Teoria Neoclasica
Enviado por Feliperomerodiaz • 10 de Diciembre de 2011 • 1.862 Palabras (8 Páginas) • 834 Visitas
Hace poco menos de un mes ocurrió un hecho impensado e insólito en las aulas de la universidad de Harvard, específicamente en la facultad de economía de esa prestigiosa universidad norteamericana. Dictaba su cátedra de economía el renombrado profesor Gregory Mankiw, conocido asesor de importantes personajes estadounidenses y autor de una serie de libros de macroeconomía, cuando sus alumnos se negaron a ingresar y participar de la sesión principalmente por las siguientes razones:
“Hoy estamos abandonando su clase, con el fin de expresar nuestro descontento con el sesgo inherente a este curso. Estamos profundamente preocupados por la forma en que este sesgo afecta a los estudiantes, a la Universidad, y nuestra sociedad en general (…) Un estudio académico legítimo de la economía debe incluir una discusión crítica de las ventajas y los defectos de los diferentes modelos económicos. A medida que su clase no incluye las fuentes primarias y rara vez se cuenta con artículos de revistas académicas, tenemos muy poco acceso a aproximaciones económicas alternativas.”
Extracto de la carta presentada al profesor Mankiw por parte de los estudiantes.
Lo anterior hace referencia a que en la actualidad la rama preponderante de la economía que se enseña en las salas de clases es la correspondiente a la teoría económica neoclásica.
Es por todo esto que nace el cuestionamiento obvio acerca de lo planteado por esos estudiantes: ¿Será necesario plantear otro método de enseñanza que abarque todo las teorías económicas existentes? O simplemente basta con la teoría neoclásica como principal fuente de conocimiento para desempañarse en el ámbito económico laboralmente hablando.
Ahora, si nos centramos en la discusión acerca del concepto de economía neoclásica debemos entender sus bases teóricas, las cuales expondremos a través de los postulados de ciertos autores. Así es como la economía neoclásica (que se articula bajo el paradigma moderno) se basa, por una parte, en el Individualismo Metodológico, y las corrientes que de él se desprenden como el Marginalismo. En estas corrientes de pensamiento lo central son las particularidades de las unidades básicas de comprensión, los individuos en forma aislada.
No se considera que los individuos puedan tener objetivos que afecten el bienestar de otros individuos o que muchas de sus propiedades, como es, por ejemplo, tener poder, sean relaciónales, de manera que la descripción exacta de un individuo exige la referencia a otros individuos. Tampoco conciben que existan creencias y comportamientos supraindividuales que no son reductibles a creencias y comportamientos individuales, como los fenómenos culturales
"A partir de una concepción individualista se pretende construir un esquema de razonamiento que permita explicar el funcionamiento global o macro de las realidades sociales. Esto lleva a que se postulen algunas leyes generales de comportamiento del sistema generadas a partir de la agregación de las conductas individuales. “(Coq, 2004:118)
Por otra parte la economía neoclásica, se basa en pensamiento filosófico llamado "Utilitarismo", que se desarrolló en el siglo XVIII en el Reino Unido, según esta corriente de pensamiento lo esencial son los resultados y no los procesos. Los resultado son medidos de acuerdo a la utilidad que generan, y ésta se utiliza como sinónimo de placer en el comportamiento de los individuos. La premisa es que las personas siempre van a querer maximizar el placer y minimizar el dolor, los que son cuantificables, y el egoísmo es la naturaleza esencial de los humanos.
"La nueva ética (el cálculo utilitario), no siendo más que el estudio científico de las consecuencias del egoísmo racional, colocó al individuo en el centro. (...) Estas ideas proporcionaron un fundamento intelectual satisfactorio para los derechos de propiedad y la libertad del individuo para hacer lo que le plazca consigo mismo y con lo que le pertenece" (Keynes, 1926:63-64)
Los tres supuestos sicológicos sobre los que descansa el Utilitarismo son, según John Stuart Mili:
"Según el primero, el único objeto posible de voluntad o deseo es el placer o la ausencia de dolor. Con esto se afirma el egoísmo como único impulso sobre el cual hay que fundamentar la ética. Según el segundo supuesto, el placer es susceptible de medida o, lo que es lo mismo, todos los placeres son cualitativamente iguales. De aquí la posibilidad de una suma de placeres, que se calcularían según criterios de intensidad, duración, proximidad y seguridad. Y según el tercer supuesto, los placeres de distintas personas pueden compararse entre sí, ya que la sociedad es un agregado de individuos a los que deben darse las mismas oportunidades de placer." (Stuart, 1863:12)
De lo anterior se desprende que la conducta económica racional de los humanos es egoísta por naturaleza, que el placer es cuantificable, por lo que se puede trabajar con él matemáticamente, que los placeres son comparables entre sí y, (lo más importante desde el punto de vista de la complejidad), que una sociedad es una "agregado de individuos", de esta forma se niegan las emergencias propias de los fenómenos sociales. Según este planteamiento se puede explicar el todo por la sumatoria de las partes. Lo social surge como una simple agregación del comportamiento de las unidades básicas Sin embargo, desde la perspectiva de la complejidad, existen fenómenos que emergen de la interacción de las partes y que no son reductibles a la sumatoria de las mismas. La organización de un todo produce cualidades o propiedades nuevas en relación con las partes consideradas de forma aislada: Las emergencias
Las elecciones racionales son las que maximizan la "felicidad" en un mundo de escasez. El rol de la economía es entonces asignar racionalmente (maximizando la felicidad) los recursos escasos de la sociedad. La preferencia individual, según este enfoque, es esencial para la elección racional.
El concepto de racionalidad presupone una serie de
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