¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en el proceso de construcción de identidad del adolescente?

¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en el proceso de construcción de identidad del adolescente?

¿Son utilizadas las TIC en las aulas de la escuela media? Si así fuera, ¿cómo es la forma en que estas TIC son utilizadas?

¿Cómo es posible utilizar la sobreinformación como algo positivo en el aula? ¿Es posible esto?

La humanidad en este siglo XXI está inmersa en un momento de grandes cambios acelerados y profundos, los cuales parecen afectar a toda la vida social. Estos cambios tienen su génesis en la revolución tecnológica surgida con la creación de internet por parte del Departamento de Defensa de los Estados Unidos en 1969 y traen consigo como dice Mariano Palamidessi en su libro “La escuela en la sociedad de redes” un “torbellino de fuerzas” el cual aparenta estar desarmando, una a una, las certezas y las formas que - en el siglo anterior, trabajosa y conflictivamente- las sociedades habían construido para producir, gobernarse, comunicar, educar.

En este torbellino, también se ve afectada la educación que es la que nos compete. Nuestra educación es seducida y convocada a abrirse a estos flujos comunicacionales. Las visiones mundiales sostienen que las tecnologías y la comunicación pueden proporcionar nuevas formas de producir, intercambiar y utilizar conocimientos.

Sin embargo, esta promesa de comunidad global se ve cada vez más opacada por los efectos de las desigualdades socioeconómicas, la concentración de los medios de comunicación o por el uso criminal de redes. En la escuela, la incorporación de las tecnologías se contrapone con el debilitamiento de las creencias, el desencantamiento de la tarea pedagógica, la impotencia de los educadores frente al poder cultural del mercado y la obsolescencia del conocimiento a partir de la multiplicación de las perspectivas, visiones y posiciones teóricas sobre cada una de las cuestiones. (Palamidessi, 2006)

Esta contraposición de épocas que se da a partir de la ya reconocida revolución informática influye también en la adolescencia de hoy y en su proceso de formación de identidad. Entre los años setenta y hasta mediados de los noventa, en general, en trabajos científicos e investigaciones se tomaba a la adolescencia como un periodo crítico, transicional, en el que el sujeto debe abandonar la dependencia paterna y asumir responsabilidades  como ciudadano en los distintos roles que demanda la sociedad en tanto que sujeto adulto. Es decir, la tarea fundamental de la adolescencia era alcanzar una identidad adulta.

Se trata de que el sujeto pueda ubicarse en el mundo con un deseo propio, singular. Podríamos decir que construir la identidad es conquistar la propia palabra; tener un discurso propio, es decir, una concepción personal del mundo y de la vida.

Hasta el momento de la adolescencia el niño ha concebido el mundo a través de sus padres. Ahora el adolescente da lugar a nuevas identificaciones que, en este tiempo de tránsito, también serán tomadas prestadas de otros adultos. La adolescencia es entonces un momento de grandes cambios y consecuentes perdidas.

En este sentido Arminda Aberastury decía que la adolescencia debía realizar como tareas propias, tres procesos de duelo, los cuales son el conjunto de procesos psicológicos que se producen normalmente ente la pérdida de un objeto amado y que llevan a renunciar al objeto. Los procesos que se suceden en el duelo se han dividido en tres etapas:

-La negación, mecanismo por el cual el sujeto rechaza la idea de perdida, muestra incredulidad, siente ira.

-La resignación, en la cual se admite la perdida y sobreviene como afecto la pena.

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