El Pez Que No Quizo Evolucionar

Introducción

Este interesante libro nos lleva al aprendizaje de cómo hacer mejor las cosas y de cómo poder mejorar y no estancarnos en lo manual, ya que los tiempos son tan cambiantes y cada día exige más de los lideres de empresas.

El pez que no quiso evolucionar, consta de 15 capítulos muy interesante y lleno de energía positiva, vemos claros en estas líneas la recompensa de un logro duradero al alcance de todos.

Los elementos comunes de este análisis son: primero el ritmo con que se producen los cambios en todas las áreas de a actuación empresarial. Segundo las personas son fieles a una visión y valores comunes, como se dirige, como se gestiona su talento y como se organizan en equipo.

Capitulo 1

El pez que no quiso evolucionar

Este capítulo destaca, la historia de unos viejos reptiles, que la mayoría trataba de adaptarse a vivir fuera del agua, porque se aproximaban tiempo de dura sequia y cada día que pasaba el agua tenía menos profundidad.

Todos estuvieron de acuerdo en tratar de adaptarse menos el barbadillo, ya que el mantenía la visión de que alguna lluvia que callera resolvería el problema “nada es nunca como siempre”. Luego el barbillo terco agonizaba, lloraba su desgracia.

La tortuga se le acerco y le dijo tuviste la oportunidad de cambiar y no quisiste evolucionar, uno es el único responsable de sus actos.

Hay muchas personas hoy en día que le ha pasado como barbillo no han querido cambiar, ni evolucionar. Igual que el pez hay muchos jefes, empleados que aun viendo las nuevas exigencias no asumen la evolución como necesidad profesional.

Capitulo 2

Los tres Directivos y la crisis feroz

Trata de 3 directivos que quieren montar una empresa

1- oportunista y amante de los negocios

2 -gustoso de la imagen y las apariencias

3- él quería crear una empresa solida con fuertes estructura y con gran compromiso de calidad y valores auténticos.

Más llegó una crisis feroz que azotó duramente al sector. Cuando alcanzó a la primera empresa no tuvo más que dejar sentir su aliento para que se desmoronara. Ante la falta de clientela fija, el vaivén de los malos vientos desmoronó enseguida el negocio, arruinando al directivo. Cuando llegó al segundo, sus clientes empezaban a estar cansados de los retrasos en el cumplimiento de compromisos. Su incapacidad para sacar adelante los proyectos que asumió se volvió en su contra, y pronto su imagen quedó en entredicho para acabar sucumbiendo ante las reducciones de pedidos que trajo consigo la crisis. Ambos, desesperados por su mala suerte, acudieron a pedir ayuda al tercero.

Su empresa, soportaba firme las embestidas de la crisis. El alto prestigio logrado entre su clientela, ganado a base de esfuerzo y calidad, le sustentaba en esos tiempos de penuria, y lejos de verse perjudicado, sus valores empresariales convertían la tempestad en oportunidades para abrir nuevos contactos con clientes escarmentados. Fue capaz de burlar los devastadores soplidos de la feroz crisis con pocos daños, y remontar más fuerte y vigoroso cuando regresaron los buenos tiempos.

El les decía a sus colegas “amigos míos se recoge lo que se siembra” han de venir malos tiempos pues todo año tiene su invierno. Los valores de esfuerzo y calidad convierten la tempestad en nuevas oportunidades.

Capitulo 3

Reestructurar con el método de la hormiga

Hormigas S.A. cuenta una empresa que tras unos años de servicio planteaba reajustar su plantilla para así facilitar la supervivencia y optaron por quitarle una pata a la hormiga y fue un éxito que le permitió a la empresa ir más desahogada, luego optaron por quitar otra pata a la hormiga continuo todo muy bien con la hormiga con sus 4 patas.

No es bueno recortar las cosas que en cuanto no salen bien

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