El placer de Conocer Investigando

La curiosidad, La fantasía y El conocimiento

Como sabemos, el ser humano -que es un mini-universo, lleno de sensaciones, pensamientos, proyectos, expectativas, personalidad- tiene una curiosidad innata, decimos innata porque estamos en un constante aprendizaje desde que nos independizamos del vientre materno. Este aprendizaje se basa en un constante cuestionamiento que da pie al avance de nuestro conocimiento de nuestra realidad. Esta curiosidad -que según Parra es un deseo de conocer, de sentir, de saber-, es lo que le da sentido a la existencia de un ser pensante y consciente de su entorno desconocido, es la llama que le da fuerza a las ganas de aprender cualquier fenómeno o materia. Una de las mejores partes de andar curioseando, es poder toparnos con el asombro, esa sensación -para mí, una de las mejores sensaciones- que produce fascinación y admiración ante lo nuevo y lo bonito. Ésta sensación es eso que alimenta las ganas de seguir buscando respuestas a todas nuestras dudas, a esa necesidad de conocer el mundo. Platón nos expone el asombro y el conocimiento en su Mito de la Caverna, en el cual siento que podemos identificarnos todos cuando reaccionamos con asombro frente a un nuevo conocimiento que anhelábamos en la ignorancia, o sea, salir de la oscuridad en búsqueda de respuestas.

Las sensaciones las percibimos por los sentidos, como su nombre lo dice, estos son como lo sabemos todos: El tacto, el olfato, el gusto, el oído y la vista. Hice una reflexión respecto a estos en una de las clases, con un ejercicio llamado “La pregunta por la mirada… o la gallina ciega”, este ejercicio consistió en vendarnos los ojos y realizar una serie de intentos de percepción en el medio. Este juego lo realizamos para ver cómo podíamos abandonar nuestros juicios, de acuerdo a los puntos de vista propios de la perspectiva de cada género, respecto al entorno, a las personas que conocemos o no, a la materia, y tomarlo desde un punto de vista más empírico, más de “ensayo-error”, más de palpar y “darnos cuenta de que no era del todo como pensábamos”. Con esto, “empezaremos a abrir el horizonte de la mirada”, según el texto del docente Anibal, ir más allá de nuestras narices sin perder la perseverancia en el error.

¿Y la fantasía con qué viene al caso? La fantasía, según Parra "está muy relacionada con la imaginación", según Platón "la representación que surge del "aparecer" y sus elementos son las sombras o reflejos producidos por las cosas verdaderas", ayuda al progreso, cuando se idean nuevos horizontes para la solución de preocupaciones sociales abarcando la historia del hombre y los avances tecnológicos y científicos. Cito a Parra: “Sin ayuda de la información no podrá haber progreso, ni individual ni social”. La fantasía es más que cuentos, ciencia ficción y relatos sobrenaturales, es eso intangible que se liga a la creatividad ayudando al aprendizaje, al desarrollo de nuevos avances para optimizar nuestra sobrevivencia en el mundo y a la búsqueda del placer.

El conocimiento es la búsqueda de respuestas a los sucesos que están en nuestro entorno a partir de información que percibimos a través de sensaciones. Vivimos en constante búsqueda de conocimiento de la que jamás estaremos satisfechos, el mundo

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