El pez que no quiso evolucionar

Asignatura: Psicología Organizacional

Aula: MI- 240        Sec. 01

Sustentante: Letania Valdez / 2017-3100544

EL PEZ QUE NO QUISO EVOLUCIONAR

Resumen

En la zona de las grandes marismas había una gran agitación por una asamblea convocada por la tortuga, la cual les explicó que cada vez había menos nivel de agua, y que, aunque aún les quedaba mucho tiempo, para superar eso y poder sobrevivir, las especies debían evolucionar. Debían pasar cada vez más tiempo en la tierra cambiando sus hábitos de alimentación, digiriendo plantas de la tierra, para lo que todos empezaron el duro proceso, menos el Barbillo, uno de los peces históricos de las marismas. El Barbillo veía descender las aguas, pero se mantenía con la idea de que algunas lluvias arreglarían a tiempo el problema. Cuando agonizaba, paso a su lado la tortuga y le dijo: «Tuviste la misma oportunidad que los demás. En este mundo de cambios constante, evolucionar no es una opción, es una obligación para sobrevivir.» El Barbillo entendía que todos se habían puesto en su contra, sin entender aún le reclamo a la tortuga que para ella era fácil estar en la tierra, y esta le replico, que no, que ella tardó en entender y por eso era tan torpe en la tierra, pero había aprendido que ella era la única responsable de su mala suerte. El Barbillo murió en el barro de los que no quieren cambiar, en el lodo de los mediocres, que no ven la necesidad de cambio y evolución para seguir existiendo mañana. Las empresas están en continuo progreso, por lo que el entorno competitivo actual nada nunca es como siempre, hay que afrontar en el futuro inmediato la evolución como necesidad profesional inminente.

Análisis de lectura

Se trata de 16 relatos cortos. Unos son fábulas y otras historias. Muy divertidos y con tremenda paradoja y moraleja por detrás, el primer capítulo está dedicado al pez que no quiso evolucionar, es una pequeña fábula sobre un pez que, frente a la posibilidad de cambiar para mejorar y sobrevivir, se rehusó a hacerlo y vio como los demás evolucionaron y sobrevivieron.

Esto nos deja como enseñanza la importancia de ir adaptándose progresivamente a los cambios del entorno. Muchas veces en nuestras vidas y en nuestros trabajos se nos presenta el tren de la oportunidad que ofreciéndonos algo nuevo, innovador y por temor a arriesgarse, nos encerramos en el éxito o estabilidad que hemos obtenido y no vemos más allá, dejando pasar el tren. En este mundo constante de cambios, evolucionar no es una opción, es una obligación para sobrevivir y mantenerse.

En algunas circunstancias podemos no tener muy claro que es necesario cambiar, sobre todo si nos sentimos relativamente seguros y cómodos en nuestra zona de confort. Si pensamos que las cosas que hemos hecho así durante tantos años seguirán funcionando y no hay motivos para cambiar, nos resistiremos a cualquier transformación.

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