El Pez No Quizo Evolucionar
Enviado por yomayraesquivel • 18 de Agosto de 2014 • 848 Palabras (4 Páginas) • 237 Visitas
El pez que no quiso evolucionar
Había una extraña agitación en la zona de las grandes marismas.
Todos los animales acuáticos tenían una asamblea
convocada por la tortuga. Aunque el nivel de las aguas era
sobrado, había descendido en los últimos años y eso inquietó
al viejo reptil. Por ello mandó llamar a la comunidad de
animales de la vecindad para trasladarles sus conclusiones:
—«Amigos, imagino que os habréis fijado en que cada
vez hay menos agua. Sé que aún no parece nada serio, pero
he visto este mismo proceso con anterioridad en otras zonas
de la Tierra, y os vaticino que se aproximan siglos de dura
sequía.»
Ante estas palabras se organizó un gran revuelo. Todos
habían percibido un suave y continuado descenso del caudal
de las marismas, pero nadie creía que pudiera ser tan
grave. «¿Por qué nos habrá citado si hay agua de sobra?»,
se preguntaban unos a otros.
El centenario galápago dio respuesta a la inquietud despertada:
—«Os he convocado porque afortunadamente todavía
nos queda mucho tiempo, y podremos superar esto sin problemas
si empezamos a actuar desde hoy. Para que sobrevivan
nuestras especies tenemos que EVOLUCIONAR.»
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Todos se quedaron estupefactos. Nunca se habían planteado
tal cosa y tras el impacto inicial, comenzaron a preguntar
cómo hacerlo.
—«Cada día, estaremos unos minutos fuera del agua. El
que no pueda, que empiece por unos segundos y poco a
poco que vaya aumentando el tiempo. Debemos hacerlo
una y otra vez, y enseñarlo a las generaciones venideras,
para que cada especie evolucione con tiempo suficiente, y
así lograr que todos podamos mantenernos en un entorno
sin marismas. Debemos también cambiar nuestros hábitos
de alimentación, y para eso empezaremos comiendo algo
que no esté en el agua, hasta que acostumbremos a nuestro
cuerpo a digerir plantas del exterior.»
No sin ciertos temores, todos empezaron con el largo y
concienzudo plan de acción. En unas decenas de generaciones
lograrían respirar fuera del agua, alimentarse con comida
que crece en la tierra y hasta podrían moverse fuera del
ámbito acuoso. Todos menos el Barbillo, uno de los peces
históricos de las marismas, que se negó a participar en este
proceso. Convencido de la exageración de la tortuga no
hizo caso, y pronto comenzó a disfrutar de la torpeza de sus
vecinos que trataban de ganar capacidad para cobrar más
comida. Las otras especies, a medida que evolucionaban,
eran menos competitivas dentro del agua. El Barbillo veía
descender las aguas, pero se mantenía en la idea de que algunas
lluvias arreglarían a tiempo el problema.
Al cabo del tiempo, tan sólo unas pocas charcas con
apenas un dedo de profundidad hacían recordar que en esos
parajes hubo alguna vez unas marismas. El Barbillo agonizaba,
y ese verano, el más duro que se recordaba, acabaría
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EL PEZ QUE NO QUISO EVOLUCIONAR
con
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