Sistema Economico

Los variados elementos que participan en la vida económica de una nación, se suman en un todo denominado sistema económico. El análisis de la constitución de un sistema económico se inicia con el desglose de sus elementos fundamentales. Pueden destacarse del seno de la población los sectores productivo y dependiente.

A partir de la población en edad de trabajar, se llega a los conceptos de “población económicamente activa” que es la porción de la población que se encuentra efectivamente dentro del mercado de trabajo y “población ocupada” que comprende a los individuos que ejercen una actividad profesional remunerada. La proporción de personas ocupadas en una comunidad se ve afectada por fenómenos económicos, sociales y demográficos. La población económicamente activa se caracteriza por la enorme diversidad de grados y tipos de calificación. Se considera, grosso modo, trabajador calificado a aquel que no puede ejercer sus funciones sin un cierto periodo de aprendizaje.

Con el paso del tiempo, el factor capital evoluciona de aquellas formas embrionarias, ganando complejidad creciente y confiriendo al trabajo humano una eficiencia cada vez mayor. Una de las características fundamentales de la evolución de un sistema económico es la creciente distancia que separa el inicio de la producción y el consumo final de los bienes.

El análisis económico procura clasificar sus actividades distinguiendo tres grandes sectores, el sector primario que abarca las actividades que se ejercen próximas a las bases de recursos naturales, el secundario que reúne las actividades industriales, mediante las cuales los bienes son transformados y el sector terciario donde ciertas necesidades son atendidas por actividades cuyo producto no tiene expresión material.

En las regiones económicamente subdesarrolladas, el sector “servicios” es usualmente el sumidero a donde van a dar los grandes contingentes de mano de obra no calificada que, al dejar el campo, pasan a vegetar en las ciudades y buscan su subsistencia a través del comercio callejero, trabajos eventuales y otras ocupaciones escasamente productivas.

Existen bienes y servicios destinados a atender las variadas necesidades económicas de la comunidad y pueden ser clasificados así: de consumo, cuando se destina a la satisfacción directa de necesidades humanas, de capital, cuando no atienden directamente las necesidades humanas y de intermediarios, que son bienes que deben sufrir nuevas transformaciones antes de convertirse en bienes de consumo o de capital.

La producción se basa en el trabajo humano dirigido hacia atención de las necesidades económicas individuales y colectivas. Dependiendo del producto que se tenga en vista, el proceso productivo implicará el uso de determinadas formas trabajo, capital y recursos naturales.

La elaboración de insumos de todo orden, para ser transmitidos a otras empresas, se conoce por producción intermediaria. A lo largo del proceso de obtención de un bien final, se pagan rendimientos a los responsables de las diversas formas de trabajo absorbidas en las varias etapas, así como a los propietarios de los demás factores indispensables para la producción.

El producto de una economía toma en cuenta solamente los bienes y servicios de utilización final producidos en el sistema, esto es, los de consumo y capital. El valor del producto de una economía puede ser medido deduciéndose del valor bruto de la producción. El producto corresponde a aquello que efectivamente se adiciona en términos de valor, o sea al valor agregado.

El proceso productivo implica un cierto grado de desgaste para los bienes de capital y los recursos naturales empleados. Una fracción del valor creado en la cadena productiva es contrabalanceada por el valor perdido de los factores en este mismo proceso. En el proceso productivo se generan, simultáneamente, el producto y el ingreso.

Las compras efectuadas, de cualquier mercancía o servicio particular, implican un gasto determinado por el producto de la cantidad adquirida y por su precio respectivo en el mercado.

El ahorro es la fracción complementaria del flujo de ingresos, o sea, el monto de ingresos no empleados en la adquisición de artículos de consumo. El ahorro llega al mercado de bienes de capital, donde se aplica la adquisición de equipos, etc., destinados a la reposición del capital.

Los flujos ganan continuidad y se integran orgánicamente en el funcionamiento continuo del sistema. El funcionamiento de una economía moderna se basa en la división del trabajo entre hombres cuyos esfuerzos productivos deben culminar en la satisfacción de necesidades y deseos económicos.

Las materias primas, artículos semiacabados, productos finales, etc., que recorren continuamente el sistema, constituyen una corriente de bienes a la cual cabe la denominación de flujo real. En la economía ocurren transacciones de otra naturaleza que podemos abarcar bajo la denominación de contratación de factores.

En el mercado de viene y servicios de consumo se efectúan las transacciones que bombean hacia el aparato productivo de ingreso de la comunidad, que se presenta ahí bajo la forma de gasto líquido. Las familias ejercen simultáneamente los papeles de consumidores y propietarios de los factores trabajo, tierra y capital. Como propietarios de factores, los hombres logran los ingresos que les facultan a adquirir en el mercado de los productos que les interesen.

Hay que destacar un principio de validez universal: cuanto más elevado sea el nivel de ingreso medio de una nación o clase social, más diversificado será su consumo. El criterio de la distribución porcentual de los gastos de consumo preside las investigaciones sobre “presupuestos familiares”. La demanda de los diferentes bienes tiene como contrapartida las respectivas ofertas que se originan en el aparato productivo.

Un sistema económico que pretendiera prescindir de los precios tendría que racionar la entrega de todos los productos a la comunidad, a través de un complejo sistema de cuotas.

Hoy se admite regularmente que la distancia conservada entre el precio de venta y el costo unitario depende del poder económico de la empresa productora, capaz, en mayor o menor grado, de imponer condiciones a su mercado consumidor, a los factores contratados, de excluir competidores, etc.

Basada en la hipótesis de la competencia perfecta de las unidades productoras entre sí, la teorización académica suponía hasta hace pocas

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