Salud O Negocio

La salud humana no se negocia. Esta máxima ha quedado firmemente plantada en muchos ataúdes. El gobierno amenaza con expropiar lo poco que sobrevive de la salud en manos particulares y la realidad muestra el peso para una debacle final. A fin de cuentas, hay un sesgo comercial en el sector privado que, finalmente, deberán hacer coincidir con la vida. Vaya usted con una emergencia a cualquier clínica en Venezuela y la recepcionista no le preguntará: ¿Qué le duele? La cuestión vital para ellos es: ¿tarjeta de crédito, carta aval o póliza dorada de seguro? ¡Señores, y una con la pelona al lado, mirándole a la cara y burlándose de la pobreza ajena!

__ Pues te vienes conmigo porque no tienes seguro y eres pobre. Mejor te mueres y sales de la tormenta de la pobreza de una vez propone Tanatos en tono festivo.

El sector privado aún no asume que la salud "No es un negocio", y que primero es la vida humana y, después, mucho después, está la relación de ganancias y pérdidas. El sector salud estuvo conformado, y lo está aún, por un gran malentendido: La salud pública igualada a la salud gubernamental. Pública y gubernamental no es lo mismo y las clínicas privadas participan de la salud pública y aquí la prioridad es la vida de los venezolanos y no los reales de unos cuantos: los mejor comidos, estudiados y con más oportunidades.

Hay que medir el problema en términos de la política pública de salud en el contexto de un macro programa de desarrollo social endógeno, sin cubanos, chinos y demás extranjeros que no pueden asumir la vida de sus hermanos y en democracia. La institucionalidad de la salud gubernamental, como en muchas otras áreas, está altamente corrompida, ineficiente y dictada desde afuera. En la actualidad rescatar la salud nacional pasa por plan, reingeniería de instituciones, actores y democracia. La enfermedad social se pega como el sida pues sin duda hay amores que matan, como algunos enamorados venezolanos lo sienten diariamente.

Otro punto estratégico son los fármacos para la vida. Sin dólares, sin importación de medicamentos y con la ineficiencia en los tuétanos ya no hay ni analgésicos. Se cuenta y no se cree. Pero es verdad. No piensen en tratamientos costosos, medicinas especiales, equipos médicos, reactivos y todo el arsenal químico requerido. Es una lisis lenta que te come. Un cáncer social que te devasta diariamente sin más alternativa que la tétrica espera.

Se requiere de un plan estratégico, depuración de los funcionarios de alto nivel del gobierno (que son los del negocio), clínicas que entiendan la misión humana de la salud, normas, políticas públicas, en fin, una institucionalidad clara para que Venezuela sea saludable y demócrata. Mientras tanto, el fatídico Barrio Adentro, otorga purgantes y antiácidos, maneja equipos, toma decisiones de un pueblo cuya salud depende de otros,

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