Desarrollo de la personalidad y psicopatología Capítulo 1
Enviado por p1286 • 27 de Septiembre de 2019 • Resumen • 2.971 Palabras (12 Páginas) • 234 Visitas
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Introducción
La psicopatología es la disciplina que estudia lo anormal, lo desviado, lo desadaptado, lo trastornado, lo desorganizado, etc., cuyo interés se centra en la naturaleza y las causas de la conducta anormal o psicopatológica y se plantea como objetivo principal descubrir leyes que regulan la conducta anormal o patológica mediante el método científico. El interés de la Psicopatología radica en la naturaleza y las causas de la conducta anormal o psicopatológica. Sin embargo, es difícil definir absolutamente y con total precisión lo que debe entenderse por conducta anormal o psicopatológica, por lo cual es útil conocer cuáles son los criterios o parámetros que nos permitirán al campo de lo anormal o psicopatológico.
En este ensayo basado en el primer capítulo del libro “Desarrollo de la personalidad y psicopatología” de Norman Cameron, se prende resumir el contenido de la introducción a la obra y el planteamiento de la temática a seguir durante el libro, para posteriormente plasmar las conclusiones y/o impresiones obtenidas.
Se ha establecido ya que la neurosis y la psicosis, los desórdenes de la personalidad y los psicosomáticos son la fuente más común de enfermedad, de infelicidad personal y de conductas socialmente inaceptables.
Abundan libros y artículos de difusión en los que se interpreta la delincuencia juvenil y algunos crímenes cometidos por adultos como resultado de situaciones sociales anormales, de privaciones durante la infancia o de una seducción cuando niño. Muchas de estas interpretaciones son, de base, ciertas, aunque en algunas ocasiones llevan a conclusiones erróneas, Como la idea de que ser socialmente irresponsable es ser natural. En nuestra sociedad, ser socialmente responsable significa inseguridad, inadaptación inmadurez. Algunos escritores han exagerado al grado de decir que todos somos neuróticos y debemos agradecerlo. Ser neurótico significa estar en conflicto, ser más vulnerable a la ansiedad que la persona promedio y aceptar un compromiso que incluye síntomas patológicos. No se trata de una desgracia, pero tampoco de una ventaja.
Niños y adultos con un grado considerable de psicopatología son parte natural de nuestro ambiente diario.
Los miedos específicos y ansiedades no específicas pueden transmitirse culturalmente, por varias generaciones. Quizás tengan su origen en un ancestro que, cuando niño, remitió a sus padres muy protección y alivio cuando estaba hundido en las inevitables ansiedades infantiles.
En ocasiones suelen presentarse casos en los cuales todos los miembros de una familia manifiestan alguna forma de psicopatología, sin que ninguno esté realmente incapacitado.
A partir de la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos el pueblo y el gobierno han afrontado el hecho de que lo psicopatológico existe en todo el mundo y en todos los tipos de personas. Han descubierto que es causa demás enfermedades en el país que todas las demás fuentes de enfermedades juntas. Y han terminado por darse cuenta de que lo psicopatológico es tan tratable como cualquier otra enfermedad.
El gasto público dedicado anualmente, en los Estados Unidos, al cuidado y tratamiento psiquiátrico rebasa los 800 millones de dólares.
Quienes han estudiado la situación del país antes mencionado, estiman que, de crearse instalaciones razonablemente adecuadas en cada uno de los estados del país y no sólo en unos cuantos de ellos, más de un millón y medio de personas con cuadros de psicosis estarían hoy día en hospitales. En muchas de las grandes comunidades, Incluso en algunas de las más ricas, las instalaciones proporcionadas por los ciudadanos para el diagnóstico y tratamiento psiquiátrico temprano se encuentran muy por debajo de las normas mínimas observadas en otros campos médicos. Esta situación, por sí sola , impide que pacientes potenciales y sus familias busquen ayuda, interna o externa , cuando la necesitan. También crea una imagen equivocada de lo que la comunidad necesita, ya que la proporción de la población que obtiene ayuda contra sus problemas psicopatológicos es mayor donde las instalaciones son mejores.
Otra influencia que mantiene baja la tasa de admisión respecto a psicosis en este país, es su antigua tradición cultural de culpa, vergüenza y superstición a lo que el pueblo llama locura. Para muchas personas un cuadro psicótico sigue siendo una especie de castigo del cielo, algo que es necesario de ocultar.
En los últimos años como se ha acumulado una vasta cantidad de pruebas para comprobar la etiología natural y evitable de gran parte de la psicosis.
Se ha acelerado el ritmo en la que se acumulan pruebas, surgidas tanto del estudio directo y el desarrollo temprano normal y patológico, cómo de estudios clínicos de pacientes con cuadros psicóticos, realizados por terapeutas que han aprendido a dominar sus propias ansiedades.
Las personas normales experimentan en sueños el mismo tipo de cosas que el paciente con psicosis experimenta cuando está despierto. Desde luego, no se trata de dos mundos diferentes -uno “normal” y otro “psicótico”-, sino de una diferencia en lo adecuado de las defensas personales. El hombre normal experimental cosas solamente en el sueño, pero durante el día no tiene conciencia de ellas; la persona con psicosis las experimenta estando despierto por completo.
La gente sigue sin darse plena cuenta de que hoy en día pueden tratarse a personas con cuadros ligeras y moderadamente desarrollados de trastornos como psicosis, depresión hipomanía, paranoia y esquizofrenia, sin tener que recurrir a la hospitalización. Muchos de esos pacientes pueden trabajar gracias a la ayuda psicoterapéutica y, con el tiempo , llegan a recuperarse.
Es necesario hospitalizar a las personas con psicosis y que son incapaces de controlar sus acciones. Pero incluso las hospitalización presenta sus peligro, como que el paciente deje de luchar y caiga en una rutina de dependencia en un medio ambiente artificial.
En la psicopatología siempre existen riesgos, se hospitalice o no al paciente. Éste, su familia y el profesional de la salud deben estar preparados para aceptar los riesgos inherentes a la decisión tomada y no intentar como meta única un máximo de seguridad. Lo más importante es que las personas en general aprendan a aceptar la inevitabilidad de los riesgos existentes en el tratamiento de los psicopatológico, tal y como se acepta los riesgos presentes en toda intervención quirúrgica.
Se ha calculado de modo aproximado qué tal vez uno de cada cinco niños en edad escolar necesitará, en algún momento de su vida , ayuda de expertos debido a una neurosis, un desorden de la personalidad o un desorden psicosomático. También se ha estimado, aunque a partir de datos incompletos, que aproximadamente una persona de cada 20 será hospitalizada, en algún momento de su vida, debido a una psicosis; sin que se le hospitalice. Se ha estimado que un 40% de quienes llegan a consulta externa en los hospitales generales, sin importar cuáles sean sus dolencias, sufren principal o únicamente de una personalidad neurótica o psicótica o de desórdenes psicosomáticos. Incluso antes de la Segunda Guerra Mundial como cuando el personal de los hospitales estaba menos alerta estas perturbaciones que hoy en día, un estudio de los pacientes recibidos por un hospital general Metropolitano deja esa cifra en 30%.
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