan aplicar a sus organizaciones. No es un nuevo truco que pueda aumentar la calidad de un producto o servicio de la compañía o reducir determinado porcentaje de los costos. No es un programa encaminado a levantar la moral de los empleados ni a motivar a los vendedores. No forzará a un viejo sistema computadorizado a trabajar más rápidamente. No se trata de arreglar nada.
La reingeniería de negocios significa volver a empezar, arrancar de cero, significa dejar de lado gran parte de lo que se ha tenido por sabido durante doscientos años de administración industrial.
En la reingeniería de negocios los viejos títulos y formas organizacionales, dejan de tener importancia. Lo que importa en la reingeniería es como queremos organizar hoy el trabajo, dadas las exigencias de los mercados actuales y el potencial de las tecnologías actuales.
Las compañías que buscaban más que una mejora pequeña y lo lograban, se planteaban un interrogante distinto del de otras organizaciones. No se preguntaban: “¿ Cómo podemos hacer más rápidamente lo que hacemos?” o “¿ Como podemos hacer mejor lo que hacemos?” o “¿ Como podemos hacer a menor costo lo que hacemos ?”. Lo que se preguntaban era: “¿ Porque estamos haciendo esto?”.
LA CRISIS QUE NO VA A DESAPARECER
Tecnologías avanzadas, la desaparición de fronteras entre mercados nacionales y las nuevas expectativas de clientes que tienen más para escoger que nunca antes, se han combinado para dejar lamentablemente obsoletos los objetivos, los métodos y los principios organizacionales de la clásica
Corporación estadounidense.
Renovar su capacidad competitiva no es cuestión de hacer que la gente trabaje más duro, sino de aprender a trabajar de otra manera, desaprender muchos de los principios y técnicas que les aseguraron el éxito durante tanto tiempo.
Los grandes pasos revolucionarios en el desarrollo de las organizaciones industriales modernas se dieron a principios del siglo XX y se debieron a dos pioneros del automóvil: Henry Ford y Alfred Sloan.
Ford refinó el concepto de Smith de dividir el trabajo en pequeñas tareas repetitivas y Sloan creó el prototipo de sistema administrativo que exigía el sistema fabril de Ford, inmensamente más deficiente.
En los años 50 y 60, la principal preocupación de los ejecutivos desde el punto de vista operativo era correr parejo con una demanda que iba en aumento. Producir en exceso podía provocar endeudamiento y producir en pequeñas cantidades podían perder participación en el mercado.
Para resolver estos problemas las empresas idearon sistemas cada vez más complejos de presupuestar, planificar y controlar.
Súbitamente nos encontramos en un mundo distinto. La actual crisis de competitividad global que afrontan las empresas no es el resultado de una recesión económica temporal, ni siquiera podemos contar con un ciclo previsible de negocios – prosperidad seguida de recesión, seguida por una renovada prosperidad – como contábamos antes. En el ambiente de hoy nada es constante ni previsible.
Tres fuerzas, por separado y en combinación, están impulsando a las compañías a penetrar en un territorio que para la mayoría de los ejecutivos y administradores es aterradoramente ignotos.
Los clientes asumen el mando
Los que mandan ya no son los vendedores; son los clientes. Hoy los clientes les dicen a los proveedores que es lo que quieren, cuando lo quieren, y cuanto pagarán.
Los clientes exigen productos y servicios diseñados para sus necesidades particulares y específicas. Ya no tiene vigencia el concepto del cliente, ahora este cliente.
Tales clientes no necesitan tratar con compañías que no entiendan ni aprecien este notable cambio en la relación productor - comprador.
La competencia se intensifica
Ahora no solo hay más competencia sino que es de muchas clases distintas. Los competidores de nicho han cambiado la faz de todos los mercados. Se venden artículos similares en distintos mercados sobre bases competitivas totalmente distintas: en un mercado basado en precio, en otro basado en selección, aquí basado en calidad y más allá basado en servicio antes o después de la venta o durante ella.
Ya no basta ofrecer un producto o servicio satisfactorio. Si una compañía no puede plantarse hombro a hombro con la mejor del mundo en una categoría competitiva, pronto no tendrá un lugar donde pararse.
La tecnología cambia la naturaleza de la competencia en formas que las compañías no esperaban.
Por ejemplo, les ha permitido a fabricantes y minoristas como Procter & Gamble y Wall Mart combinar sus sistemas de distribución y existencias en formas que son beneficiosas para ambas.
El cambio se vuelve constante
El paso del cambio se ha acelerado. La rapidez del cambio tecnológico también promueve la innovación. Los ciclos de vida de los productos han pasado de años a meses. Ford produjo el modelo T para toda una generación y el ciclo de vida de un computador introducido hoy en el mercado, podría llegar a dos años, pero probablemente no llegará.
No solo han disminuido los ciclos de vida de productos y servicios, sino que también ha disminuido el tiempo disponible para desarrollar nuevos productos e introducirlos. Hoy las empresas tienen que moverse rápidamente o no se moverán en absoluto.
Hay quienes les atribuyen los problemas de nuestras corporaciones
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