Reflexión Comercio Justo A Cualquier Precio

REFLEXIÓN CRÍTICA DOCUMENTAL “COMERCIO JUSTO A CUALQUIER PRECIO”

En el documental visto, se puede inferir que el comercio internacional no es garantía para la erradicación de la pobreza, puesto que su funcionamiento no está basado en parámetros de justicia ni sostenibilidad. Tampoco ha logrado ser el motor de desarrollo en muchas partes del planeta, más bien al contrario, ha consolidado las dinámicas de pobreza y exclusión en muchas partes del mundo. Las comunidades pobres no suelen disponer de las capacidades empresariales indispensables, conocimientos, capital e infraestructura para operar en el comercio mundial. Cuando se trata de aprovechar las nuevas oportunidades, los sectores desfavorecidos se hallan en desventaja por sus carencias en formación, garantías económicas, capacitación empresarial y/o contactos que puedan ayudarles a iniciar o ampliar una actividad comercial a nivel internacional.

El concepto y la aplicación del comercio Justo nacieron para compensar los desajustes sociales provocados por una globalización económica liberal, pero, en su evolución, se revela hoy día como una verdadera alternativa de orden económico y social, capaz de rescatar al comercio de la injusticia y reorientar la estructura y valores de la economía internacional. El comercio justo, actúa como instrumento eficaz para el desarrollo equitativo de todas las personas y los pueblos, poniendo en práctica valores éticos mediante una gestión sostenible que valora justa y dignamente el trabajo humano en todos los continentes del planeta. Lo anterior hace referencia a que el comercio justo es una reacción a las actuales reglas de juego del comercio internacional, consideradas como injustas. Para el comercio justo, el gran desafío de los países menos desarrollados se centra más en una redistribución más equitativa de los recursos y de la renta, que en una expansión o globalización de los mercados a nivel mundial. Esto quiere decir que lo más importante para el comercio justo es lograr una redistribución que permita que los beneficios queden mayoritariamente en manos de los productores y que la nueva perspectiva genere un impacto social dentro de las economías locales.

Ahora bien, el concepto puede ser visto desde dos puntos de vista. Desde la perspectiva de las pequeñas organizaciones, el comercio justo es un comercio de liberación, ya que facilita estructuras productivas y organizativas donde priman las condiciones laborables, medioambientales y sociales favorables, lo que permite a millones de pequeños productores vivir y trabajar dignamente, impulsando su empoderamiento y capacidad de autogestión para el beneficio comunitario. Por otra parte, desde la óptica de los consumidores, el comercio justo ofrece una vía de cooperación al alcance de todos: ciudadanos, instituciones públicas y organizaciones. Para todas las personas ofrece una fórmula sencilla de convertirse en agentes de desarrollo

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