¨SHOCK DISTRIBUTIVO, AUTONOMÍA NACIONAL Y DEMOCRATIZACIÓN¨
Enviado por Sebstianytiare • 25 de Septiembre de 2014 • 7.332 Palabras (30 Páginas) • 178 Visitas
POLITICAS PARA EL SHOCK DISTRIBUTIVO, LA RECUPERACIÓN PRODUCTIVA Y EL CRECIMIENTO
FUNDAMENTOS DE LA POLÍTICA COMERCIAL EXTERNA DE EXPORTACIONES
DOCUMENTO COMPLEMENTARIO DE LA PROPUESTA
¨SHOCK DISTRIBUTIVO, AUTONOMÍA NACIONAL Y DEMOCRATIZACIÓN¨
MESA DE COYUNTURA DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS Y FORMACIÓN DE LA CTA
Principios fundamentales de la política comercial de exportaciones
La política de exportaciones, como las demás, debe ante todo ser consistente con el enfoque y la estrategia de shock distributivo y recuperación productiva.
La prédica ideológica reaccionaria de esos últimos decenios ha confundido totalmente la cuestión de las exportaciones, tanto en términos generales como en lo que respecta a la Argentina. Por ello, aunque para muchos resulte obvio, es necesario precisar algunos puntos fundamentales. Cualquier recomendación en materia de exportaciones que no tenga en cuenta (o contradiga) estos puntos fundamentales se opone a la estrategia central de shock distributivo-productivo.
1)
La dimensión de las exportaciones.
Es fundamental recodar que desde Adam Smith hasta cualquiera de los últimos trabajos económicos serios se sabe que las exportaciones no son un fin, sino un medio, e incluso hasta un "mal necesario".
Lo único que importa en términos económicos es cuánta riqueza se crea y cómo se la distribuye. Todo lo demás es meramente instrumental. En el proceso de creación de riqueza, en el proceso productivo, se forma la división del trabajo, o sea la especialización tecno-productiva. La especialización técnica (la que se desarrolla al interior de cada planta o establecimiento); la especialización social (la de que da entre establecimientos) y las especializaciones internacionales. Es de ellas que surge el intercambio, ya sea al interior de una economía o entre economías, que determina que la nación necesite importar los bienes que no puede producir. Es por esta especialización (que, por supuesto, no necesariamente es la mejor, y muchas veces debe ser cambiada, pero siempre por alguna otra matriz de especialización) que invariablemente las economías capitalistas deben importar aquello que no producen. Y para ello deben obtener divisas, para lo cual -en el largo plazo en general, y en la Argentina de hoy en particular- no "tienen otro remedio" que exportar parte de lo que producen. En general, esta parte es muy reducida respecto de la riqueza producida. La evidencia de ello es que el comercio internacional, aun en los períodos de mayor auge, no es sino una fracción reducida del producto mundial. Así, la exportación cumple ante todo y básicamente la función de proveer de divisas para importar lo que no se produce y se quiere consumir (o invertir, y ello sólo como instrumento necesario de la producción de bienes de consumo).
Pero no sólo se gastan divisas en importar bienes que la población requiere pero no produce: también se gasta divisas en importar bienes prescindibles para la gran mayoría de la población; en pagar deudas adquiridas por los sectores privados que las contrajeron o del sector público que la contrajo (muchas veces, como es el caso de Argentina de hoy) para permitir que el capital más concentrado realice su proceso de valorización financiera y para enjugar los déficits externos de los sectores privados; para realizar pagos productivos de tecnologías necesarias que no se tienen o no conviene producir en el país, pero que se necesitan para producir, pero también para realizar pagos por tecnologías extranjeras innecesarias para la producción necesaria para el bienestar de la mayoría de la población, o tecnologías que desplazaron a la capacidad tecnológica local (como es el caso de la Argentina de hoy); para importar bienes de capital que el país no puede producir y también para importar bienes de capital que (como es el caso de la Argentina de hoy) no se producen debido a la destrucción de la industria de bienes de capital que se realizó bajo el liderazgo del capital concentrado. Se podría seguir con otros ejemplos hasta llenar varias páginas. Pero lo decisivo es percibir claramente que el nivel de exportaciones que se requiere como necesidad debe estar en función de la disponibilidad de divisas que requiere el bienestar creciente del pueblo (que es la forma con que nuestra Constitución Nacional designó siempre a lo que las costumbres ideológicas y lexicográficas introducidas por el neeoliberalismo llevaron a identificar con el término ambiguo y engañoso de "la gente"). Por lo tanto, No existe tal cosa como "el volumen de divisas que la economía necesita" ganar por exportaciones. En efecto, uno es el nivel de divisas que se requiere para que la sociedad toda pague las deudas y las destrucciones y las necesidades dictadas por el capital concentrado, y para reproducir el crecimiento de ese capital. Ese es el nivel de exportaciones que requiere la institucionalización dictatorial apenas disimulada que se viene instaurado progresivamente en la Argentina. Otro es el nivel de divisas que se requiere para distribuir y crecer en función de las necesidades del pueblo del que habla claramente la Constitución Nacional. El volumen que se requiere no bajo la dictadura aludida, sino para la democracia que se construya.
En resumen: i) las exportaciones son sólo necesarias en la medida en que se necesita importar y solventar otros egresos de divisas; ii) ese nivel de divisas no es el mismo en el plan económico de dictadura, subdesarrollo y miseria que dicta el capital concentrado externo e interno, que en el plan de democracia, desarrollo y bienestar del pueblo que se debe construir a partir del shock distributivo-productivo; iii) las políticas y "premios" a la exportación son, consecuentemente, diferentes en cada uno de esos dos planes. Un ejemplo: las exportaciones que se requieren para pagar las importaciones -dado cualquier nivel de producto- con la política de apertura comercial iniciada por la dictadura comercial, y profundizada por las políticas neoliberales de los noventa aún vigentes, son mayores que las que se requieren con una política comercial de importaciones que reduzca ese nivel de apertura importadora mediante mecanismos como los que se han propuesto en el documento respectivo, tales como la suspensión de la importación del grueso de los bienes de consumo, o el aumento de aranceles de los bienes y etapas productivas más intensivas en mano de obra, especialmente la calificada. De manera consistente con ello, ese nivel es diferente si se prosigue con el patrón productivo actual, resultado de más de un cuarto de siglo
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