Voluntariamente Obligados Erik Schulze

“En el caso del carnet de identidad, tendrá doce medidas de seguridad y otras diez que se podrán comprobar con máquinas de apoyo simples, a través de sistemas ultravioletas e infrarrojos. A esto se sumarán otras tres condiciones que serán conocidas sólo por el Registro Civil, la Policía de Investigaciones y Carabineros”1.

De esta manera el portal 24 horas -y la mayoría de los noticieros nacionales- han anunciado que la nueva cédula de identidad que entrará en vigencia a partir de septiembre en el país, será más segura, siendo prácticamente inviolable y resguardando los datos de cada uno de los chilenos, que obligatoriamente, deberán registrar en él. Además se recalca que aquella información más privada, según anunció el ministerio de Justicia en conjunto con la dirección del Registro Civil, sólo podrá ser conocida por las autoridades correspondientes.

Pero al leer el artículo “¿No es asunto nuestro?” publicado en la Harvard Business Review para América Latina2, surgen una serie de interrogantes que pueden ser aplicadas aquí y que son expuestos por los expertos en el mismo. Primero, pareciera ser muy importante la “voluntariedad”. Es necesario que como consumidor se tenga la posibilidad de elegir si queremos que nuestros datos puedan estar al alcance de una (o varias) marcas a través de un chip o etiqueta, pero en el caso de la nueva cédula, no hay ninguna posibilidad como ciudadanos de decidir si permitirlo o no, pues si queremos poder circular tranquilos y ejercer cualquier acción, incluso en el comercio que requiera este carnet, nos veríamos limitados en un tiempo más si decidimos no actualizarnos a esta nueva identificación.

Segundo, el tema de la vulnerabilidad definitivamente es asunto de todos los chilenos que deberán someterse a este nuevo sistema de identificación (que también incluye Pasaporte). No hay dudas en que ya hemos sido testigos de que mientras la tecnología avanza en pro de la seguridad, la delincuencia y la inteligencia de los inescrupulosos, progresa con ella. Pareciera increíble ver cómo estos últimos logran superar la tecnología supuestamente “con los más altos estándares de seguridad”, pues día a día vemos como fraudes y suplantaciones de identidad, entre otros, son parte de los noticiarios nacionales. Incluso, hace unos pocos años, cuando debutó la actual cédula, se prometía algo similar, sin embargo, y con esta evidencia, quedó en claro que también se podría violentar.

Entonces, ¿qué nos asegura que esto no se repetirá con esta nueva fórmula de registro? El problema parece ser aún más amplio, pues si hoy en día vemos cómo nuestros datos son vulnerados, ya que al entregárselos a una empresa de retail, por ejemplo, donde por contrato deben supuestamente resguardar nuestros datos, vemos como unas semanas después, una empresa que muchas veces nunca hemos pisado sus edificios, nos está llamando para ofrecernos créditos

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