El placer de ignorar
Enviado por spek94 • 1 de Noviembre de 2012 • Ensayo • 2.328 Palabras (10 Páginas) • 343 Visitas
EL PLACER DE IGNORAR
“La capital de este curioso lugar de la Tierra se llama Agosta”1, si no la tierra misma. Desde que el ser humano tiene uso de razón este planeta se ha visto condicionado a las acciones de nuestra especie, y las personas mismas nos hemos visto afectadas por las facetas de este extraño instinto del que solo nosotros somos víctimas.
Angosta es una ciudad ubicada en un valle estrecho, dividida en tres castas sociales que se fueron ubicando convenientemente en los tres pisos térmicos en los que está dividido el territorio. Tierra caliente o sektor C, donde sobreviven los “tercerones”, tierra templada o sektor T, donde residen los llamados “segundones” y finalmente tierra fría, sektor F o Paradiso, donde se refugian e intentan aislar los “dones”.
Como siempre, este tipo de divisiones son generadas por el miedo, casi siempre de los mas pudientes. Los de arriba viven con el temor constante de que los tercerones arruinen su ilusión de felicidad, por esto crearon una muralla que separa a Paradiso del resto de Angosta, con la excusa de mantener a salvo una economía y una sociedad perfecta, a salvo de los robos y de las agresiones que pueden causar los de abajo, pero cuando se ve la realidad, los pobres no tienen la intención de robar, lo que sucede es que el hambre y necesidad de la gente olvidada, en este caso los calentanos, los obliga a darles un llamado de atención a los dirigentes, pero como estos no les dan el cuidado que merecen, la única salida de los necesitados es ir mas allá de los limites para reclamar lo que necesitan.
1 ABAD FACIOLINCE Héctor. “Angosta”. Edit. Planeta. Bogotá. Pág. 14.
“Los que viven así, como vive Beatriz, tuvieron miedo de no poder seguir haciéndolo, creo yo –dijo Jacobo¬-. Y en su miopía (tenían terror de que los envidiaran) se dedicaron no a mejorar las cosas, si no a matar a todo aquel que, en apariencia, estuviera amenazando sus privilegios”2
Los habitantes de la ciudad viven limitados, su mentalidad se ha vuelto mediocre. Los ricos viven en función del dinero y del placer, venden sus conciencias y son felices mintiéndose y convenciéndose ellos mismos y entre sí, creen que el progreso que los mantiene en ese nivel económico y “cultural” justifica pisar a los demás, creen que con darle unos trabajos, en algunos casos humillantes, a algunos de los que perjudican el problema va a estar saldado. Viendo el caso de los segundones ellos se vuelven egoístas, como ellos se pueden mantener, no hacen nada por cambiar, son conformistas y se dejan pasar encima mientras no se les quite nada, se callan las injusticias por miedo y se vuelven insensibles a sus semejantes.
Finalmente la base de la sociedad, los pobres, no pueden pensar en educarse o mucho menos en hacer algo contra los dones, si son víctimas de las necesidades básicas como son la comida o los servicios, o simplemente la vida, la violencia es normal en este hábitat y la usan para desenvolverse y desahogar sus problemas.
Cada día el ejercicio de nuestra razón se aleja de su verdadera función (en mi opinión), nos dedicamos a huir de los compromisos, de nuestra humanidad, nos hemos vuelto insensibles y egoístas, cuando escuchamos noticias ya es normal saber de muertos “nuevos hechos de sangre cubrían con mas sangre la sangre anterior”3 cuando salimos a la calle ya es normal ver gente comiendo basura, y a pesar de todo seguimos sin hacer nada porque creemos que no podemos o porque tenemos miedo a que nos callen, y por eso mismo, por quedarnos callados es que los pobres cada día son más pobres y el dinero siempre corre por los mismos dedos.
Como lo dije antes, Angosta deja de ser una capital de la tierra para volverse una condición humana, pero no cualquiera, es la condición que lastimosamente rige al ser humano moderno, es el “pero” que se presenta en las bocas de muchos colombianos, es el egoísmo de cualquier persona consiente, Angosta está presente cuando escuchamos de muertos en la televisión y nos da igual, es cuando violan los derechos de las demás personas y no nos importa porque como
2 ABAD FACIOLINCE Héctor. “Angosta”. Edit. Planeta. Bogotá. Pág. 293
3 IBID. Pág. 351
no es con nosotros, hasta que nos vemos directamente afectados, en ese momento maldecimos el egoísmo de la gente y nos parece injusto que nadie note nuestra desgracia.
Héctor Abad Faciolince nos hace analizar en la cotidianidad que maneja su libro una realidad sobre la que todos necesitamos estar parados, nos hace ver lo que todos los días vemos pero que al igual todos los días ignoramos, víctimas de una angosta visión la cual no nos permite ver la riqueza y la miseria que nos rodea, víctimas de una angosta humanidad, los demás importan en la medida en que me sirvan para cumplir mis propios intereses.
“la capital de este curioso lugar de la tierra se llama Angosta. Salvo el clima, que es perfecto, todo en Angosta está mal. Podría ser el paraíso, pero se convertido en un infierno”4
En esta época Colombia estaba viviendo los efectos de todos los nexos que el narcotráfico tenía con el gobierno, se fueron destapando uno a uno hasta llegar al que en ese momento era presidente de la república, Ernesto Samper Pizarro, creando un desequilibrio a niveles económicos en nuestro país, a pesar de la influencia que tenían los descubrimientos de pozos petroleros a principios de los noventa.
Posteriormente sería elegido el semiconservador Andrés Pastrana en 1998, que gracias al plan Colombia y unos fracasados diálogos de paz, aparte de permitir la metida de mano extranjera en el país y la entrega de zonas para que la guerrilla se reivindicará, encrudeció la suma de secuestros y económicamente sumió al país en una terrible depresión, desilusionando al pueblo Colombiano, que visceralmente en el año 2002 tras el terreno libre dejado por el secuestro de Ingrid Betancourt por su necedad de visitar zonas rojas elije al presidente conservador Álvaro Uribe Vélez, que entraría arreglar económicamente el país pero ocultaría bajo el aparente impulse que trae el dinero, movimientos sucios paramilitares y corrupción desmesurada.
Según las estadísticas del gobierno, del año 2001 al 2003, se cometieron 4239 secuestros denunciados, donde el gobierno estima que en el 2003, cada 4.2 horas se secuestraba una persona en cualquier sitio del país, desde un colegio a una oficina en el centro de una ciudad. Agregando la violencia permanente que se vivía en el país entero por la presión que ejercieron las guerrillas en el gobierno, también las presiones internacionales que ejercía el gobierno Francés por el
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